El viaje de regreso fue más silencioso que el de ida, pues a pesar de que Dèjan se comportó del mismo modo con Jesse, ella iba mucho más silenciosa y los demás sumidos en sus pensamientos.
Aunque Donatello seguía sin estar muy seguro, aun así ya estaba imaginándose que si le decía a Nick, que había comenzado a pensar que Charlie no andaba tan desencaminado con su teoría, no solo tendría un horroroso pleito con su hermano menor, sino que además, Nick tendría razón cuando le gritase que no debieron aceptar aquel trato.
Dàmir por su parte estaba preocupado por Dèjan, pues notó las ojeras que delataban una mala noche y se estaba preguntando la razón, porque en los dos días previos, lo había visto más alegre que en toda su vida y no encontraba un motivo para aquel repentino cambio. Sin embargo, también se planteó la posibilidad de que Admir le hubiese dicho algo especialmente desagradable y casi se convenció de ello, de modo que endureció el gesto y se juró que, aunque no sabía cómo, no permitiría que aquel infeliz le fastidiase las cosas a su padre por segunda vez, de manera que, si llegaba a tener pruebas de lo que estaba pensando, serían muy malas noticias para Admir Zazvic, porque aquel chico era hijo de su padre, razón por la cual no descansaría hasta alcanzar su objetivo fuera este el que fuere.
El aterrizaje fue igualmente traumático para Jesse, y aunque casi no había comido nada en el desayuno, devolvió lo poco había comido; Dèjan se ocupó diligentemente de sostenerla mientras lo hacía y luego secó su frente; en aquella ocasión ninguno de los dos dijo nada, pero Dèjan concluyó que a Jesse nunca en su vida le gustarían los traslados aéreos.
Dàmir se despidió marchando a Inside Hill, pues Kerim le había avisado que Steven estaba haciéndoles la vida miserable para que comenzaran con la nueva producción, y por otra parte, la serie de entrevistas que habían diferido, no podían esperar más debido a que se había filtrado que él había abandonado el hospital. De manera que se despidieron quedando en verse pronto.
Dèjan llevó a Jesse a la casa de Ivar, pero no pasó del hall aduciendo que tenía muchas cosas pendientes, de modo que se despidió de los Aliano marchándose a continuación y pasaría un tiempo antes de que por lo menos Jesse volviese a verlo.
A partir de ese día, Dèjan se enfrascaría en un frenético tren de trabajo que terminaría por preocupar mucho a Ioan y a Paulo, porque si bien seguía cosechando éxitos en su área y ganando indecentes cantidades de dinero, estaban seguros que su salud se deterioraba, pues parecía estar dejándose la vida en ello. Lo que nadie sabía, era que mientras todos creían que era el trabajo lo que estaba matándolo, no era eso, sino el conflicto interno que estaba sosteniendo desde la noche de la cena con su familia cuando finalmente, había tenido que rendirse ante la insólita evidencia de haberse enamorado de Jesse.
No obstante, independientemente de las situaciones que estuviese viviendo cada uno, la vida debía continuar, aunque nadie parecía tener idea de cómo.