Acordes del Corazón (libros 6. Беспомоћан)

Cap. 6 Algunos cambios

 

En cuanto se enteraron en detalle, de lo que sucedía en Jör, Dàmir y sus amigos se sintieron no solo mal, sino impotentes ante una situación por la que no podían hacer nada, pero lo que vino a empeorarlo todo, fue el sorpresivo descubrimiento de los sentimientos de Ajle por Erkki, pues siendo que aquel era el rey del drama, todo en su vida parecía serlo, así que, si habían estado preocupados por la relación de Edvin y Lisandra, en el caso de Ajle estaban aterrorizados, pues aquel infeliz podía cometer cualquier despropósito, mismo que podía ir desde intentar quitarle la cabeza él mismo al discutido monarca de Jör, hasta suicidarse, como lo estaba exponiendo un alterado Mix.

  • Vamos Mix, estás exagerando – dijo Maggi con escasa convicción
  • ¿Exagerando? – preguntó él – Sabemos – puntualizó – que Ajle es una exageración en sí mismo
  • Sí, pero de ahí a…
  • Tú no hables, Edvin – lo interrumpió – porque tu pelirroja cabeza nunca está donde debe, y aunque se supone que lo conoces mejor que nadie, porque hasta hace poco no podías encontrarte ni a ti mismo si él no te decía dónde buscar, en este momento no tienes idea de dónde está, mientras que yo sí
  • Creí que estaba con Erkki – dijo el chico
  • ¡Ah sí! Aunque más bien la tiene secuestrada
  • ¡¿Qué?! – preguntáron Imran, John y Josh
  • Ayer, después que abandonó la disquera arrastrando a la pobre chica, quien por cierto no estoy muy seguro de que sepa lo que está sucediendo, se fue derecho a la embajada de su país, pero si bien los Ervenik son influyentes en Francia, no están en la misma posición de otros en cualquier lugar – dijo mirando de soslayo a Dàmir – de modo que, y en su opinión, fue ilegalmente echado de allí, pero en realidad lo que le negaron fue la entrada a la oficina del embajador, que entre otras cosas no estaba allí, y en cualquier caso, no iban a dejar a entrar a un vociferante sujeto que parecía un loco peligroso. Así que después de eso, se fue a su departamento y ha estado atormentando a su padre llamándolo cada cinco minutos
  • ¿Y con qué fin? – preguntó Maggi
  • Ajle tiene la peregrina idea, de que con solo pedirlo, puede conseguir sacar del poder al sujeto en cuestión
  • Pero eso es absurdo y Ajle lo sabe – dijo Imran – Hay escasísimas formas de conseguir eso, y la historia describe con claridad por lo menos un par que lo ilustran, como son los casos de Luis XVI o el del último zar de Rusia, y según lo que entendí del relato de Olavi, el pueblo de Jör está lejos de una revolución, porque salvo una parte de la juventud de ese país,  nadie más parece dispuesto a hacerle frente a una fuerza represiva que los supera en mucho y los llevaría a una masacre sin precedente
  • Si lo sabe o no, es irrelevante Imran, pero cuando lo note, si es que lo hace, entonces querrá sucidarse

Kerim había estado inusualmente silencioso por dos motivos; el primero, porque él era uno de los menos inclinados a dejarse abatir o a ver los probelamas, independientemente del tamaño de los mismos, como algo insoluble, como era el caso de sus hipersensibles compañeros. No era que él no lo fuese, pero su tendencia hacia la practicidad, parecía hacerlo menos propenso a ahogarse en un vaso de agua. Sin embargo, lo que había llamado su atención, era que hasta ese momento había considerado a Mix un individuo tan pragmático como él mismo, pero recordó que a pesar de que se había integrado al grupo como si hubiese estado con ellos desde el inicio, quienes habían servido de puente para ello habían sido Dàmir y Ajle, de modo que los problemas de aquellos dos sujetos, parecían ser la única cosa que descomponía a Mix, y así como había perdido su fría ecuanimidad cuando se había suscitado el feo asunto entre Dàmir y Danica, estaba sucediendo lo mismo ahora con la alteración de Ajle; con lo que quedaba demostrado que Mix, y aunque no lo pareciese, era tan dramático como los otros. Por otra parte, Kerim había notado que Dàmir había dejado de participar en la conversación y parecía perdido en sus pensamientos, pero lo que preocupó a Kerim, fue que en aquella oportunidad, dudaba mucho que la influencia de los apellidos de su amigo, lo pusiesen más cerca de conseguir solucionar el problema político de un olvidado y alejado país.

No obstante, independientemente de lo que cualquiera de ellos pudiese pensar, y cabe destacar que tendrían oportunidad de pensar muchas cosas, a partir de aquel momento Dàmir entraría en un período de intensa actividad a la que, naturalmente, todos serían arrastrados.

 

En otro lugar, y ajenos a lo que el drama de su país había ocasionado a sus amigos, los chicos de Ice estaban enfrentando el propio, pues lo que habían dicho Pekka y Olavi era una verdad enorme en relación a que ninguno de ellos debía volver, pero menos que nadie Pekka, Olavi y Kalevi. En el caso de Kalevi, por ser hermano de dos conocidos disidentes, lo que lo conduciría a la cárcel sin trámites ni averiguaciones y únicamente por su apellido. En el de Olavi, y aunque también el motivo sería su apellido, la razón era el peligro que suponía cualquier Mäkelä para la corona; y en el de Pekka, la razón era igualmente política, aunque eso no se lo habían mencionado a sus amigos. Pekka era hijo del último monarca de Jör, de modo que, si el maniático que tenían por gobernante, pensaba que cualquier Mäkelä era un peligro latente, a Pekka lo consideraba uno inminente, ya que compartían no solo la sangre, sino que sabía que había muchos que consideraban a Pekka más legítimo que a él, como en efecto era, con independencia de que al muchachito no le interesase en lo más mínimo ostentar un poder cuya naturaleza consideraba arcaica. El problema con Pekka, y suponiendo que se hubiese interesado en la política, era que se habría dado mucha prisa en abolir el sistema monárquico sustituyéndolo por el democrático, algo que igualmente lo habría hecho terminar con un balazo en la cabeza, pues la sociedad monárquica de su país seguía siendo poderosa, y lo único que verían sería que si dejaban de ser una monarquía, ellos perderían sus muchos privilegios en favor de un pueblo que les importaba poco. El asunto era que por todo lo anterior, ninguno de ellos debía volver, pues apenas cruzasen la barrera de inmigración, serían hechos presos.

  • Y no la cruzaré, porque volveré a mi patria del mismo modo que la abandoné – dijo Kalevi
  • ¡No! – exclamó Pekka – El día que salimos del hospital, le prometiste a Erkki que nunca más tendría que pasar por nada similar
  • Si me esucharon bien, dije que yo volveré así, no ustedes
  • Kal, pierdes tu tiempo – le dijo Olavi siempre más pausado que Pekka – porque si tú vas, nosotros iremos contigo
  • Eso sería una estupidez, apenas entren a Jör…
  • Nos sucederá lo mismo que a ti – lo interrumpió Heikki – aunque si nos movemos con cuidado…
  • ¡Es una locura! – interrumpió a su vez Pekka – Tal vez cuando salimos de Linnoi [1] nadie nos conocía, pero ahora es diferente




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