Acordes del Corazón (libro 4. Звезда)

Cap. 38 Trozos de historia

 

Giuliana llegó junto con Steven, algo que extrañó sobremanera a los miembros del grupo, porque a pesar de que sabían que Steven no era una mala persona, tampoco era que fuese por ahí mostrándose interesado en los problemas personales de sus estrellas a menos que éstos afectasen de alguna manera a la disquera. John y Giuliana por separado, recordaron lo que había dicho Josh con respecto al interés de Steven en mantener a Dàmir contento para que no se marchase y eso explicaba su presencia, al menos en opinión de ellos dos.

La llegada de Limeriè no sorprendió a nadie, pues aparte de la estrecha relación que mantenía la cantante con el grupo, el mismo Dàmir le había contado lo sucedido, y en todo caso lo extraño fue que se presentase en compañía de sus hermanos.

Los que sí sorprendieron a todos, y eso incluía a Kerim quien por lo general estaba al tanto de todo y se sorprendía poco, fueron los integrantes de Wendelen, pero como nadie se iba a poner a preguntar cómo se habían enterado, no se enterarían de cómo lo habían hecho ellos.

Otros que los sorprendieron poco fueron los chicos de Ice, ya que en su caso se habían enterado en el hospital, y un poco después Kalevi había llamado a Kerim para saber dónde se efectuaría el funeral. Ni Olavi ni Pekka estaban muy de acuerdo con Kalevi, el primero, porque en su opinión  no debían entrometerse en los asuntos de aquellas personas, y en el caso de Pekka, porque seguía sin gustarle la idea de inmiscuirse mucho ni con ellos ni con nadie en realidad. No obstante, Kalevi argumentó que los miembros de Zora eran los que los habían tratado mejor desde que estaban en Recordline, y que era su deber acompañarlos si estaban pasando por un mal momento.

Ajle que en opinión de sus amigos era un sujeto muy necio, en cuanto vio llegar a los chicos de Ice, caminó hacia ellos con expresión tormentosa, y Mihailo, que ya conocía bien a su hermano, también corrió en aquella dirección cuando lo vio dirigirse al grupo con aquella nada tranquilizadora expresión; pero se tranquilizaría un poco al escucharlo.

  • ¿Qué sucede con ustedes? No se supone que esta chica vaya por ahí como si nada cuando esta mañana estaba hospitalizada ¿Qué clase de hermano eres? – finalizó mirando a Heikki

Mihailo se interpuso entre su necio hermano y los rubios que lo miraban entre asombrados y confundidos.

  • Les ofrezco disculpas en nombre de mi hermano, pero es que tiene la idea de que la obligación de uno es perseguir – puntualizó – hasta el agotamiento al mismo. De modo que no le hagan mucho caso – les dijo y miró a la chica – Pero si no lo considera una imperdonable intromisión, me gustaría saber si está usted bien, señorita

Ajle tenía el más sincero deseo de asestarle a Mihailo, pero Kerim que también había notado cuando se dirigía al grupo, había acudido en auxilio de Mihailo y tenía a su amigo sujeto, y además lo había silenciado colocando una mano sobre su boca.

  • En… en realidad… estoy bien – dijo Erkki con cierta dificultad
  • En mi experiencia, no somos hospitalizados por estar bien – le dijo acompañando la frase con una encantadora sonrisa

Como ya se ha dicho, Mihailo era parecidísimo a Ajle, y en principio ese parecido  era lo que había originado que pudiesen reencontrarse; pero el parecido era solo físico, y mientras Ajle utilizaba su encanto para atraerse la atención de las incautas criaturas que formaban parte de su incababale lista de conquistas, Mihailo utilizaba el suyo para ganarse la confianza de los pacientes que ya le permitían tratar en el hospital, de manera que, aunque les pudiese parecer raro verlo en aquel plan tan afable, solo hacía lo que hacía siempre, pues después de lo que había escuchado, no podía evitar ver a la chica como una paciente, aunque no lo fuese. No obstante, como Erkki no sabía nada de esto ni de nada en realidad, tenía los ojos muy abiertos y los desplazaba de uno a otro con asombro. Como era evidente que Erkki parecía imposibilitada para decir algo, Kalevi se hizo cargo de la situación.

  • Les agradecemos la preocupación – dijo incluyendo a Ajle – pero los médicos dijeron que Erkki estaría bien
  • ¿Y de qué exactamente? – insistió Mihailo
  • Se ei ole sinun ongelmasi [1] - murmuró Pekka, y aunque Mihailo no entendía su idioma, lo que sí entendió fue el disgusto
  • Me disculpo nuevamente si les prezco entrometido, pero es que soy estudiante de medicina y cualquier condición que afecte al prójimo, naturalmente despierta mi interés
  • No te preocupes, Erk sufrió una reacción alérgica, pues no tolera el pescado
  • Entiendo – dijo Mihailo y la miró a ella – Me alegra saber que se siente mejor y le recomiendo alejarse de nuestro popular Fish and Chips – concluyó sonriéndole

Después de eso entre él y Kerim arrastraron a Ajle lejos de allí y éste iba protestando en todos los tonos.

  • Cierra la boca, Ajle – le dijo Kerim con disgusto – ¿Se puede saber cuál es tu empeño en que Pekka te acomode un puñetazo? Ese individuo tiene un carácter de los mil demonios y parece no gustarle nadie, así que… – pero perdía su tiempo, porque Ajle estaba mirando con ira a su hermano y no le estaba prestando atención
  • ¿Desde cuándo eres tan… simpático?
  • Algo debo haber aprendido de ti después de todo este tiempo
  • La pena es que él no haya aprendido de tu discreción – dijo Kerim alejándose a continuación
  • Además – siguió Ajle – no necesito que te disculpes por mí, especialmente cuando no estaba haciendo nada mal
  • Pues eso es según, porque eso de ir a gritarle a unos sujetos que casi te sacan una cabeza y siendo que uno de ellos parece tener muy mal carácter, no me prece especialmente juicioso
  • Eres un entrometido y…
  • ¿Yo? ¿Estás seguro de eso? Porque no fui yo quien fue a pedirle explicaciones que además no son mi problema a… – pero se detuvo y miró a su hermano con atención – Ajle Vejnovik
  • ¿Qué? – preguntó él
  • Te gusta esa chica
  • No digas estupideces
  • ¿Lo son?
  • Por supuesto que lo son. No puede gustarme, porque… porque es… pálida – dijo al final haciendo que Mihailo sonriese
  • Estás mintiendo de forma descarada y muy mal si me preguntas, porque por empezar, a ti te gustan todas
  • ¿Acaso no me escuchaste?
  • Ah sí, pero si te refieres a tu interesante explicación de por qué no te gusta, te sugiero inventar algo mejor, hermano – dicho esto se alejó regresando junto a su novia




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