Acordes del Corazón (libro 10. Тишина)

Cap. 33 Buenas, malas y sorpresivas

 

Dèjan había estado teniendo una pésima mañana, porque la misma había comenzado mal debido a que Jesse casi lo había apaleado a la hora del desayuno. Lo anterior obedecía a que ese día daban de alta a Blair, y como Dèjan era obsesivo, en especial cuando se trataba de los niños, los conociese mucho o poco, había decidido muy arbitrariamente, que teniendo en cuenta que Blair acababa de ser sometida a una operación riesgosa, debía quedarse en casa y había hecho que preparasen una habitación para la chica, la cuestión fue que no lo discutió con nadie, y si Jesse se enteró esa mañana, fue porque lo escuchó peleando con Jeff.

  • ¡Jedrzej! – escuchó Jesse cuando salía del baño – Juro que algún día voy a apalear a este muchachito – dijo lanzando el móvil en la cama y Jesse rio
  • Algo más bien difícil si me preguntas, pero como no vas a preguntarme una maldita cosa, dime por qué tienes tantas ganas de agenciarte un ojo morado

Si bien Jesse había modificado un tanto su vocabulario, e incluso el tono beligerante que le había sido habitual para dirigirse a cualquiera lo conociese o no, seguía teniendo la dudosa habilidad de mortificar a su marido dijese lo que dijese.

  • No quiero agenciarme nada, Niña
  • Ah, pues yo diría que sí, si a quien molestas es a Jeff, pero eso no contesta mi pregunta y supongo que tampoco quieres molestarme a mí

Aunque la miró con hostilidad, ciertamente sería muy necio de su parte desatar la ira de su volátil esposa, así que le refirió la reciente conversación con Jeff.

  • Y supongo que tu necia molestia, es porque Jeff dijo que no
  • En principio, él no tiene derecho a decidir…
  • Eh, eh – lo detuvo – Tal vez tú seas muy bueno para descuartizar empresas – comenzó haciendo que Dèjan juntase las cejas, porque desde que le había hablado de una parte de lo que hacía, Jesse se refería a su trabajo de aquel odioso modo – pero de estas cosas no sabes una maldita cosa. Por empezar, Jeff no cree tener ningún derecho, y solo intenta no contrariar a Blair. Y segundo, quien no tiene derecho a tomar decisiones por ella, eres tú
  • Y no lo hago, solo me preocupa que después de todo por lo que acaba de pasar, no tenga la atención necesaria
  • ¿Y acaso dudas de quienes trabajan en St. Mary?
  • Desde luego que no, pero allí hay muchos niños
  • No seas necio, hombre, porque casi hay más personal que niños – lo contradijo exagerando mucho

Como Jesse ya estaba lista, después que dijo eso abandonó la habitación, y apenas había dado unos pasos escuchó a Al, así que apresuró el paso para alcanzarlo, pues sabía que debía estar bajando con la niña.

  • Ljubavi – insistió Dèjan dándole alcance

Sin embargo, tendría que dejar eso un momento, porque en cuanto Dajana lo escuchó, comenzó a dar brincos en brazos de Al y a balbucear, así que él tomó a la niña.

  • Creo que es mejor que hables con Jani, por fortuna para ti, al menos ella no querrá golpearte por necio – dijo Jesse en tono maligno, pero él no iba a renunciar con tanta facilidad
  • Ljubavi, sé que las chicas hacen un maravilloso trabajo, pero esta niña necesita atención especial, así que aquí estará mucho mejor, al menos…
  • Ya deja de fastidiar, jefe. Debemos estar contentos de que Jeff y Nathan la hayan convencido de que donde mejor puede estar es en el centro, pues ahí no va a estar presa
  • ¡Y tampoco aquí! – exclamó él con horror mientras que Dàmir, quien ya había llegado abajo conduciendo a Ivy, se giró

Jesse por su parte, se había detenido y entrecerrando los ojos, se acercó a Dèjan clavando un dedo en su pecho.

  • No-me-grites – silabeó y después de eso, bajo a toda carrera sin siquiera saludar a la pareja.
  • ¿Papá?
  • Buenos días, hijo. Ivy – saludó y como Dajana al escuchar a su hermano comenzó a estirar los brazos hacia él, Dèjan se la pasó y siguió tras Jesse
  • Niña, no te gritaba a ti – dijo al entrar al desayunador, pero casi sintió las miradas de Nick y de Charlie como un golpe físico

Nick nunca se metía en los pleitos entre su hermana y su cuñado, sino que disfrutaba groseramente de las palizas verbales que le propinaba Jesse al necio aquel, pero escuchar que la estuviese gritando, cambiaba mucho el panorama y por eso lo estaba mirando de aquel modo, aunque Dèjan lo ignoraría olímpicamente. Lisa, que conocía bien a los chicos, colocó una mano sobre el brazo de Nick y miró a Charlie en forma amenazante, así que ambos guardaron silencio.

Como cabría haber esperado, Dèjan no solo no conseguiría nada, sino que saldría muy mal parado, ya que hasta su hijo estuvo de acuerdo con los demás en que forzar a Blair a ir a un lugar en donde no iba a sentirse bien, podía ser contraproducente. De modo que había salido de su casa de pésimo humor. Le ladró el saludo a Ioan, y aunque a Alice no le fue tan mal, ambos sabían que tendrían un mal día cuando Paulo les explicó qué era lo que tenía a aquel individuo de tan mal humor.




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