Si bien la jornada podía considerarse un éxito, aunque nadie estaba muy seguro de en qué sentido exactamente, las redes se saturarían con las frases y respuestas de Dàmir, y con las incidencidencias de la rueda prensa. A una velocidad a la que comenzaban a acostumbrarse, se crearon varias páginas que iban desde una a la que llamaron Jör libre, hasta una que llevaba por nombre Somos jóvenes, pero no estúpidos.
No esa noche, pero sí al día siguiente, Steven les notificaría que si bien ya ellos habían efectuado el concierto de cierre, los fans estaban enloquecidos por otro, y siendo que aquel individuo era un exitoso empresario del espectáculo, ya estaba organizando otro que se efectuaría no en ninguno de los lugares de costumbre, sino que se llevaría a cabo en Hyde Park, pues los publicitsas, encabezados por John, estaban seguros que la cantidad de asistentes superaría todos los records, pues de otros lugares estaban enviando solicitudes para informarse de dónde podían adquirir entradas. Aunque los chicos estaban asombrados, no objetaron nada y se preparon para un concierto más, lo que no sabían era que de ninguna menera aquel podría considerarse solo un concierto más.
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Después de finalizada la transmisión, en casa de Ivar se respiraba un ambiente que estaba lejos de ser alegre, algo que Jesse no entendía, pues en su opinión, Dàmir y todos los chicos habían estado fantásticos. Así que se fue derecha a preguntarle a Dèjan. La cuestión fue que él estaba en verdad preocupado por su hijo, pues era evidente para él, lo mismo que sin duda sería para el tal Eino, que Dàmir le había lanzado a la cara un reto que resultaría difícil ignorar, pero, por otra parte, no solo a él, sino a todos aquellos que tenían un papel en la política internacional a quienes había acusado de ciegos, criminales y otras lindezas. Así que el panorama no le lucía muy prometedor y no se mostró especialmente paciente con Jesse.
Jesse se sintió muy herida, así que abandonó el salón y se encerró en su habitación, y cuando él quiso despedirse, no solo lo envió a paseo, sino que le diría algo muy alarmante.
Dèjan que la conocía bien, decidió dejar que se tranquilizara y luego ya hablaría con ella.
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Drasko había planeado invitar a Lena a cenar, pero la vio tan cansada, algo lógico, pues la noche anterior casi no había dormido y ese día había sido agotador, así que la llevó a casa y se despidió a toda prisa. Él había volado la noche anterior a Hungría, y en la mañana a primera hora había ido a buscar a su madre.
Como aquella era una batalla a la que Mirjana había renunciado hacía mucho tiempo, se levantó y salió con su hijo.
Aunque sus parientes sostenían que Mirjana no había crecido y seguía jugando a las muñecas con sus hijos, aquello no era del todo así, y lo que sí era cierto, era que se había preocupado por tener la mejor relación con ellos y con la única que había tenido problemas era con Izkra. De modo que conocía a cada uno de sus niños y supo sin lugar a ninguna duda, que Drasko en verdad estaba enamorado, no solo porque él mismo acababa de decirlo, sino por el brillo de sus ojos y por una actitud que no le había visto desde el desgraciado asunto con la chica con la que había querido casarse en una ocasión. Aunque estaba muy emocionada, conociendo a su hijo, decidió conservar la calma.
Drasko inció su relato en orden y con todo detalle, sin omitir la reciente visita de Ioan y el motivo.
En ese momento él se puso de pie y caminó hacia la ventana, de modo que Mirjana fue tras él.
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Editado: 22.04.2022