Acordes del Corazón (libros 6. Беспомоћан)

Cap. 11 No me pienso rendir

 

Las giras nacionales siempre terminaban con dos conciertos en el Manchester, pero el día del último, los chicos de Ice se presentaron apenas Zora bajó del escenario, y por las expresiones de angustia que traían, Erkki se asustó y corrió hacia ellos.

  • ¿Kal? – dijo sujetándolo – ¿Acaso Valko…?
  • No – le dijo él y miró a Dàmir
  • ¿Qué? – preguntó este
  • Debes detenerte, Dàmir – pero como él compuso expresión de confusión, agregó – En verdad agradecemos lo que intentas hacer, pero…
  • ¿Pero qué? – preguntó y Kalevi elevó la mano donde traía un diario

Aquello no les decía mucho, y de hecho, Mix y Kerim, que eran los que estaban más cerca de Kalevi, pensaron que ni teniéndolo ellos en las manos entenderían, porque alcanzaron a ver que los titulares estaban escritos en el idioma de los chicos. Sin embargo, Kalevi les ahorraría esfuerzos.

  • En este diario viene la declaración emitida por el secretario de interior y justicia de Jör – después de lo cual lo abrió y comenzó a leer

Se trataba de una indignada declaración del mencionado secretario, donde exponía y dejaba clara la posición del gobierno con relación a las declaraciones que Dàmir había estado dando con respecto a la inexistente situación de aquel país, y que en opinión del señor secretario, no eran más que sucias mentiras que solo buscaban desprestigiar al gobierno e insultaban a su soberano. Según el individuo, aquello solo era el producto de una mente enferma por las drogas, pues en su opinión, Dàmir no podía ser más que otro vicioso como tenía que serlo todo aquel que se dedicase a lo que él se dedicaba, y, por tanto, su discurso era producto de su descompuesta y delirante imaginación. Y finalizaba el comunicado con la petición de una disculpa pública por parte de Dàmir, por los insultos y mentiras proferidos en contra de su país.

Si bien era cierto que los chicos se habán acostumbrado a leer toda clase de barbaridades, y sabían, que su género músical tenía muchos detractores, nunca los habían acusado en forma directa como lo estaba haciendo aquel fulano. La mayoría estaba más sorprendida que indignada, pero Kerim miró a Dàmir y recordó cómo le había ido a Riley cuando se había dedicado a contar mentiras sobre él, y siendo que su amigo tenía la misma expresión que había tenido aquel famoso día en el que llamó a Ioan para que se encargase de silenciarla, pensó que se le avecinaban muchos problemas, porque ahora no se trataba de una periodista habitante de un país en el que podía enfrentar una demanda, y de hecho así había sido, sino de un representante político de un país donde sabían no había estado de derecho, pero más allá de eso, aquel asunto podía llevar a la diplomacia Serbia a verse inmersa en un conflicto de orden político con Jör, pues Dàmir era un ciudadano serbio.

  • Es por esto – dijo Kalevi blandiendo el diario – que debes detenerte ¿comprendes?
  • No – dijo él

Kerim se mesó el cabello preparándose para lo que estaba seguro iba a suceder a continuación, pues dudaba que Dàmir se limitase a un no, por toda respuesta, como en efecto no lo haría.

  • Dàmir – dijo Olavi adelantándose a Kalevi que era un gran músico, pero en ocasiones, poco hábil con las palabras – como dijo Kal, en verdad apreciamos lo que intentas hacer, pero tú no eres un político y no tienes idea de lo que es enfrentarse a individuos como Eino Naime, porque Eino no solo es ministro de interior y justicia, sino el asesino más grande de la historia, porque es quien comanda la salainen [1]
  • ¿Qué es eso? – preguntó Edvin, porque a pesar de que él era el único que entendía aquel endemoniado idioma, no le resultó familiar aquel término
  • Nuestro nefasto servicio secreto – dijo Pekka
  • Dàmir…
  • No – lo interrumpió él – Los entiendo y les agradezco la preocupación, pero desistir por miedo a las consecuencias, es lo que hace posible que individuos como ese o cualquiera como él, continúen sumiendo en el terror y la desepranza a los pueblos
  • ¡Dàmir! – exclamó Kalevi y ahora fue Olavi quien cerró los ojos – Hemos visto morir a amigos y parientes en una lucha que ya lleva más de una década, nos duele lo que sucede en nuestra patria, pero no queremos perder a nadie más y menos a alguien que nada tiene que ver en esto
  • Hermano – dijo Kerim

Los chicos de Ice pensaron, del todo equivocadamente, que Kerim intentaría convencerlo, pero no era esa su intención, porque a diferencia de ellos, él conocía a Dàmir, y lo que intenó transmitirle fue serenidad para que no hiciese a Kalevi blanco de la ira descomunal que estaba sintiendo en aquel momento. Dàmir se giró y quien estuvo a punto de rifarse el puñetazo fue el fotógrafo que había estado mostrándole a Lena las tomas del concierto, porque aquel sujeto vivía a través de la lente de su cámara, y en cuanto captó la expresión de Dàmir, disparó sin pensar en nada más. No obstante, Dàmir pareció encontrar estúpido perder el tiempo con eso y giró su mirada hacia el vacío dándole al chico la oportunidad de seguir fotografiando sus difernetes expresiones.

  • Si algo nos ha enseñado la historia, es que la humanidad necesita de las leyes y las restricciones para poder vivir en paz – puntualizó – pero pensar que los problemas y el sufrimiento ajeno no nos incumbe, porque no compartimos un suelo natal dividido, es estúpido e inhumano, porque un gentilicio no establece diferencia, y todos seguimos compartiendo la misma naturaleza – y en ese momento se giró – todos seguimos siendo seres humanos con los mismos derechos, independientemente de en qué lugar de esa indecente división geográfica hayamos nacido. No le pido a nadie, ni siquiera a mis amigos, que son más que amigos mis propios hermanos, que me apoyen en esto, así que mal podría esperarlo de nadie más, pero eso no va a impedirme decir y hacer lo que me dicte mi consciencia




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.