Cap. 26 Diagnóstico
Como Jeff no era estúpido, sabía que, si le decía que la llevaría al hospital, ella se negaría, así que desvió la conversación hacia el lugar en el que estaban, porque también había prestado atención al hecho de que ella quería marcharse. De modo que, comenzó por contarle la historia de la persona cuyo nombre llevaba el salón en el que se encontraban, y de seguido otras muchas sobre aquellos que habían sido los primeros habitantes del centro, incluido él mismo, así como, le habló mucho y en los mejores términos, de todos sus benefactores.
- No es cierto – dijo ella en un momento determinado – ¿Dijiste Dàmir?
- Sí
- ¿Ese Dàmir?
- No sé cuántos puedas conocer, pero yo conozco solo a uno y…
- ¿Eres estúpido o qué? El único del que he oído hablar es el de Zora
- Bueno, entonces sí estamos hablando del mismo
- ¿Y de verdad es tu hermano?
- Como supongo que me estabas prestando atención, sí, ahora lo es
- ¡Diablos! – exclamó
Jeff pensó que después de todo, grande o pequeña, aquella seguía siendo una chica, y pequeña quizá de tamaño, pues también recordó lo que había dicho Andrija con relación a la edad y que no era la que él había creído, de modo que su querido hermano podía servirle de forma maravillosa para conseguir lo que pretendía de manera inmediata, pero decidió ir con calma.
- Bien, ahora quiero pedirte algo
- ¿Qué cosa? – preguntó adoptando un tono defensivo
- Tranquila, no voy a pedirte que mates a nadie
- Aja
- Quiero que vayamos al hospital
- ¿Qué? ¿Por qué? Dijiste que estabas bien
- Yo sí, pero me gustaría asegurarme de que ese golpe que te diste y…
- Olvídalo, estoy bien
- Escucha, ayer yo dije lo mismo, pero igual me hicieron un montón de pruebas para asegurarse de eso
- Y estás bien ¿no?
- Sí
- Bueno, entonces yo también
- Mmmm… dime algo
- Algo
- Graciosa
- Seguro. Deberías ver cómo mueren de la risa todos los que me conocen
- ¿Te gustaría conocer a Dàmir?
- ¿A quién no?
- Bien, hagamos un trato. Tú aceptas ir al hospital, y yo me comprometo a presentártelo e incluso a hacer que cante solo para ti
Blair abrió y cerró la boca varias veces, pero parecía no saber qué decir y Jeff aprovechó la oportunidad diligentemente.
- ¿Tenemos un trato entonces?
Finalmente, Blair asintió, así que Jeff se dio mucha prisa en comenzar a caminar, pero mientras lo hacía, estaba llamando a Mihailo, porque si bien confiaba mucho en David, encontraba que Mihailo era una mejor opción, tanto por su propia procedencia como por su temperamento y trato con los niños.
- ¡Jeff! – escuchó mientras caminaba hacia la salida
- Ahora no, Nathan
- Pero…
- Estoy ocupado – dijo mirando ostensiblemente a Blair – te veré más tarde en casa
Sin embargo, como Nathan sentía mucha curiosidad por aquel personaje, no le prestó atención y fue tras ellos.
- Hola – dijo cuando estaban en el auto – yo soy Nathan
- Aja – dijo ella y Jeff rio
- Su nombre es Blair – y luego la miró a ella – Nathan es uno de mis amigos más antiguo, y los dos fuimos de los primeros habitantes del centro
- ¿Sabes para que son las tijeras? – preguntó ella haciendo que Jeff riese con más ganas
- Claro, pero las prefiero lejos
- Se nota
- Blair, ¿qué tienes en contra del cabello largo?
- Son un criadero de piojos
- Bueno, creo que hay varios sujetos que estarían en desacuerdo contigo, entre ellos tu querido Dàmir – puntualizó
- Él es un artista – sentenció ella y como si eso por sí solo fuese un motivo que validase la extensión de su cabellera
- Aja, pero éste sujeto también
- Jeff
- ¿Qué? También eres uno de esos
Siguieron discutiendo por todo el camino, y como Nathan entendía bastante bien sin palabras, sabía que Jeff buscaba distraer a la niña. Cuando llegaron al hospital, Jeff decidió que era seguro dejar a Nathan a cargo de Blair mientras él hablaba con Mihailo.
- ¿Por qué tengo que quedarme con este greñudo?
- No te preocupes, no va a atacarte con un hacha
- Pero yo sí puedo cortarle su estúpida garganta
- No la fastidies, Nathan, porque es perfectamente capaz de hacer lo que dice