Acordes del Corazón (libros 6. Беспомоћан)

Cap. 9 Compromiso

 

Imran y Maggi no pudieron disfrutar ni siquiera de quince días de luna de miel, porque en primer lugar debían asistir a la cena de compromiso de Dèjan y Jesse, pero si bien podrían haberse excusado y la pareja lo habría entendido, tenían que volver igual, pues un par de días después de lo anterior, se iniciaba la gira promocional del nuevo álbum.

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Admir se había negado a asistir al evento, y cuando Drasko fracasó en la labor de convencerlo, se fue derecho a hablar con su otro abuelo.

  • ¿Por qué habría de intervenir en algo que no me concierne? – preguntó Vladimir
  • Porque me importa a mí – contestó él en forma directa
  • ¿Y qué gano yo con esto?
  • Aunque me gustaría pensar que lo harías por darme gusto, sabemos que no te importa si los demás son felices o no, pero hay algo que te importa – puntualizó – Tú y yo sabemos que tío Piotr no tiene lo que se necesita para dirigir tu imperio, así como sabemos que haces hasta lo imposible por olvidar a tu otro hijo que es más incompetente aún, de modo que el único que te queda soy yo
  • Estás asumiendo mucho
  • No estoy asumiendo nada y lo sabes tan bien como yo
  • ¿Acaso te interesa?
  • No, pero eso no hace menos cierto lo anterior

Vladimir guardó silencio por un tiempo casi tan largo como el que le tomó a Drasko terminarse el cigarrillo.

  • Es posible que tengas lo que se necesita, pero esa muchachita con la que vas a todas partes… – comenzó, pero se interrumpió al ver a su nieto levantarse
  • Si tienes esperanzas de que tu totalitaria dinastía continúe en el poder, harás lo que te acabo de decir, pero si no lo haces, me daré por enterado de que estás dispuesto a dejar que los Jacov y los Besevic entren en un sangriento e inútil enfrentamiento que echará por tierra lo que has logrado, y borrará del mapa a los Ivannovic en breve, porque también sabes que no eres inmortal, y para tu desgracia, no te queda mucho tiempo

Dicho esto, le dio la espalda y caminó hacia la puerta, pero antes de salir, se giró un poco.

  • Lo que yo haga con mi vida no es problema tuyo ni de nadie, y no me incapacita para lo antes discutido, pero como se que tienes la odiosa tendencia a crerte con el derecho a dirigir las vidas ajenas, te advierto que si algo le sucede a esa chica, llegarás más pronto al cofre que ya escogiste.

Después de eso sí se marchó, de manera que no vio la muy extraña sonrisa que había aparecido en los labios de Vladimir.

Drasko, al igual que Dèjan y Dàmir, había heredado de su bisabuelo, Izmir Zazvic, la manía por el orden, pero ninguno de los tres calificaba en la psicopatología del trastorno obsesivo compulsivo, como había sido el caso de Izmir, y quien más se acercaba a ello era Dàmir, cuya manía por el orden extremo se parecía mucho a la del mencionado individuo. Algunos estudios, no confirmados, aseguran que los sujetos que padecen de esta condición, tienen una inteligencia superior a la media, ya que este desorden está asociado a patrones de pensamiento muy complejos, pero cierto o no, comprobado o no, sin duda al menos estos tres individuos exhibían la mencionada inteligencia cada uno en el ámbito en el que llevaban a cabo sus actividades, algo que había quedado ampliamente demostrado con el enorme éxito que habían alcanzado antes de cumplir veinticinco años.

En el caso de Drasko, su tendencia era la de acumular información y se había dedicado a almacenar mucha con relación a sus parientes y allegados, misma que estaba ordenadamente archivada en su mente o en lugares más a propósito, de manera que sabiendo como sabía, que lo que le había dicho a Vladimir era cierto de principio a fin, le extrañó poco ver aparece a Admir en la recepción, aunque su aspecto no era precisamente el de estar allí por gusto como en efecto no era.

  • ¿Puedo ser curiosa? – preguntó Lena
  • No serías periodista de no ser así – contestó él
  • ¿Qué es lo que te causa tanta… satisfacción?

Lena pensó que no iba a contestarle, porque él dejó de mirar lo que fuese que miraba y clavó sus grises ojos en ella.

  • ¿No es eso lo que se siente cuando algo se ha efectuado bien?
  • Entiendo – dijo ella
  • Seguro que sí – le dijo guiñádole un ojo

Lena aun no había llegado a una conclusión en ningún sentido con respecto a Drasko. Desde que se habían conocido, él había estado llamándola, invitándola a diversos lugares como fiestas, inauguraciones y ahora eventos familiares; se portaba en forma caballerosa, le enviaba flores al día siguiente de cualquier salida, pero no había expresado ningún interés romántico, de modo que la chica estaba confundida por decir lo menos. Lena no era ciega, y si bien no habría calificado a Drasko de bello, sin duda tenía un poderoso atractivo que radicaba en la masculinidad que se le salía por todas partes, de modo que sí, se sentía atraída, pero también sentía cierto temor, pues había algo en aquellos fríos ojos grises, que gritaba fuerte y claro que el dueño de los mismos era peligroso en letras grandes y luminosas.




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