Acordes del Corazón (libros 6. Беспомоћан)

Cap. 19 Otra versión

 

Después que Andrija se marchó, Jesse caminó hacia un sillón que estaba algo más alejado y donde la había colocado Vinnie al llegar; cogió el álbum y sentándose, comenzó a hojearlo. Los chicos se miraron y el primero en avanzar fue Nick seguido de Giovanni, pero mientras Giovanni se sentaba donde había estado antes, él lo hizo al lado de Jesse.

  • Eras un lindo bebé – dijo ella pasando la mano por una fotografía de Nick – te veías saludable y casi con sobrepeso
  • Creo que nunca me acostumbré del todo a la comida de aquí – dijo él
  • Y te pareces mucho a tu madre – le dijo mirando una foto de Antonella – Tienes su mismo cabello, sus ojos, pero… – y levantó la mano hacia su rostro – tienes los rasgos de él, igual que esto – dijo pasando la mano por la hendidura que tenía en la barbilla

Nick no dijo nada y siguió mirando las fotografías que ella estaba mirando. Él había querido recuperar algunas para mostrárselas cuando la puso al tanto de su parentesco, y había ido a su antigua casa para buscarlas, pero no había encontrado ninguna, asumiendo que Giovanni se las había llevado a su nueva vivienda como en efecto era.

  • Don simpre… ¿Dónde está Don? – preguntó, porque no lo veía
  • Aquí – dijo él colocando la mano sobre su hombro, pues estaba de pie tras ella
  • Ven aquí – le dijo y Nick se corrió un poco al igual que ella para que Don se sentase – Mírate, siempre tuviste la misma cara y compartimos la poco afortunada característica de que nuestros ojos parezcan los de un animé

Don no dijo nada, porque estaba mirando al sujeto que les había legado la apariencia. Nick sintió algo muy desagradable cuando se topó con una foto de Isabella. Él no la recordaba bien, pues solo podía decir que la había conocido a través de fotografías, pero al verla, la reconoció en seguida y una ira inmanejable comenzó a formarse en su interior, misma que fue percibida por Jesse, pues él había pasado un brazo por sus hombros.

  • No vale la pena, Nick – la escuchó – Estuvo mal y no hay modo de cambiar eso, pero ella tampoco era una buena persona
  • ¿Enana? – dijo él sintiéndose perdido
  • Bella – dijo Don que había interpretado otra cosa – era joven, estaba sola y seguramente muy asustada, pero eso no significa que no te quisiera – agregó, pero ella sonrió
  • No Don, estoy bastante segura que no me quería
  • Si no te hubiera querido… bueno, no sé, pero te habría dejado en el hospital
  • Sabía qué si lo hubiese hecho, yo habría tenido la oportunidad de vivir, mientras que abandonándome en el puerto, lo más seguro era que no
  • ¡Bella!
  • Enana, creo que estás asumiendo más de lo que podemos probar
  • Tus hermanos tienen razón, Isabella
  • No, no la tienen, y tú eres muy estúpido si en verdad lo crees

Nick y Don se miraron sin saber qué pensar, porque por un momento y de forma independiente, habían pensado que tal vez Giovanni había estado haciéndole a Jesse un retraro de Isabella donde la chica lucía como una bruja, pero al escucharlo, se sintieron confundidos, aunque Don no era él más inclinado a guardar silencio.

  • ¿Qué has estado diciéndole a Bella?
  • Hijo créeme, yo sería incapaz de hablar mal de Isabella
  • Claro que no lo eres, porque sigues estúpidamente enamorado de un recuerdo
  • Enana, creo que estás confundida, porque él nunca estuvo enamrado de…
  • Ah sí, lo estuvo y lo está, porque el muy sinvergüenza confesó haber engañado a Antonella con el único fin de retener a su lado a una critaura que nunca le prestó la atención que él quería – les soltó

Si habitualmente ella era molestamente directa, en ese momento en el que sus propias emociones y pensamientos eran más bien caóticos, no se mostró ni mínimamente delicada.

  • Vamos, si eres hombre, ten el coraje de decirles a tus propios hijos, en sus caras, lo vilmente que engañaste a su madre por alguien que ni siquiera lo merecía
  • Bella – intentó Don sin éxito
  • ¡No! – le gritó ella, pero siguió con Giovanni – ¡Los has estado atormentando con necias llamadas telefónicas! Bien, ahora los tienes aquí ¿Para qué los llamabas? ¡Porque si no era para decirles la verdad y rogar por un perdón que tal vez no mereces, para reconocer tus culpas que son muchas, y darles la oportunidad de tener un padre, aunque ya no lo necesitan, entonces yo misma voy a apalearte, cretino!

Ella quizá no lo había notado, pero tanto Don como Nick, habían estado haciendo esfuerzos por sujetarla sin hacerle daño, y los que habían resultado lastimados habían sido ellos, porque ella no se dejaba y ahora estaba parada frente a un Giovanni que la miraba entre sorprendido y consternado, porque estaba seguro que aquella chica estaba en medio de un ataque histérico. Pero con ataque o sin él, era igualmente peligrosa, porque a continuación, lo abofeteó con furia.

  • ¡Habla cobarde! – le gritó – ¿Qué? ¿Tienes miedo? Porque para tu información, ellos serían incapaces de matarte, pero yo sí soy – y nadie dudaba de eso
  • Enana escucha…
  • ¡No! ¡Los que van a escuchar son ustedes asi tenga que…!
  • No tienes que hacer nada, Isabella – dijo Giovanni – excepto calmarte y dejarme hablar
  • Yo no quiero escuchar nada – dijo Don – porque estoy seguro que cualquier cosa que digas, será una sucia mentira
  • Nick – dijo Jesse un poco más serena – una vez me dijiste que tenías motivos para confiar en ese sujeto – dijo señalando a Marco
  • Bueno sí, pero…
  • Bien, porque fue él quien me dijo que Isabella no era la chica inocente que todos parecen creer
  • Eso no es así, Isabella – dijo Giovanni y ella lo miró mal
  • Si serás estúpido – le dijo ella




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