Después de más de un mes de hospitalización, Dàmir estaba mucho mejor y a punto de ser dado de alta. De modo que, aunque Ioan había estado haciéndose cargo de las cosas urgentes y trasladando a Londres todo aquello que por fuerza requería de la presencia de su primo, en aquella ocasión fue imposible y Dèjan tuvo que hacer un corto viaje. Sin embargo, a su regreso se encontraría con una situación muy poco grata.
Como ya se dijo, los primos de Dàmir, y si bien muchos de ellos habían ido a verlo solo en una ocasión, siendo que pronto iba a salir del hospital, Igor ordenó a todos ir a verlo. Las intenciones de Igor podían ser buenas y tendientes a estrechar las relaciones del chico con la familia, pero como el afecto no se obliga, nada conseguiría en aquel sentido, y adicional a ello, lo que iba a agenciarse era un par de problemas serios.
La habitación de Dàmir solía estar muy concurrida casi a toda hora, algo que los médicos consideraban inadecuado, pero después que Dèjan habló con David y se aseguró de que aquel desfile de personas no iba a causarle ningún perjuicio a su hijo siempre que éste se mantuviese tranquilo en la cama, envió a los médicos a paseo con sus delicadas maneras y las cosas siguieron igual. Pero ahora que ya le permitían a Dàmir levantarse por períodos más largos, donde pasaba más tiempo era en el salón para visitas que tenía una pequeña terraza desde donde, según él, podía respirar de verdad.
El día del regreso de Dèjan, los chicos habían estado no solo muy contentos con la noticia de que pronto Dàmir podría abandonar el hospital, sino haciendo locos planes, al menos en los casos de Ajle y Edvin, para la boda de Imran y Maggi, cuando se presentaron los Zazvic no habituales.
Dàmir había desarrollado una buena relación con Igor y con su esposa Nadeska a quien había conocido en la navidad que había pasado en Hungría, pero sería a raíz de su hospitalización, que establecería una mejor relación con la chica, porque Igor nunca la había llevado con él a los conciertos a los que había asistido, pero cuando el incordio de Ajle le preguntó la razón, Igor le dijo que a ella no le gustaban las multitudes, sin embargo, Dàmir, y Kerim primero que él, ya habían notado que Nadeska era una criatura extremadamente silenciosa e introvertida, algo que Dàmir había confundido con antipatía cuando la había conocido en navidad. No obstante, Dàmir se había aplicado al máximo y debió tener éxito, porque la chica había acompañado a su esposo todas las veces que Igor había estado en el hospital, de modo que Dàmir la saludó con la alegría de siempre, pero cuando se acercó su primo, su expresión cambió.
No continuaron con la discusión, pues las chicas ya se acercaban y Dàmir se puso de pie para saludar.
Vesna era una de las que parecía no querer estar allí y seguramente así era, pero no por Dàmir, sino porque en verdad le tenía terror a Dèjan. Sin embargo, como él no estaba, saludó a Dàmir con menos aprensión, aunque si la mostró al verlo de pie.
Si bien las chicas lo saludaron con bastante naturalidad, los varones mayores lo hicieron con la indiferencia habitual con excepción de Faris que seguía pareciendo perdido, pero como ya Dàmir sabía por Illija que ese sujeto era como Edvin, no le producía el malestar que experimentaba con los demás.
Cuando Dèjan llegó, juntó las cejas al ver e identificar entre los presentes a sus sobrinos mayores.
Él se limitó a mirarlos con aquella expresión que Nick calificaba de juez supremo del universo, y se fue derecho hacia su hijo.
A Dèjan se le dibujó una imperceptible sonrisa, porque a pesar de que entre ellos ya hablaban de los miembros de la familia con mayor naturalidad, en el interior de Dèjan siempre estaría la dolorosa herida de los muchos años de rechazo que le hicieron vivir a su hijo.
Los mayores se sorprendieron cuando Illinka, que había ido al baño, estuvo de regreso y se fue derecha a colgarse al cuello de su tío.
Pero mientras Dèjan reía, los que miraban parecían a punto de sufrir como mínimo un paro respiratorio para maligno regocijo de Dàmir y de Kerim, porque mientras ellos ya estaban acostumbrados a esto, los otros lo que parecían esperar era que Dèjan le quitase la cabeza a la gemela. Después de que Dèjan le alborotó el cabello a Illinka, se fue a saludar a Maggi y a los chicos mientras sus sobrinos daban la impresión de que no podrían hablar nunca más, algo que habría sido beneficioso, al menos en algunos casos.
Después de lo anterior, todo marchó con normalidad, pero las cosas se complicarían cuando regresó Mirjana en compañía de Jesse, a quien insólitamente había acompañado a su casa, y venían en medio de una alegre y habitual discusión.