Acordes del Corazón (libro 5. Персегуидос)

Cap. 18 Novedades

 

Dèjan se había asegurado que Dàmir no pudiese salir del hospital hasta que no estuviese perfectamente bien, pero finalmente David le había dicho no había motivos para seguirlo reteniendo y le entregó el alta firmada por los médicos tratantes, quienes por cierto, habían sido tantos como pudiesen imaginar, pues Dèjan quiso que le examinasen hasta el último de los cabellos.

Dàmir estaba tan feliz que se levantó exageradamente temprano, y antes de que fuesen a decirle que ya podía marcharse, él estaba listo y empujando a Dèjan para salir. De manera que Pitja armó mucho escándalo al verlos llegar, pero arrastró al chico a su habitación y lo metió en la cama sin escuchar sus protestas. Sin embargo, aún intentaba hacer entender a la buena mujer que no era necesario, cuando hicieron acto de presencia sus amigos, así que Pitja abandonó la habitación diciendo que iría a ordenar el desayuno.

  • ¿Qué? – preguntó Dàmir ante la ausencia de quejas por no esperarlos o bromas por el mismo asunto

Dèjan había clavado sus ojos en Kerim al escuchar la nota de angustia en la voz de su hijo.

  • ¿Dónde está Edvin? – preguntó ahora Dàmir al notar la ausencia – ¡Ajle! – exclamó sobresaltando a Dèjan que aun miraba a Kerim
  • ¿Qué está sucediendo, Kerim? – le preguntó Dèjan sujetando el hombro de Dàmir para que se estuviese quieto
  • Papá, Edvin parecía enfermo y seguramente lo está ¿no es así? – preguntó el chico cada vez más angustiado
  • Cálmate Dàmir. Es cierto que queremos hablarte de Edvin, pero no está enfermo, o al menos no aún
  • Eso es según – dijo Ajle – porque en mi opinión sí está muy enfermo – agregó y Kerim le golpeó la cabeza mientras Imran decía quién sabía qué y Mix intentaba que Ajle dejase de decir insensateces
  • Ya basta – ordenó Dèjan y todos enmudecieron – Y ahora, con calma, explica qué es lo que está sucediendo, Kerim

El rubio tomó aire y comenzó su explicación. En los días inmediatos al regreso de Lisandra, Edvin hablaba con ella a diario y más de una vez al día en realidad; esto había continuado a lo largo de las semanas siguientes, pero desde hacía dos días la chica no contestaba ni devolvía sus llamadas. Inicialmente, los demás pensaron que Lisandra había recuperado el buen juicio y había decidido ponerle punto final, pero Mix estuvo en desacuerdo y por primera vez discutió seriamente con Ajle para que dejase en paz a Edvin. Las cosas comenzaron a complicarse la noche del primer día de silencio, porque Edvin comenzó a apagarse, y el día anterior, casi no había hablado ni había comido, y eso era lo que había notado Dàmir el día anterior, pero como también sucedió todo el desagradable asunto con sus primos, se había  olvidado de Edvin y ahora estaba reprochándoselo.

  • La cuestión es que no estamos muy seguros de qué hacer – concluyó Kerim
  • Yo digo que hay que llamar a Dan y a…
  • Es mala idea, Ajle – lo interrumpió Mix – la otra vez casi los matas del susto
  • ¿Y alguien intentó llamar al hermano de la chica? – preguntó Dèjan
  • Yo – dijo Kerim – es cierto que apenas lo hice ayer en la noche, pero aún hoy me sigue enviando al buzón
  • Esto es raro, no me parecen la clase de personas que actuarían de ese modo – dijo Dàmir en forma pensativa

Pero antes de que nadie aventurase alguna opinión, comenzó a sonar el móvil de Ajle y éste les dijo que era Edvin antes de atender, pero casi de inmediato todos se sobresaltaron al escucharlo gritar.

  • ¡¿Qué?! Escúchame Edvin, no te muevas y espérame ahí, voy para allá.
  • ¿Qué? – preguntaron todos incluido Dèjan
  • No tengo tiempo y en realidad no sé, pero Edvin dice que va al aeropuerto
  • ¡Diablos! – exclamó Kerim corriendo hacia la puerta

Imran se había llevado las manos a la cabeza mientras que Mix estaba marcando por su móvil.

  • Suéltame papá, sabes que estoy bien y…
  • Quédate exactamente donde estás, jovencito – le dijo Dèjan – Yo me ocuparé de esto
  • Papá, no sabemos…
  • Sea lo que sea, he dicho que me haré cargo, Dàmir

Imran y Mix miraron a Dàmir pensando que iba a ponerse difícil, pues ya habían sido testigos que podía ser muy terco y malcriado en ciertas ocasiones, pero no fue así, porque ellos no sabían que la frase yo me haré cargo, era tremendamente efectiva debido a que Dèjan jamás había dejado de cumplir esa promesa sin importar la naturaleza del problema.

  • Gracias papá – le dijo Dàmir con un alivio que desde luego los otros no entendieron

Dèjan le dio un beso en la cabeza y abandonó la habitación, pero antes de comenzar a impartir órdenes, caminó hacia James.

  • Holland
  • ¿Señor?
  • Comuníquese con el guardaespaldas de Edvin y que no le permita subirse a un avión
  • Ya está hecho, señor

Dèjan asintió y le dio un punto extra a Ioan por la idea de asignar a aquel sujeto a la seguridad de su hijo, porque evidentemente se ocupaba de mucho más.

  • ¿Da? – escuchó al otro lado de la línea
  • Ioan, tenemos un problema de urgente resolución




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