Acordes del Corazón (libros 6. Беспомоћан)

Cap. 32 Los Zadar

 

Los padres de Imran seguían viviendo en Bath (Somerset), pero ahora lo hacían en una casa mucho más grande y el señor Zadar finalmente había dejado de trabajar, o al menos ya no lo hacía para nadie, sino que se dedicaba a cuidar de un pequeño huerto, mismo que había contribuido mucho a que Imran tomase la decisión de comprar aquella propiedad, pues sabía lo mucho que gustaba a su padre aquella actividad. Antes de salir hacia allá, John los acompañó a Maggi y a él a recibir a Amara, la hermana de Imran y a las dos sobrinas. Si bien Maggi había visto fotografías de ella, no pudo evitar ahogar una exclamación al verla en persona, pero sería John el que lo pondría en palabras.

  • ¡Demonios, hombre! – exclamó – Nunca nos dijiste que era tu gemela 
  • No lo escuches, Amara – dijo él – este es el payaso oficial del grupo y en realidad no estamos muy seguros de que el cerebro le funcione en forma correcta
  • Aunque normalmente estaría de acuerdo contigo, estás siendo injusto, Imran – dijo Maggi – porque en verdad son… idénticos

Después de los saludos entre los mayores, prestaron atención a las dos personitas que aferraban el brazo de su madre.

  • Esta es Ima – dijo Amara señalando a la mayor a la que le había dado el nombre de su madre – y esta es Lavine – agregó e Imran se inclinó
  • Hola, yo soy tío Imran

No obstante, Imran se eximió de ir más allá, pues al menos la mayor tenía expresión de susto, mientras que la menor dio un valiente paso hacia él.

  • ¿Me firmarías un autógrafo? – le preguntó con voz casi inaudible
  • Todos los que quieras

La niña lo obsequió con una resplandeciente sonrisa y a Maggi comenzó a latirle el corazón, pues en su opinión, aquella era la misma sonrisa de Imran.

Después de recoger el equipaje de las viajeras y mientras esperaban el vehículo que los llevaría al hangar privado de CZ, desde donde tomarían otro avión hacia su destino final, Imran sujetó el brazo de su hermana.

  • Amara, es posible que tengamos varios años sin vernos, pero aun sé cuándo te sucede algo y desde luego te sucede, porque tienes la misma expresión que tenías cuando anunciaste que Harold y tú se iban a América.

La chica se giró a toda velocidad para darle la espalda al grupo que no estaba muy lejos y comenzó a llorar confirmando lo dicho por Imran. Él la abrazó pensando cualquier cantidad de cosas, pero como también sabía que no era aquel, ni el mejor lugar ni el momento para escucharla, intentó tranquilizarla.

  • Sin importar lo que sea, vamos a solucionarlo

Ella se tranquilizó y se despidieron de John; un momento después, ya iban camino a casa. Maggi había notado que algo sucedía, pero era lo bastante discreta como para no preguntar nada, en cambio se dedicó a distraer a las niñas mientras Imran hablaba con su hermana.

  • ¿Quieres contarme?

Era una suerte que estuvieran donde estaban, pues de lo contrario, Imran se habría metido en un enorme problema al irse derecho a matar a su cuñado. Él era muy tranquilo, ecuánime y educado, pero cuando se molestaba, podía resultar peligroso hasta para sí mismo, como había quedado demostrado en la oportunidad en la que casi había matado a golpes al primo de Dàmir. El caso era que a Harold no le habían estado yendo bien las cosas desde hacía un tiempo, mucho en realidad, pero Amara no había dicho nada, primero para no mortificar a sus padres, y después, porque desarrolló un miedo enfermizo a su marido.

  • Ahora sé que tenía que haber escapado antes, pero no sabía cómo hacerlo – le dijo – Tú lo habrías entendido, pero… ¿Qué iba a decirle a papá?
  • ¡Eres su hija!
  • Sabes cómo piensa papá, Imi – le dijo – una mujer debe seguir a su esposo y ser su apoyo en los momento difíciles
  • Claro, pero eso no incluye dejarse apalear por ningún desgraciado, y en cualquier caso, te he llamado montones de veces y tampoco me lo dijiste – y en este punto ella bajó la cabeza – ¿Amara?
  • No podía, si él hubiese sabido que hablaba contigo, te habría metido en problemas
  • ¿A mí?
  • Sí, porque habría intentado sacarte dinero y…
  • ¿Y qué?
  • Es por eso que estoy aquí, para evitarlo, porque lo escuché diciendo que el único que podía ayudarlo eras tú así yo no quisiera

Después de haber escuchado lo que estaba haciendo aquel imbécil, Imran comenzó a preocuparse por cómo hacer para proteger a su familia, de modo que tranquilizó a su hermana, pero apenas pusieron los pies en tierra, llamó a Josh.

  • Tengo un problema – le dijo sin saludarlo siquiera
  • Te escucho

Aquella era una de las mejores cosas de Josh, ellos no sabían si se comportaba igual con todo el mundo, algo más bien difícil, pues Josh solo trabajaba para CZ y para ellos, pero el asunto era que no hacía preguntas estúpidas, circunscribiéndose exclusivamente a los hechos.

  • ¿Cómo hizo para sacar a las niñas del país?
  • ¿A qué te refieres?
  • Si las cosas están así con el marido, dudo que le haya dicho que venía a Inglaterra, y para sacar a un menor de edad de un país, se necesita la autorización de los padres o se convierte en secuestro




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