Acordes del Corazón (libros 6. Беспомоћан)

Cap. 36 Visita no planeada

 

Kerim iba entrando al salón de música cuando vio que Dàmir arrugaba una hoja y la tiraba al cesto, así que lo miró con curiosidad.

  • ¿Problemas?
  • No exactamente, pero es que estoy componiendo una canción que en principio  había pensado que podría cantar Justine, pero…
  • ¿Pero…?
  • En mi cabeza no suena tan lírica
  • Mmm… ¿Por qué no Ajle entonces?
  • No hombre, tampoco esa es la voz en mi cabeza

Como Kerim no podía resolverle el problema, decidió marcharse y dejarlo trabajar.

  • ¿Por qué tienes que marcharte y a dónde? – preguntó Dàmir con aprensión
  • Voy a Blue Garden
  • Kerim…
  • Olvídalo, y no te preocupes, estoy bien
  • No es cierto y no puedo impedirte ir a ese lugar, pero considera que tal vez no es lo mejor
  • ¿Por qué? – preguntó mirándolo con ira – Tú puedes embarcarte en las causas más inimaginables y con muchas posibilidades de terminar con algún loco queriendo asesinarte, pero no es lo mejor que yo le dedique algo de tiempo a quienes no tienen a nadie ¿no? – dijo en tono mordaz

Aquello le sentó a Dàmir como una patada en el estómago y concluyó que su amigo en verdad no estaba nada bien.  Por otra parte, en cuanto Kerim registró la expresión de Dàmir, se sintió pésimo.

  • Lo siento, no quise…
  • Está bien y tienes razón, no me corresponde a mí censurar u oponerme a tu legítimo derecho a hacer esto, y no porque lo encuentre una causa menos justa, pues sabes de hecho que me importa, solo pensaba en lo triste que será para esos niños acostumbrarse a tu presencia para luego sentirse abandonados cuando no puedas ir a diario.

Kerim ya había pensado en eso, pero le sonó peor al escuchárselo a Dàmir. Sin embargo, como ya había pensado en ello, le expuso a Dàmir cómo pensaba enfrentar el asunto.

  • Espero que tengas razón
  • Lo siento, Dàmir, en verdad no quise…
  • Lo sé – lo interrumpió y cambió de tema – ¿Ya desayunaste?
  • Mi estómago no se mostró muy colaborador
  • Tú no lo hiciste con él ayer

En ese momento ambos rieron, porque se estaban expresando como solían hacerlo Ajle y Edvin.

  • Ya sé que posiblemente vas a decir que estoy loco, pero los echo de menos
  • Yo también, pero como mi locura es oficial, no hay novedad

Se despidió de Dàmir y abandonó el salón, pero cuando ya llegaba a la salida, se detuvo en seco girándose de vuelta al salón.Wilfrid que ya había abierto la puerta, lo miró con sorpresa y se preguntó qué le sucedía, pues aparte aquel brusco cambio de dirección, echó en falta el habitual hola Will.

  • Dàmir – dijo y el aludido se giró
  • ¿Qué sucede? – preguntó con preocupación
  • Quiero que… quiero que me acompañes
  • Kerim, sabes que ese lugar…
  • Sé que odias ese lugar…
  • No lo odio
  • Bien, no te gusta entonces, pero… – se detuvo acercándose – en verdad  quiero que me acompañes, hermano

El pleito interno entre la malcriadez y la razón de Dàmir fue breve, y lo ganó la seguridad de que Kerim lo necesitaba y no lo que su padre le había dicho acerca de su absurda posición con respecto a Blue Garden.

  • De acuerdo, voy a acompañarte

Kerim sonrió y girándose comenzó a darle voces a James, quien no se mostraría especialmente contento cuando Dàmir dijo  que no irían en ninguno de los coches, sino que quería sacar a pasear a J. El viejo Jeep casi no guardaba ningún parecido con el actual, pues los chicos le habían hecho y comprado todo lo imaginable, y aunque lo usaban poco, el personal siempre lo mantenía listo por si alguno lo necesitaba, ya que aquel no era el Jeep de Dàmir, sino el de todos incluida Maggi.

Cuando llegaron a Blue Garden, a Dàmir lo atacó la ansiedad, pues recordó todo lo que Kerim había contado y tuvo la absurda idea de que no sabría cómo comportarse con los niños y así lo expresó.

  • No seas necio, Izadik. A ti todo el mundo te adora así no abras la boca, así que solo compórtate con naturalidad

Kerim había pensado que los chicos quizá aún estarían en sus clases matutinas, pero no era así y los vieron en el jardín; algunos jugaban con una pelota mientras que otros solo corrían por ahí, pero cuando vieron el vehículo, detuvieron lo que estuviesen haciendo y miraron con atención. Dàmir detuvo el Jeep y quitó el contacto.

  • Bueno, vamos allá

Kerim bajó primero y en cuanto lo reconocieron, las chicas corrieron dando voces. Dàmir bajó un poco después, y aunque no iba vestido como le era usual en sus apariciones en público, sino como cualquier otro chico de su edad, los presentes no tuvieron ninguna dificultad para reconocerlo y el griterío se hizo mayor. Aquella pequeña multitud conservaría cierta distancia, algo que extrañó a Dàmir, pues los fans no solían mostrarse tan respetuosos con sus humanidades, aunque Kerim le explicaría más tarde, que aquello no tenía que ver con delicadeza o preocupación por el posible daño que pudiesen causar, sino que aquellos eran seres cautelosos.

  • Acérquense, les aseguro que no muerde – les dijo Kerim y comenzó con las presentaciones de las chicas myores – Veamos, éstas bellezas de aquí son Alice, Lisa, Carol y… lo siento, linda pero no recuerdo tu nombre – dijo con consternación y para extrañeza de Dàmir
  • Soy Elizabeth, y no me recuerdas, porque no nos habíamos visto – dijo ella y Kerim notó que era cierto, así como también, que aquella parecía algo mayor que las otras dos – Y quizá no muerdas, pero yo me dejaría morder por ti – le dijo con coquetería a Dàmir




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