Acordes del Corazón (libro 10. Тишина)

Cap. 31 Malos días

 

Después que Mary les dio las buenas noches a sus hijos, entró a su habitación y le extrañó no ver a Bobby, lo llamó pensando que podía estar en el baño, pero la puerta estaba abierta y no hubo respuesta, de manera que salió y bajó, pero tampoco lo vio ni en el salón ni en el recibidor. Más por instinto que por tener una razón valedera, abrió la puerta principal y lo vio sentado en el escalón de la entrada. Sin embargo, comenzó a imaginar cualquier cantidad de cosas, porque después que lo llamó, él seguía con el móvil en la mano y la mirada perdida, así que se sentó a su lado colocando una mano sobre su brazo.

  • ¿Bobby?
  • ¡Mary! – exclamó él – Me asustaste – agregó y ella elevó las cejas
  • ¿Sucede algo? ¿Reik está bien?

Si Mary pensó en Reik, fue porque hacía unos años, su marido había tenido aquella expresión cuando le avisaron que Reik estaba en el hospital.

  • Sí…
  • ¿Pero?
  • ¿Pero qué?
  • ¡Robert Akerman! – dijo ella más alto de lo usual, así que él pareció salir de donde fuera que estuviese y la miró
  • Encontraron a Elizabeth

Mary no era del tipo alarmista, y en realidad ninguno de los dos lo era, razón por la cual la expresión que tenía Bobby le decía que, si bien había encontrado a quien no había dejado de buscar, aunque Reik parecía haberse olvidado del asunto, lo que posiblemente sucedía era que estuviese muerta sabiendo como sabía que había sido una adicta.

Cuando a Mary se le agotó la paciencia con aquella obsesión de su marido, le había dicho algo que había alarmado mucho a Bobby.

  • ¿No has pensado en que todo esto no sea más que una… extraña casualidad?
  • ¿A qué te refieres?
  • Bobby, según lo que sabemos, Elizabeth era una adicta, de modo que es muy improbable que hubiese podido tener un hijo, porque según los estudios, los embarazos en chicas como ella, suelen terminar en abortos espontáneos, pero suponiendo que hubiese llegado a término, lo difícil sería que fuese un niño sano, y a todas luces Nathan lo es

Bobby había estado mortificado durante varios días después de aquella conversación, porque recordó que cuando había comenzado a trabajar con Nigthmare, había conocido a Payton, una chica con la que Peter se había involucrado y la misma estaba embarazada, aunque no de Peter; el asunto fue que el bebé nació, pero efectivamente con muchos problemas. Los padres de ella se habían hecho cargo del niño, pero el mismo presentaría más adelante serios problemas de aprendizaje y un trastorno congénito del que Bobby no estaba muy enterado, y si sabía lo anterior, era porque conocía el padre de Payton, aunque no eran amigos, sino que el hombre trabajaba en la emisora de radio en la que Bobby había tenido su primer empleo y eventualmente se lo había encontrado.

No obstante, si Mary pensó que con aquello Bobby se olvidaría del asunto, no estaba ni cerca, porque si bien no habló de eso por unos días, luego volvería con lo mismo y ella se resignó. Pero ahora el asunto parecía tenerlo muy angustiado y era por ello que se estaba preguntando qué era exactamente lo que habían encontrado, y aunque no se atrevía a preguntar, igual lo hizo.

  • ¿Está…?
  • En un hospital de Rushmoore

Ese día no conversarían más acerca de eso, pero al siguiente, Bobby dijo que iba a verla. Como Mary no iba a dejarlo ir solo de ninguna manera, llamó a la revista para avisar que no iría, y aunque Bobby protestaría mucho, tuvo que aguantarse. Se encontraron con el detective que Bobby había contratado que los esperaba en un café.

  • Señor Anderson, esta es mi esposa – dijo Bobby después del parco saludo
  • Señora – contestó el individuo, pero pasó directo al informe – Independientemente del motivo por el que esté buscando a esta mujer, dudo mucho que le sea útil en ningún sentido, porque está muriendo – informó sin adornos ni expresión alguna
  • ¿Qué le sucede? – preguntó Mary
  • Está muriendo – repitió mirándola como si la encontrase muy tonta
  • Eso ya lo dijo, pero no dijo por qué – insistió ella
  • Es una adicta, señora, y sin duda lo es desde hace mucho, porque se destrozó por lo menos la mitad de sus órganos, tiene falla respiratoria y renal, un cáncer de hígado y no es de ningún modo candidata a un trasplante – informó igual sin matices y luego miró a Bobby – Si lo desea, podemos ir al hospital, y aunque no es familia, igual conseguí el permiso, porque, en cualquier caso, nadie ha venido por ella

Sin embargo, Bobby primero quería saber si había podido averiguar lo más importante para él, es decir, si aquella chica había tenido o no, un hijo en una fecha que se correspondiese con lo que esperaba.

El detective debía ser muy bueno en su trabajo, y tener excelentes contactos, pues había obtenido todos los registros policiales, mismos que se les antojarían a los Akerman algo muy parecido a un cuento de horror cuando el hombre inició su relato.




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