Cap. 10 Supernova

Robert y Mary Akerman constituían una de esas extrañas parejas que habían sobrevivido a la prepa donde se habían conocido. Bobby siempre pensó que no tenía ninguna oportunidad con Mary que era una linda integrante del grupo de porristas, mientras que él era un nerd de lo más insignificante. Sin embargo, insignificante o no, Mary se había fijado en su silencioso compañero, y aunque Bobby nunca supo cómo sucedió eso, terminaría siendo la cita para el baile de primavera, de la chica por la que se peleaba media escuela. A partir de ahí, y aun cuando era el novio de una de las chicas más populares, Bobby siguió siendo el individuo silencioso y casi invisible que había sido siempre, pero la relación se consolidó y todo marchó bien hasta que terminaron la prepa.

Bobby amaba hasta el último cabello de Mary, así que cuando llegó el momento de decidir a qué universidad iría, faltó poco para que no fuese a ninguna, porque estaba seguro que no sobreviviría a la separación. No obstante, Mary era una chica decidida y con los pies sobre la tierra, porque lo sentó y le dijo que, por mucho que se amaran, ese amor no iba a sobrevivir si tenían que matarse trabajando en empleos mal pagados y en horarios criminales, de modo que la única manera de construir el futuro que soñaban, era que cada uno fuese a la universidad como correspondía, y cuando terminasen sus carreras, entonces sí podrían iniciar su futuro juntos.

Bobby se marchó dejando el alma atrás, y más que porque quisiera, porque no podía coartarle las ilusiones a la inquieta Mary, pero seguro de que la estaba perdiendo. Sin embargo, y como quedaría demostrado, no sería así, pues aparte de que Mary se mantenía en contacto y, de hecho, podía resultar muy agresiva cuando él por cualquier motivo no contestaba una llamada, o no podía ir casa durante algún periodo festivo.

Como a Mary lo que siempre le había apasionado era la fotografía, decidió que era lo único que quería hacer, pero para hacerlo bien, debía prepararse y lo hizo, pero terminaría primero que Bobby, pues la carrera de él era algo más complicada y larga. Sin embargo, cuando ella terminó la suya, un buen día se apareció en Londres y Bobby pensó que había sucedido algo, pues acababan de verse en las vacaciones que recién terminaban, pero del susto inicial, pasaría a la sorpresa y a la incredulidad, porque Mary había postulado a un empleo en una revista y lo había conseguido, pero lo que también se había agenciado, era un minúsculo departamento y estaba urgiéndolo para trasladar sus cosas al mismo.

Cuando Bobby se recibió, quiso casarse de forma inmediata, pero Mary se negó, pues en su opinión, primero debían reunir lo suficiente como para comprar una casa, un auto y una mascota, y de nuevo Bobby cedió.

Bobby consiguió su primer empleo y de allí pasó al segundo, mismo en el que al poco tiempo conocería a Reik, lo que cambiaría su suerte, porque su nuevo trabajo les permitió dar la inicial para la casa que Mary quería con mascota incluida, y finalmente Bobby pudo llegar al altar con Mary que era lo que siempre había querido.

Los Ackerman a la fecha, tenían dieciocho años casados, tenían un feliz matrimonio y dos hijos a los que adoraban y con los que mantenían una inmejorable relación. Si bien los Ackerman y como todo matrimonio, habían tenido desacuerdos, sus hijos nunca los habían escuchado discutir, de modo que unos días después del matrimonio de Dàmir, cuando ellos llegaron, se quedaron paralizados al escuchar la voz airada de su madre.

Wylan, más que Sean, era de la clase que había hecho muchos méritos tanto para rifarse castigos, como para que sus progenitores perdiesen la paciencia y comenzasen a gritarlo, pero eso era algo que nunca había sucedido, de modo que, estaba casi en estado de shock, pero eso no le duró mucho y quiso ir a ver qué sucedía, pero su hermano lo detuvo y lo arrastró fuera.

• ¿Qué sucede contigo, estúpido?
• Cálmate Wylan
• Estoy calmado y solo quiero saber…
• Algo que posiblemente no sea problema nuestro
• ¿Pero… qué dices? ¡Son nuestros padres!
• Exacto, y no tenemos derecho a…
• Escucha necio, cualquier cosa que nos suceda es asunto de todos

Sean sabía que podía estar discutiendo con su hermano hasta navidad y no lo haría cambiar de parecer, y lo que quería era mantenerlo distraído el tiempo suficiente como para lo que fuese que estuviesen discutiendo sus padres, finalizase.

Los chicos Ackerman, y aunque como se dijo, eran gemelos, no eran idénticos, y sus diferencias iban más allá de las físicas y se extendían al carácter, porque los genes de sus padres y en lugar de crear a personas diferentes, aunque lo eran, lo que también parecían eran copias de ellos, de modo que Sean tenía el carácter, el comportamiento y hasta los gustos de Bobby, mientras que Wylan, y, para resumir, era Mary versión masculina. Por lo anterior, el sosegado Sean tuvo muchos problemas para retener el tiempo suficiente al disparatado Wylan, y aunque no había un ser más alejado de la violencia que Sean, estaba a punto de darle un puñetazo a su anárquico hermano cuando su móvil comenzó a repicar.

• Es papá – dijo y Wylan emprendió la carrera y casi derriba la puerta
• ¡Wylan! – exclamó Bobby