Cap. 45 Reencuentro

James había tenido que darse mucha prisa en hacer las gestiones de reserva en el hotel Bathen House, algo que no le había resultado sencillo, porque él no era Grajko que parecía tener una habilidad muy especial para aquellas lides, especialmente si eran gestiones de última hora, y segundo, porque no se trataba únicamente de los Zazvic, sino que tuvo que hacerlo para los demás integrantes de la agrupación.

A todos, y como cabía esperar, los había tomado por sorpresa la noticia, pero nadie parecía más sorprendido que Imran, y no solo lo estaba, sino que también lo preocupaba mucho debido a que llevaba años conociendo a Johan y no estaba para nada seguro de que aquello fuese a funcionar. De manera que, aunque Maggi intentó que se tranquilizase, no tuvo mucho éxito, y cuando Megan se metió, se preocupó el doble.

• Padre, hazle caso a mamá y no fastidies a tía Amara. Si el tipo resulta un asco, déjamelo a mí

Como se dijo, aquello lejos de tranquilizarlo, solo lo alteró más, porque él sabía, como lo sabían todos, que aquellos niños no se andaban con delicadezas a la hora de cobrar sus cuentas.

A pesar de que Imran no habló con Amara ni con Johan, a éste, y aunque estaba muy feliz, esa felicidad se vio algo empañada, porque en cuanto llegaron todos los chicos de Zora, y después de felicitar a Amara, agarraron a Johan y lo encerraron en una habitación, procediendo de seguido a advertirle en los términos más claros, y cada quien de acuerdo a su carácter, que si le hacía el más mínimo daño a Amara, podía ser el padre de Kerim y hasta el emperador del universo, pero que lamentaría mucho haberlo hecho. Por supuesto, y aunque hasta su propio hijo le haría la misma advertencia, quien se llevó el oro, como siempre, fue Ajle, porque después que le gritó cualquier cantidad de cosas, refrendó lo dicho acomodándole un inesperado puñetazo.

• ¡Ajle! – exclamaron todos
• Eso es para que te quede claro, y solo una pequeña muestra de lo que te espera si te pones payaso con Amara – advirtió abandonando la habitación

En el caso de los más pequeños, podían serlo, pero entendían muy bien casi cualquier cosa, y siendo que Megan les transmitió la preocupación de Imran, comisionaron a Liam, por quien Johan había perdido la cabeza y como si fuese su propia sangre, para que lo llevase al jardín, y casi podía decirse que le había peor con ellos que con los mayores, porque si bien ninguno lo golpeó como había hecho Ajle, sus amenazas fueron hechas de forma clara y cruda, pues ellos no se expresaban de otra manera, y por supuesto, la menos delicada sería Megan.

• Tú me caes bien, Johan – le dijo clavando su dedo en el pecho del sujeto – pero si fastidias a tía Amara y por ese mismo camino mortificas a papá y a los abuelos, puedes irte a la luna si consigues quien te lleve, pero voy a perseguirte lo mismo y esa bonita sonrisa tuya, va a terminar pareciéndose a la del Joker

Aunque Johan sabía por su hijo, cómo eran con exactitud aquello niños, estaba neciamente sorprendido, especialmente porque siendo como era, siempre se había llevado muy bien con todos, y tres de ellos, incluyendo a Liam, exhibieron sus navajas junto con unas sonrisas que se le antojó diabólica, y que transmitía con absoluta fidelidad el mensaje.

Amara que había visto el movimiento extraño, y como sus hijas no estaban en el grupo, algo más extraño todavía, se acercó a Imran que conversaba con sus amigos.

• Imi – dijo y los chicos ahogaron la risa, pues aun les hacía gracia aquel apelativo que le daban en casa a su amigo – ¿Sucede algo con los niños? – preguntó señalando hacia donde estaban con Johan

Como Imran y Dàmir habían estado de espaldas, al girarse, palidecieron y, de hecho, tuvieron la intención de moverse, mientras que los demás, especialmente Ajle y Kerim que sí habían estado viendo “la reunión” tenían sonrisas burlonas en sus labios y sujetaron a los otros dos.

• Ya conocen a papá, seguramente está planeando alguna diablura con los chicos – dijo Kerim

Y aunque todos, con excepción de Amara, sabían que no era así, no pudieron moverse y nada dijeron para no alterar a la novia.

Finalmente pudieron iniciar la ceremonia que fue más bien sencilla, teniendo en cuenta que uno de los contrayentes no se caracterizaba por la sencillez, pero muy emotiva. Ima abrió el cortejo como la niña de las flores, mientras que Liam y Lavine portaban los anillos. Los niños se habían burlado mucho de Liam por el estirado traje que lo habían obligado a vestir, pero como a aquel individuo lo traía sin cuidado cualquier cosa con lo que lo vistieran, algo que había quedado demostrado con lo que los niños habían calificado de disfraz el día de la boda de Dàmir, no prestó ninguna atención y, en cualquier caso, no había terminado la ceremonia cuando ya el corbatín había desaparecido, y antes de que terminase la fiesta posterior, Liam solo llevaba encima los pantalones y nadie sabía dónde habían quedado la chaqueta, el chaleco y la camisa.

En un momento en el que Johan se sentó, casi inmediatamente se sentaron a su lado Jesse y Jeff.

• Jani – dijo Johan estirando los brazos para cargar a la niña – ¿Cómo está la pequeña princesa Zazvic? – preguntó mientras la niña tiraba de su corbata y Dèjan componía expresión de disgusto, pues parecía considerar un insulto que su pequeña hija tocase la corbata de alguien más – ¿Acaso quieres ahorcarme, bonita?
• Quizá ella no, pero tal vez te haría un favor – dijo Jesse haciendo que Johan la mirase con curiosidad – Verás Johan, espero sinceramente que ese bicho que te picó obligándote a casarte, también te haya transmitido algo de juicio, porque si no, en verdad pensarás que lo mejor habría sido que Jani te ahorcase hoy, porque los demás no seremos especialmente misericordiosos
• ¡Diablos! Creo que hoy he recibido más amenazas que felicitaciones
• Y harías bien en prestar atención, Johan – intervino Jeff – porque no sé qué te habrán ofrecido los demás ni si estén en capacidad de cumplir con sus amenazas, pero te aseguro que si decides no escuchar… mmm bueno, digamos que no podrás hacer nada más en una vida que no tendrás – concluyó con una encantadora sonrisa