Las últimas semanas de noviembre habían sido muy atareadas para Giuliana, de modo que Jesse estaba muy molesta con ella, pues casi no la veían. Otro asunto por el que Jesse estaba igualmente molesta, era porque, aunque ahora tenía más libertad de acción y en teoría podría haber ido a donde quisiera, Nick estaba en desacuerdo y no por su salud, sino por los peligros que representaban Giovanni y Albert.
Aquello era puntualmente cierto, porque desde que Albert desapareciese de la importadora en la que Donatello lo había localizado, no habían vuelto a saber nada de él. Sin embargo, esa misma falta de información era lo que hacía pensar a Nick que aquel desgraciado podía estar de muchas formas y muerto no era una de ellas.
El pleito de aquel día obedecía a que Jesse estaba empeñada en ir al viejo almacén por sus libros. Charlie miró a Nick y le hizo un gesto negativo con la cabeza, pero en aquella ocasión Jesse lo captó y miró furiosa a su hermano.
Nick se mesó el cabello y se maldijo mentalmente por enésima vez, pues sabía que estaba en un lío inmenso. Jesse le había pedido sus libros, que era lo único que en verdad quería rescatar de su antigua vivienda, pero entre una cosa y otra, ninguno de los chicos había ido por ellos. Unos días después de que Jesse fuese dada de alta, Charlie llegó una mañana con mucha agitación.
Nick se había girado mirándolo con lo que Charlie identificó con rapidez como una ira inmanejable.
Nick se sentó aun sin colocarse la camisa, encendió un cigarrillo y su mirada se perdió en el vacío. Su mente comenzó un repaso desde el momento en el que había estado por primera vez en aquel lugar. Según lo que recordaba, el callejón estaba compuesto por un conjunto de cuatro o cinco edificios, el almacén y una cancha en desuso, pues el piso estaba agrietado. Como a él no le gustaban las cosas a medias, intentó por todos los medios que pudo, averiguar si aquellas construcciones pertenecían a alguien poco interesao o si simplemente habían sido abandonados. Su investigación arrojó que efectivamente los propietarios que eran varios, habían ido abandonando las construcciones por diversos motivos, casi todos relacionados con el deterioro de las mismas y los pocos recursos para mantenerlas en pie. Con las cosas así, Nick pensó que nadie iba a reclamar nada y en realidad a él no le interesaban las bienhechurías, sino la ubicación geográfica, así que se olvidó del asunto y siguió con lo suyo. Sin embargo, un tiempo después, también fueron al lugar unos funcionarios municipales y ellos prestaron atención, pero fuera de pasearse por el lugar, no dijeron ni hicieron nada, y Nick concluyó que si bien era posible que el estado estuviese pensando en hacerse cargo, o bien no le habían encontrado utilidad o no contaban con los recursos de forma inmediata. A Nick ya no le interesaba hacer negocios allí, porque si bien en un principio había sido bueno para ello, ya no se dedicaba a la distribución y se mantenían allí más que todo como medida de protección para el centro de actividades en el que invertían, pues sus negocios ahora se efectuaban a otro nivel y en otro lugar. Una vez finalizado todo este repaso, se puso de pie, terminó de vestirse y se puso en marcha.
Charlie no discutió más y así llegaron al callejón. Nick se bajó del coche y vio a varios de sus chicos mirando las actividades desde el inicio del callejón.
No obstante, Nick vio algo que le resultó muy familiar, aunque no agradale, así que se acercó al vehículo.
Editado: 12.02.2022