Acordes del Corazón (libro 4. Звезда)

Cap. 19 Conversaciones

 

JJ había subido a la habitación muy preocupado, porque a pesar de que ya llevaba varios días compartiendo con la agrupación y opinaba que eran buenas personas, en principio no los conocía mucho en realidad, y por otra parte, lo que había sucedido más temprano lo había mantenido en estado de angustia justamente por lo que le había dicho a Mix. De manera que ahora estaba doblemente preocupado y pensaba que no debió dejar que su hermana se quedase a solas con Edvin, ya que por muy buenas personas que fuesen los demás, al menos en el caso de Edvin, JJ no estaba muy seguro de eso debido a la forma en la que había estado comportándose, y adicional a esto, seguía siendo un hombre con experiencia, mientras que Lisandra solo era una jovencita sin ninguna.

Aunque se suponía que debía bañarse y cambiarse de ropa para estar listo cuano llegasen los parientes de los chicos y fuesen presentados a ellos, JJ abrió la puerta y como no vio  a nadie en el pasillo, se fue a la hbitación que ocupaba Lisandra decidido a esperarla y tener una seria conversación con ella, en la que le advertiría de los posibles peligros que corría con un individuo como Edvin.

 

Entre tanto, el objeto de preocupación de JJ, había seguido a Edvin hasta el salón de música. No obstante, una vez allí, y aunque según lo que había entendido, él quería hablar, después de unos minutos seguía sin hacerlo.

  • Me dijis…
  • Yo…

Los dos habían comenzado a hablar al mismo tiempo, de manera que al notarlo, ambos hicieron silencio.

  • ¿Sí? – preguntó ella
  • Quería disculparme
  • Disculparte
  • Sí, ya sabes, por… – pero como no finalizó, Lisandra juntó las cejas
  • No, no sé, porque podría ser por muchas cosas comenzndo por lo odioso que eres
  • No lo soy
  • Ah sí, sí lo eres y en realidad me ha sorprendido mucho descubrirlo, porque por algún absurdo motivo pensaba que eras uno de los seres más dulces del mundo y…
  • Bueno tampoco, pero… – sin embargo ella preció no escucharlo
  • … supongo que no lo sabes, porque estoy segura que no viste las notas en el álbum que me hizo ganar el concurso

Edvin estaba bastante seguro que John se los había mostrado, pero que él recordase algo estaba como más difícil. No obstante, y aunque era muy posible que las personas que no lo conocían bien, pensasen que su aire inocente era una pose, en realidad no era así y Edvin era, y al parecer siempre sería, emocinalmente inmaduro y de allí que proyectase esa inocencia. Otra consecuencia de lo anterior, era que como todo niño, solía decir las cosas sin filtrar y tal y como se presentaban en su mente, de manera que solía ser muy honesto y era por eso que a veces cuando los entrevistaban, especialmente Ajle, era quien contestaba algunas preguntas para que Edvin no dijese nada demasiado personal o tan sincero que escandalizase a la opinión pública.

  • Estoy seguro que sí lo vi – reconoció sin pensar que esto habría podido molestar a la chica por lo que acaba de decir con respecto a él – pero tengo dificultades para recordar muchas cosas
  • Claro – dijo ella en tono irónico – si fuese así no habrías podido aprender a tocar y ciertamente no podrías cantar, porque olvidarías las letras – puntualizó
  • Eso es diferente, para tocar no necesito pensar o recordar, es solo algo que… está dentro de mí – dijo frotándose la frente – La música es… mi vida. Tal vez no tanto como para Dàmir por ejemplo, pero es la única cosa que hago bien

Lisandra estaba mirándolo con atención y sintió que se le encongía el corazón al verlo tan angustiado, así que dio unos pasos hcia él, pero Edvin se hizo hacia atrás.

  • ¡No! – exclamó haciendo que ella se detuviese – No es juicioso que te me acerques, porque ya viste lo que sucedió antes

Tal vez, y así era, Lisandra no tuviese experiencia, pero era una chica y hay cosas que van impresas en la naturaleza, que son un aporte directo de ésta y que no necesitan ser aprendidas. De modo que ignorando la advertencia, comenzó a avanzar y Edvin a retroceder hasta que se le acabó el espacio.

  • ¿Por qué me estás hciendo esto? – preguntó el chico
  • No te he hecho nada, o al menos nada  que te de derecho a quejarte, señor Kocevic
  • ¡Oh Dios! ¡Ya sé! – exclamó y ella elevó una ceja – Eres… eres… un ninfa y quieres…
  • No estamos cerca de ningún curso de agua, Edvin
  • Entonces… una – pero el rápido movimiento de sus ojos indicaba que pensaba a toda prisa – … una Lamia
  • Esas tiene el cabello rojo
  • ¿Entonces qué clase de criatura eres?
  • Aunque de niña soñaba que era un hada, después me convencí que no tenía ningún poder que lo demostrase, así que no, no soy niguna criatura sobrenatural
  • Tienes que serlo – insistió él y ella sintió curiosidad
  • ¿Por qué?
  • Porque… bueno, porque desde que te vi sentí algo muy extraño – ella iba a pedirle que especificara, pero, aunque en principio Edvin se había mostrado vacilante, luego sus palabras aquirieron seguridad y velocidad – Primero pensé que me caías muy mal, después… bueno no recuerdo qué pensé después, pero luego me pareció que te conocía de antes, y cuando Ajle comenzó a decirme que lo que me sucedía era que había perdido mi necia cabeza por ti, lo que sentí fue miedo




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