Acordes del Corazón (libro 5. Персегуидос)

Cap. 1 Retrospectiva

 

Los guardaespaldas de los chicos, al escuchar la primera detonación, se habían lanzado sobre ellos, aunque ni Cristopher que era el de Imran, ni James, pudieron evitar los impactos, pues fueron Imran y Dàmir los primeros en recibirlos. Andrija por su parte y poseyendo la vista que le había conferido su entrenamiento, localizó por lo menos a uno de los agresores y caminó derecho hacia él. Alguien había gritado al piso, pero como aquello era totalmente inusual, pocos obedecieron, pero eso no evitó que Andrija alcanzase a su objetivo, aunque derribó a varias personas en el proceso.

  • Acabas de cometer tu último error – dijo en tono helado y un segundo después el individuo caía con el cuello roto

No obstante, en ese momento escuchó otro disparo y se giró, aunque con pocas esperanzas de localizar a alguien, pero hubo otro que se lo indicó con claridad.

  • Dèjan – pensó el chico corriendo hacia la fuente del problema

Para ese momento los presentes parecían haber registrado con corrección la orden de lanzarse al piso, y a Andrija le resultó más sencillo, pero también al sujeto verlo a él. Andrija sabía que no podría proceder del mismo modo, así que extrajo con rapidez su automática y comenzó a accionarla, el asunto fue que el otro hizo lo mismo, aunque eso no detuvo a Andrija.

Entre tanto y en el lugar donde habían caído Imran, Dàmir y Dèjan, todo era un caos, porque Kerim había golpeado a su guardaespaldas al igual que el habitualmente perdido Edvin, y se habían abalanzado hacia donde habían caído sus amigos. Kalevi había sujetado a Erkki lanzándola al piso, pues ellos procedían de un país sumamente conflictivo y estaban más acostumbrados a aquella clase de inesperados ataques por parte de grupos extremistas, pero pasada la primera impresión, Erkki lo apartó con escasa delicadeza y corrió hacia los demás. Mix a quienes había sujetado era a Illinka y a Izkra mientras que Illija sobre quien se había lanzado era sobre su madre, porque Lazlo también había resultado alcanzado. Igor y Drasko que estaban ilesos, habían corrido hacia Dèjan pensando como todos, que también había resultado herido, aunque no era así.

  • Pero… ¿qué le sucede? – preguntó Igor
  • Supongo que fue la impresión al verlo a él – dijo Drasko señalando hacia donde estaba Dàmir

Ioan y Paulo al ver que Dèjan solo estaba inconsciente, pero no herido, se habían vuelto con la misma intención, es decir, la de localizar a quienes habían hecho aquello, y como ambos siempre iban armados, vieron al segundo individuo justo cuando Andrija comenzaba a dispararle, pero también vieron que el desgraciado también le había acertado al chico, de modo que Ioan corrió hacia él llegando al mismo tiempo que otros dos sujetos de los cuales afortunadamente identificó a uno o habría disparado al verlos correr hacia Andrija.

  • ¡Zêgar! – exclamó pues entre otras cosas no habría esperado encontrarlo allí

Sin embargo, por primera vez en toda su vida, o al menos que él pudiese recordar, Zêgar no le respondió y ni siquiera lo miró, pues estaba muy ocupado evaluando los daños de Andrija.

  • Tranquilo dete, ya viene la ayuda – le estaba diciendo
  • Olvídate de… mí – le dijo – dime… que el… maldito está… muerto
  • Andrija…
  • ¡Obedece! – le ordenó, pero cuando Zêgar iba a verificarlo, el otro intervino
  • To je [1]
  • Seguro… hay más
  • Ya se están ocupando de eso, ahora deja de hablar – le dijo Zêgar, pero él no hizo caso
  • Dèjan…
  • Él está bien – dijo Ioan, pero tuvo una pésima sensación al ver el pálido rostro del chico
  • Como sabemos que… no es la primera vez… que ves a… un muerto… tu expresión es… ridícula, Ioan

Zêgar se había pasado los últimos quince años quejándose de aquel mocoso que en su opinión le hacía la vida miserable a todo ser viviente, y en aquel momento se preguntó por enésima vez, qué clase de criatura era aquella que podía bromear en un momento tan comprometido como el actual y en el que era su propia vida la que estaba en riesgo.

  • Te dije que te callaras
  • Y tú no me das… órdenes – replicó Andrija, aunque no agregaría nada más en forma inmediata
  • Ve con Dèjan, yo me ocupo de él – le dijo Zêgar a Ioan

No obstante, antes de que Ioan se levantase, pues en verdad también le urgía saber de Dàmir y los demás, cuando Andrija volvió a hablar, pero lo que diría impactaría a Ioan más que ninguna otra cosa en su vida.

  • Kerro… isä…
  • ¡No voy a decirle una maldita cosa a tu padre, porque sabes que Ivar me matará si algo te sucede, niño!

Y Zêgar estaba convencidísimo de eso, porque estaba cansado de escucharle a Ivar la misma canción, es decir, que se ocupase de que no le sucediese nada al pequeño demonio, algo que por cierto consideraba en extremo injusto teniendo en cuenta que Andrija se pasaba la vida haciendo cosas peligrosas por cuenta propia o por encargo de Ivar. Entre tanto, Ioan parecía haber sido alcanzado por un rayo, aunque inmediatamente pensaría que había entendido mal, pues él sabía de cierto que su tío no tenía hijos, pero aquello tendría que esperar, pues estaban llegando las ambulancias.

  • Solo… dile…




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