En cuanto Donatello se había visto libre de las odiosas escayolas, se cambió de ropa a toda velocidad y comenzó a urgir a su hermano para ponerse en marcha. Dàmir y Giuliana querían unirse al grupo, pero naturalmente ninguno de los Aliano esuvo de acuerdo, así que Kerim con un poco más de juicio y con ayuda de Nedjeljka, intervinieron para evitar desastres. Con quien no hubo caso y Nedjeljka ni siquiera lo intentó, fue con Mihailo.
Aunque el inicio de las relaciones entre Nick y Mihailo no había sido el mejor, las mismas habían mejorado mucho en el último año y medio, pero Nick no había olvidado lo peligroso que podía ser aquel chico especialmente si Jesse estaba involucrada.
Otro que representó un problema fue David, pero él a quien se dirigió fue a Donatello y como éste lo único que quería era marcharse, no hizo demasiadas preguntas.
Sin embargo, un poco después y cuando iban en camino, Charlie colocó una ante él.
No era que a David le gustasen de manera especial aquellas cosas y su trabajo habitual era reparar los daños que éstas causaban, pero ciertamente sabía como utilizarlas en caso de necesidad. Charlie también se ocupó de armar a Mihailo, pero con él si se detuvo un poco más en las explicaciones ya que si bien el chico conocía su funcionamiento, nunca había mostrado mucho interés en las armas así como nunca entendió el de Jesse, quien cada vez que pasaban por una armería se quedaba mirando con embeleso aquellas cosas y leía todo cuanto podía acerca de las mismas.
Después que Zêgar y los suyos habían desalojado la propiedad, Giovanni hizo su ira a un lado de manera momentánea para ocuparse de Marco que sangraba mucho.
Aquello obedecía a que todos conocían la afición de Vinnie por la velocidad y de hecho era eso junto con el alcohol lo que casi había arruinado su vida, pero si bien había dejado la bebida, casi nadie se subía con él a un coche porque aquel cretino parecía creer que hasta las más estrechas callejuelas eran pistas de carrera.
Giovanni no era especialmente afecto a los médicos y pensaba que todos eran unos charlatanes de oficio, afortunadamente él contaba con una excelente salud y en muy escasas oportunidades había necesitado de los servicios de uno. Sin embargo, no era idiota y sabía que le gustase o no, a veces no había más altenativa que acudir a uno, pero se había negado en forma recalcitrante a hacerlo con otro que no compartiese con él al menos la nacionalidad y así era como el doctor Cecilio Fontana se había convertido en su médico personal aunque personalmente lo ocupase poco, pero también se había asegurado de tenerlo relativamente cerca y accesible, razón por la cual Giorgio estuvo de vuelta casi inmediatamente pero no con el galeno sino con el hijo de este.
No obstante, no tendrían oportunidad de nada, porque en ese momento entró Al a toda carrera.
Esto obedecía a que Al tenía otra odiosa manía y era una que parecía hacerlo incapaz de decir una frase completa de una sola vez.
Sin embargo, en aquella oportunidad no habría violencia, porque Giorgio reconoció a dos de los nuevos visitantes casi enseguida.