Durante los siguientes dos días, Jesse no vio a Dèjan, y aunque al final del segundo día se decidió a preguntarle a Ivar por él, éste le dijo que su sobrino había estado ocupado con asuntos de trabajo. Esto no la convenció mucho, porque siendo que a ella le habían permitido levantarse y la única prohibición que había hecho David, era que evitase la luz excesiva, le pareció tremendamente extraño que Dèjan no hubiese aparecido para protestar o para reñirla por no permanecer en la habitación, pero no teniendo otros medios para enterarse de nada, decidió con su practicidad habitual, olvidarse del asunto.
Otra cosa que preocupaba a Jesse eran sus hermanos; Donatello se recuperaba en forma satisfactoria como le había asegurado David, y a pesar de que la recuperación de Nick sería más larga, en líneas generales estaba bien al igual que Charlie, pero los veía terriblemente preocupados y pensó que era por lo que Ivar les había confiado, pero como no le gustaba de forma especial ir a preguntarle a Nick, decidió hablar con Charlie.
La relación que ella tenía con Charlie, y, aunque cualquier extraño habría podido interpretarla como mala, pues vivían discutiendo casi por cualquier cosa, no habrían podido estar más equivocados, ya que ella lo veía del mismo modo que su hermano, es decir, como un hermano también.
Ella estiró el brazo para sujetar el de él, pero por la fuerza de la costumbre, Charlie se hizo hacia atrás.
Ella asintió y entraron juntos a la habitación de Nick que estaba especialmente concurrida, pero de todas las personas que estaban allí, la que menos gustó a Jesse fue Andrija, sin embargo, se olvidó de él al ver a Dèjan y corrió hacia este.
Los presentes no podían estar más sorprendidos, incluido el jefe, pues ella se fue derecha a abrazarlo. Nick pasó de la sorpresa a la ira y miró a su hermano que miraba a su vez a la pareja; Ioan y Jack parecían a punto de sufrir un colapso; Ivar y Andrija habían sonreído, mientras que Giuliana y David eran los únicos que continuaban teniendo expresión de sorpresa. Dèjan que había superado con rapidez la suya, y en cuanto ella lo soltó, elevó una ceja.
Todo aquel discurso obedecía a que Jesse había notado el feo moretón que todavía tenía en el ojo.
Ella había comenzado a pasearse de un lugar a otro mientras lo reñía, así que Dèjan se frotó la frente antes de decidirse a detenerla.
Jesse había girado la cabeza al escucharlos, y ambos experimentaron una sensación muy parecida cuando ella clavó los ojos primero en Jack y luego en Andrija. Aunque su primera intención había sido la de enviar a Jack a paseo, pues ella sabía perfectamente cómo arreglárselas con Dèjan y no necesitaba ayuda, al ver a aquellos dos juntos, sintió una especie de deja vú, pues tuvo la misma sensación que había tenido al ver a Ajle y a Mihailo, y como la discreción no parecía una de sus virtudes, colocó una mano en el pecho de Dèjan y lo miró.
Todos siguieron el movimiento de ella, pero en cuanto Jack la vio acercarse y conociéndola como la conocía, se hizo hacia atrás con evidente aprensión provocando la hilaridad de sus amigos.
Andrija tenía aspecto de querer asesinar a alguien y de hecho sabía perfectamente a quién, pero captó la mirada amenazante de Ivar y se contuvo. Los demás, y por primera vez, miraron con verdadera atención a Andrija, pero habiendo conocido a Jack toda la vida, descartaron tal posibilidad.