Como ya se ha dicho, los hermanos Facelli guardaban bastante parecido entre ellos, pero, aunque Andrea y Danilo eran mellizos, en opinión de Jesse, a quien estaba viendo era a Charlie con unos pocos años más.
Vinnie se frotó la frente y tenía un extraordinario deseo de acomodarle un puñetazo a Andrea, pero juzgó más prudente sujetar a Danilo y apartarlo para explicarle la situación, porque si no, era Danilo quien iba a golpear a Andrea.
Como aquello era un grito en toda la regla, todos giraron las miradas hacia ellos.
Aunque a esas alturas, era ridículo que Dèjan se sorprendiese con la desvergüenza de su mujer, y sin duda lo era al hablar del mal carácter en otros cuando el de ella con seguridad los superaba a todos, pero como perdió algún tiempo sintiéndose sorprendido, ella caminó a toda prisa hacia los hermanos.
Danilo compartía la simpatía con sus hermanos, porque todos lo habían heredado de su progenitor con excepción del mayor, pero cuando estaba molesto podía volverse muy irritante, así que, ignorando cualquier otra cosa, sujetó a Vinnie por un brazo.
Sin embargo, alguien debió advertirle a Danilo, que la personita que lo estaba mirando con ira, podía ser mucho más peligrosa que él, y lo próximo que sintió fue un agudo dolor en las costillas. Dèjan sujetó a su mujer e intentó apartarla, porque él sabía que no iba a detenerse, pero se rifó un codazo que lo dejó momentáneamente sin aire.
El porrazo o la sorpresa, Vinnie no estaba muy seguro, pero alguna de las dos cosas debió tranquilizar lo suficiente a Danilo como para escuchar con la debida atención, y también como había pensado Vinnie, después Danilo quería apalear a Andrea por el susto que le había dado.
Como ya se estaba haciendo tarde, Dèjan iba a insistir con Jesse para ir a casa, cuando vieron que venían Mihailo y otros dos médicos, pero no se detuvieron, sino que entraron a la habitación. Aunque aquellas habitaciones eran acristaladas en la parte superior, no podrían ver nada, porque cerraron las persianas.
Un rato después, salieron, pero mientras los doctores que habían ido con Mihailo se despedían de éste, él se acercó al grupo.
Nick, Lisa y Jesse, tenían la misma expresión de ira que Andrea y Vinnie, pero como ya habían despachado a quienes habían hecho aquello, no tenían en quién descargarla.
Nick sabía que Vinnie tenía razón, y él en especial, podía entender su angustia habiendo pasado por una hacía relativamente poco, pero no iba a dejar de intentarlo.
Mihailo se preparó para esquivar el golpe, pero sorprendentemente éste no llegó, tal vez porque Jesse en verdad no tenía intenciones de pasarse la noche allí debido a que tenía una hija muy pequeña a la que prácticamente no había visto en todo el día. De modo que Mihailo las dejó pasar a ella y a Lisa con la misma condición, aunque con la segunda no habría tenido que hacerlo, porque en cuanto Nick le dijese que se fuese a casa, ella lo haría.
#2925 en Novela romántica
#722 en Novela contemporánea
música fama amor, familia preocupaciones amigos, nuevos amores decepciones
Editado: 23.06.2024