Acordes del Corazón (libro 10. Тишина)

Cap. 14 Amanda

 

Amanda saltó de la cama al escuchar la alarma, estiró la mano, la detuvo y corrió al baño. El día anterior lo había tenido libre, así que después de desayunar, se había ido a correr un rato por el parque, había regresado y después de un baño, decidió ir a la casa de los Zazvic.

La relación que había desarrollado con aquella familia, a raíz de los estudios que había estado haciendo junto con David y Mihailo, con respecto a la condición de la pequeña Dajana, había estrechado la mencionada relación, especialmente con Jesse, así que ahora los visitaba cada vez que tenía oportunidad.

Si bien en un inicio se había formado una imagen de Jesse, que no estaba muy alejada de la realidad, pues ciertamente Jesse podía ser muy brusca, después que entendió las razones y que la chica no tenía nada en su contra, sino que aquella era su forma de ser, comenzó una relación mucho más cordial. Le llevó poco notar que, a pesar de lo duro que había resultado para ellos, enterarse de la condición de Dajana, Jesse había sido la primera en sobreponerse a la tristeza y enfrentar el asunto con la practicidad que le era habitual, dedicándose a estudiar en detalle todo lo relativo a la condición de su hija, y ella, Amanda, había sido una fuente inagotable de información siempre dispuesta a proporcionarla. Sin embargo, a lo que Amanda tuvo más dificultades para habituarse, fue al ácido humor de Jesse, y aunque Dèjan no le parecía especialmente simpático, era obvio para ella que moría por su mujer, y Amanda no había podido dejar de preguntarse cómo era que un hombre como aquel, se había enamorado de una chica como Jesse, y no por las diferencias sociales, sino por la forma en la que ella se comportaba, pero finalmente había notado lo que sabía todo el mundo, es decir, que Dèjan disfrutaba enormemente de la personalidad algo pintoresca de su esposa, y posiblemente no habría soportado que cambiase.

Amanda también había tenido que habituarse a que tanto Jesse como Jeff, hicieran muchas bromas con respecto a un detalle de su aspecto físico, es decir, sus ojos, ya que éstos poseían la característica heredada de su progenitor, de ser rasgados. El padre Amanda descendía a su vez de un inmigrante coreano, aunque ella no lo había conocido y en realidad, ni siquiera había conocido a su madre, y quien se había hecho cargo de ella había sido una hermana de la anterior.

Amanda no tenía idea de qué había sucedido o por qué había terminado bajo la custodia de su tía, pero así había sido, y como ésta nunca se mostró inclinada a hablar de ello, Amanda no sentiría curiosidad al respecto. Lo cierto era que, lo único que parecía haber heredado del mencionado progenitor, era la forma de los ojos, porque en lo demás, se parecía a sus parientes maternos, ya que tenía el cabello rubio oscuro, y los ojos verdes, pero como se dijo, tanto Jesse como Jeff, solían decir que tenía ojos de gato.

Si bien la tía de Amanda se había hecho cargo de su cuidado, no era que estuviese en una buena posición, pues vivían con los escasos recursos que obtenía de una pequeña tienda de abarrotes, pero, aunque en forma precaria, esto le había permitido a Amanda ingresar a la universidad. Sin embargo, cuando la mujer murió, Amanda quedó prácticamente en la calle, pues se enteraría que la tienda nunca había sido de su tía, sino que trabajaba para un sujeto que, si bien le dijo a Amanda que podía contratarla a ella para que siguiese en el puesto que había ocupado su tía, Amanda se negó a ello, de manera que tuvo que recoger sus pocas pertenecías y trasladarse a una habitación.  

Lo anterior había sucedido hacía relativamente poco y cuando Amanda hacía el internado rotatorio, de modo que, durante el último año del mismo, había tenido que emplearse como mesera a medio tiempo para cubrir sus gastos, y recién ahora era que su carrera había comenzado a generarle ingresos gracias a David quien había solicitado su ingreso como personal permanente del hospital en el área de la emergencia, que era por la especialidad que Amanda se había decidido.

Uno de los primeros pacientes que había atendido Amanda al ingresar había sido Nick, y su primera experiencia con el acompañante, no había podido ser más traumática, y aun cuando pensó que aquellos eran sin duda unos delincuentes, como ella no hacía distinción entre sus pacientes, se dedicó a atender a Nick con igual profesionalismo.

Después de la desagradable y casi aterradora experiencia, David había conversado con ella, y aunque no le dio muchas explicaciones con relación a aquellos sujetos, sí le quedaría claro que eran amigos de su jefe, y si lo eran, lo que sin duda serían también, eran buenas personas independientemente de la impresión que le hubiese causado Charlie.

El asunto pasó y ella continuó con su trabajo, pero más bien poco tiempo después, se sucedió el atentado y a ella le tocó atender a Charlie, algo por lo que pensó que el cielo debía tener algo en su contra, pero haciendo su posible malestar a un lado, lo atendió con rapidez y eficiencia. No obstante, pensaría que había sido un error haber ido a interesarse por su evolución, pues él la había tratado con suma agresividad y antipatía, así que concluyó que, o bien debía caerle muy mal a aquel sujeto, o simplemente tenía un carácter horroroso.

Sin embargo, y como ya sabemos, la estancia de todos en el hospital se prolongaría debido a diversas causas, y durante aquel tiempo Amanda tuvo ocasión de comprobar que Charlie no tenía mal carácter, pues lo había visto interactuar con los demás y podía decir que era hasta simpático, así que se quedó con la primera alternativa en la que había pensado, es decir, que ella en particular le caía muy mal.




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