Epílogo

Si bien los reporteros, tanto los que cubrían las páginas de farándula como aquellos que se dedicaban a perseguir a los miembros del jet set, habían estado enviando apresuradas notas a sus asistentes en las oficinas de redacción de los diarios alrededor del globo, con el urgente mensaje, en algunos casos, de realizar una veloz investigación acerca de Dèjan Zazvic, y en otros a quien estaban pidiendo investigar era a Dàmir Izadik, en ambos casos aquellos a quienes les tocba realizar el trabajito gimieron para sus adentros, pues tanto el uno como el otro precían igualmente celosos con su vida privada, detalle éste que reforzó la idea acerca de la sorprendente noticia que iban a dar.

Sin embargo, no serían las fotografías de padre e hijo las que ocuprían las páginas sociales o de farándula, sino que serían las primeras páginas de todos los diarios en las que aparecería la terrible noticia, y en las que solo se vería el rostro de Dàmir bajo el más triste de los titulares:

                                   Y se apagó la estrella

Aquello desató una ola de histeria colectiva, y en varias ciudades, las mismas casi se vieron parlizadas por las multitudes que se volcaron a las calles y o bien clamaban justicia, o simplemente lloraban a su estrella.