Again

capitulo 5

❝ MARY SHELLEY Y LA PEOR PAREJA ❞

Podré ser una gran crítica del arte, pero soy experta haciendo jeroglíficos.

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Venus leía un poco de Frankenstein de Mary Shelley en el taller de Artes. Le gustaba la tranquilidad que el taller emitía al igual que la biblioteca, sus dos lugares favoritos. Mayormente llegaba temprano a esta clase, porque a pesar de que le gustaba, también era la última clase de los jueves.

"Me vengare de mis sufrimientos; si no puedo inspirar amor, desencadenare el miedo."

—¿Mary Shelley?

Aquella voz le hizo dar un leve brinquito. Su pecho había dolido horriblemente, por lo cual llevó su mano a este y levantó su rostro, era Evan.

El morocho la miraba sin expresión, aunque visiblemente relajado. Tenía ambas manos metidas en sus pantalones negros y su camisa de cuadros negros, grises y rojos estaba desabotonada dejando ver la playera negra debajo de esta.

—Ahm, si... —contesto Venus con voz temblorosa.

Evan no contestó, simplemente sonrió levemente y se sentó a un lado de ella en el suelo. Venus lo miró extrañada, pues se veía más tranquilo, como si siempre fuese así.

Tomo con calma el libro de las manos de la morena y comenzó a leerlo en la página que se había quedado. Su voz sonaba pacífica y con un estilo aterciopelado, muy seductor, pero lindo a su vez. Venus sonrió al escucharlo y verle con su mirada puesta sobre el libro.

"Cielos, ¿Puede alguien ser miles de cosas al mismo tiempo?" se pregunto para sus adentros.

—A veces el corazón me latía con tanta fuerza y rapidez que notaba las palpitaciones en cada arteria. Otras veces me caía al suelo de debilidad y cansancio. Junto a este horror, sentía la amargura de la desilusión. Los sueños que; durante tanto tiempo habían constituido mi sustento y descanso, se convertían ahora en un infierno, ¡Y el cambio era tan brusco para mí, tan total!

Leyó con seriedad, pero con amor en cada mínima palabra. Parecía entender por completo lo que leía. Parecía ser él quien narraba el libro como si fuese propio, como si fuese hecho por el mismo.

Venus no podía dejar de mirarle, al igual que cada tatuaje que se dejaba ver debajo de la camisa de cuadros. Algunos provenían de su mano derecha, y otros, en forma de aves, se marcaban casi invisibles desde su nuca hasta perderse por debajo de la camisa. ¿Qué es guapo? Claro que lo era y Venus estaba de acuerdo con ello, pero aquellos tatuajes le hacían verse mal, aunque muy sexy para su gusto, y es que a la morena nunca le han gustado los hombres con tatuajes... Por ejemplo, Harry no tiene tatuajes ni perforaciones, y su piel le parecía jodidamente perfecta.

Evan cerro el libro y la miro a los ojos. Estaban tan cerca, demasiado cerca, más cerca de lo que ella pudo haber estado de un chico. El brazo izquierdo de Venus y el brazo derecho de Evan, se rozaban creando una especie de calidez corporal, el cual era el paraíso teniendo en cuenta que el taller siempre estaba frío, ya que este estaba situado al final de las aulas y por ende, el sol casi ni lo tocaba.

En ese preciso momento que sus ojos se conectaron con los de Evan, su cuerpo se relajó cuando se concentró en sus pupilas dilatadas, y un suspiro salió de sus labios con tanta facilidad.

"¿Qué me estaba sucediendo? ¿Por qué nuestros rostros temblaban acercándose e inclinándose lentamente cada vez más?" se cuestionaba sin poder controlar sus movimientos.

Venus no estaba segura de lo que sentía en ese momento, era deseo combinado con una extraña brisa de necesidad, y es que no se sentía atraída por Evan en absoluto, pero algo desconocido le atraía a él como un imán a otro.

En ese momento, cuando el silencio era todo menos incómodo, un portazo los hizo mirar alarmados a la puerta.

Miranda y Harry entraron a la par seguidos de sus discípulos. De soslayo, Venus pudo ver como una mueca de disgusto se asomó en el rostro de Evan, quien le tiro el libro entre las piernas y se levantó del suelo siendo recibido con un abrazo y un beso en los labios por parte de Miranda.

—¿Que hacías con ella, amor? —pregunto Miranda con su voz chillona.

La mirada de Miranda hacia Venus nunca había sido amigable, ella siempre le miraba de pies a cabeza con cara de asco y con la misma altivez con la que Evan miraba a todo el mundo. Esperen, ¿Ella le dijo amor? Bueno, eso ya se veía venir. Evan y Miranda son como dos gotas de agua.

—Nada —contesto de mala gana, pero a pesar de esto, Miranda no dejo de besarlo por todo su rostro mientras miraba a la morena como si esta fuese a envidiarla por ello.

"Bien, en primera, yo estaba leyendo mi libro con toda la tranquilidad del mundo y Evan llego a estropearlo, y en segunda... ¡Evan no me gusta!" chillo para sí misma.

—¡Aquí estás! —grito James entrando al aula seguido de Kim.

—¡Te estuvimos buscando por todo el instituto! —exclamo Kim.

Kim se acercó a Venus y le levanto del suelo. James recogió su libro y lo metió a su mochila.




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