Acordes del Corazón (libro 5. Персегуидос)

Cap. 11 Los días pasan

 

El último y más reciente drama de Dàmir era con relación a Limeriè, porque  a pesar de que todos lo mantenían informado, quería verla por sí mismo, pero como David había prohibido en forma absoluta casi cualquier movimiento, Dàmir estaba imposibilitado para ello.

No obstante, esto iba  resolverse con relativa rapidez, pues una mañana en la que Dèjan miraba en silencio, cómo Jesse obligaba a Dàmir a desayunar, algo que él no había logrado ni aun haciéndole traer lo que le gustaba, pues Dàmir solo estaba mostrándose malcriado por estar allí preso, se abrió la puerta.

  • ¡Justine! – exclamó el chico

Jesse se quedó a media frase y Dèjan clavó sus negros ojos en la recién llegada, y aunque aquella era una mirada difícil de ignorar, ella solo tenía ojos para Dàmir, de modo que Dèjan trasladó su mirada a Mix que era quien empujaba la silla, y aunque éste sí la registró, no tuvo ocasión para decir nada, suponiendo que se hubiese querido tomar la molestia, ya que tuvo que sujetar los hombros de la chica quien evidentemente había intentado ponerse de pie.

  • Con calma, mademoiselle, o pensaré que esta fue mala idea – le dijo
  • ¿Ella puede estar aquí? – preguntó Dàmir que pasó de la sorpresa a la angustia
  • Claro que puedo
  • ¿Mix? – insistió Dàmir
  • Solo un momento – contestó Mix acercando la silla al borde de la cama

Después de eso Dàmir pareció calmarse un poco y luego de un rápido y poco informativo inventario visual, recordó que no estaba solo.

  • ¿Recuerdas a papá, no? – le preguntó a Justine después de saludarla apropiadamente y ella miró a Dèjan
  • Eso sería difícil, pues apenas si tuvimos ocasión de cruzar el saludo y nada más – dijo él, aunque Dàmir hablaba con ella – Dèjan – agregó extendiendo su mano mientras Justine lo miraba con los ojos muy abiertos

Aunque efectivamente habían sido presentados, como había dicho Dèjan, no habían ido más allá del saludo, porque eso había sucedido el día de la Gala de la Fundación y  Dàmir las había arrastrado a ella y a Erkki en un agotador recorrido por toda la sala, y les parecía que habían hablado con todos los asistentes. De modo que por todo lo anterior, Justine tenía la misma expresión que era habitual en todos los que veían a padre e hijo por vez primera.

  • Linda, pero algo silenciosa – dijo Dèjan haciendo que su hijo elevase las cejas y que Jesse quisiese acomodarle un puñetazo, y ambos por el tono burlón que había empleado
  • Te recordaré ese comentario cuando la conozcas un poco mejor – dijo Mix
  • Y créeme, extrañaras este momento y…
  • ¡Kerim! – exclamó Justine saliendo del mutismo que le había causado la impresión
  • Vamos Limeriè, no me dirás…
  • Ya basta Kerim – lo interrumpió Dàmir – Y ella es Lyn – le dijo a la chica señalando a Jesse – te he habado mucho de ella

Aunque era improbable que ninguna de las dos fuese consciente de ello, ambas estaban mirándose con la misma expresión de asombro. En el caso de Jesse esto obedecía a que había estado preguntándose quién era aquella chica hasta que Kerim mencionó su nombre, y además pensó que si su hermano mayor la había encontrado preciosa aun con el maquillaje y el vestuario que detestaba, si la veía sin todo eso, sin duda perdería la cabeza, pues en opinión de Jesse, se veía aún mejor sin lo anterior. Y en el caso de Justine que estaba perfectamente al tanto de quién era Lyn, aparte del asombro, se había activado también un sentimiento que no había experimentado nunca antes. Celos. Sin embargo, Jesse que le ganaba por un amplio margen con relación a la imposibilidad de mantener silencio, fue la primera en hablar.

  • ¡Demonios! – exclamó – Mi hermano mayor opina que eres la chica más linda del planeta y morirá cuando le diga que te vi en persona, y que Charlie pudo verte de cerca y él no

Dèjan por algún extraño motivo que despertaría la curiosidad de Kerim y de Mix, tenía una sonrisa de diversión en los labios.

Mientras hablaba, Jesse se había acercado con la mano extendida y Justine la sujetó de forma distraída.

  • ¿Así que tú eres la famosa Lyn?
  • ¿Famosa? ¡Ja! No soy yo la que sale en los diarios o en la Tv, ni la que gana premios. Y por cierto ¿me darás un autógrafo?

Un segundo después ambas estaban riendo. Aunque Justine no sabía por qué, algo le decía que aquella chica no representaba un peligro, faltaba saber si estaba equivocada o no.

 

Andrija finalmente había comenzado a responder al tratamiento, de manera que Ivar pudo respirar de nuevo. Sin embargo, cuando el chico despertó y solo unos minutos después de eso, ya Ivar quería apalearlo.

  • ¿Cómo te sientes?
  • Olvida eso y… dime que Mirko… es historia
  • Andrija…

Ivar se detuvo, porque los ojos grises parecieron relampaguear, algo que él sabía era un claro anuncio de problemas.

  • ¿Qué sucede? ¿Te sientes mal? – le preguntó al verlo estirar la mano hacia el timbre




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