Cuando Jesse y sus acompañantes se dirigían al ascensor, venía saliendo del mismo Donatello.
El único que hacía aquello unas diez veces al día, era Don y sin importar los posibles daños a su humanidad, que ya eran menos que al principio.
Charlie le hizo un gesto negativo, pero definitivamente Don no era Nick y no se entendían igual.
Una vez aclarado esto, Don se unió al grupo y bajó con ellos. Aunque él protestaba en todos los tonos cada vez que tenía que comer chatarra, pues era uno de los más feroces defensores de la comida casera y cocinaba siempre que podía, en aquella ocasión y para no mortificar a su hermana, no hizo comentarios desagradables. Sin embargo, como David no planeaba salir de allí y en la cafetería del hospital se esforzaban por servir lo que Don llamaba comida de verdad, tendría menos razones aún para protestar. Mientras ellos ordenaban, el móvil de Jesse comenzó a repicar y ella atendió, pues se trataba de Justine.
Aunque Justine era una buena chica, tenía un defecto parecido al de Ajle, y era que parecía poco hábil para detectar cuando sucedía algo a alguien a su alrededor, así que siguió hablando y quejándose que los productores eran un asco y que necesitaba a Dámir y a Mix. No obstante, el monólogo de la chica quedaría suspendido, pues apenas el mozo se había retirado con la orden, cuando escucharon el inconfundible y aterrador, para Jesse al menos, sonido de una ráfaga de disparos de un arma de alto calibre, algo que quienes identificaron fueron Don y Charlie. David y con unos reflejos envidiables, había tirado la mesa arrastrando a Jesse al piso y cubriéndola con su cuerpo. Don y Charlie habían extraído sus armas, pero tuvieron poca oportunidad de utilizarlas, porque ambos fueron alcanzados.
El asunto estaba siendo llevado a cabo con precisión y rapidez, porque unos segundos después, David vio frente a él, la boca de un arma de asalto.
No le supuso un gran reto a David determinar que nada podía hacer, pues eran varios los que apuntaban en su dirección, de modo que se puso de pie y Jesse junto con él. El que los apuntaba trasladó la mirada de Jesse a Donatello que se sujetaba el brazo que David miraba con preocupación al igual que el de Charlie.
David comenzó a moverse, pero Jesse no, así que el individuo apuntó su arma hacia ella.
Si bien era cierto que Jesse no había entendido la palabra, la orden era de fácil deducción, pero eso de obedecer se le daba malísimo en especial en aquellas condiciones, y fue lo próximo que escucharon para desesperación de su hermano.
David abrió los ojos con desmesura, pues en su opinión, aquellos sujetos no estaban jugando, mientras que Charlie, y aunque estaba en una pésima situación, había reído y una de las armas apuntó hacia él. Sin embargo, y como descubrirían a continuación, con aquella chica nada era fácil, porque se lanzó sobre Charlie y sintieron que una corriente helada recorría sus espinas dorsales.
Jesse no se había limitado a cubrir a Charlie, sino que deslizó con rapidez la mano hacia abajo para tomar el arma.
Aquello fue mal asunto para el fulano en cuestión, porque cuando tiró de Jesse, ella se giró con rapidez y le disparó a quemarropa en el cuello apartándose y apuntando al que daba las órdenes.