Again

capitulo 6

❝ CENA Y BAJAS INSINUACIONES ❞

Cara bonita, mente sucia.

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Venus no podía creer que le haya tocado equipo con Evan, eso estuvo mal, pero claro, si le hubiese tocado equipo con Harry no habría tenido ningún problema. Harry tiene muy buenas calificaciones y ha estado muchas veces en el cuadro de honor, además le gusta y es lindo con ella, en cambio Evan... Pues en el poco tiempo que lleva en el instituto había estado más tiempo en dirección que en clases, y es muy grosero y engreído.

Con todo esto, Venus tenía previsto que reprobaría la materia, porque no creía que Evan supiese siquiera dibujar con palitos o bolitas. Tal vez le pedirá a su tatuador que le haga el trabajo.

—¡Vee, baja a ver el pollo! ¡Iré a arreglarme!

El grito de su madre en la planta baja le hizo apurarse a ponerse el pintalabios rojo. Agregó un poco de rubor en sus mejillas y amarró su cabello en una coleta dejando unos cuantos rulos caer sobre sus mejillas. Vestía formal, demasiado formal, todo gracias a su madre. Llevaba un vestido simple de color rojo, converse rojos y la adornaban unos aretes de perla con una cadena simple y unas pulseras de hilo de colores.

La señora Heart es el tipo de madre que ama dar una buena impresión, y Venus no era así. La morena suponía que por eso no congeniaba mucho con su madre, aunque esto no le impedía amarla tal y como era.

Bajó hasta la cocina con prisa y su madre la detuvo antes de que entrara a esta y le dio una pila de platos.

—Acomoda esto, deja todo en orden —ordenó con prisa y antes de irse su mirada se detuvo en sus converse—. Y te pones las zapatillas rojas que te compré.

—Pero mamá... —chilló.

—Ni se diga, te pones las zapatillas rojas y punto —ordenó subiendo las escaleras con un movimiento de caderas exagerado. Bueno, no tanto, ella si tenía caderas y trasero.

Acomodó los platos y vasos al igual que las bandejas de comida y ollas de diversos guisados. La señora Heart sí que se había esmerado en todo, hasta parecía cena navideña y aún no estaban en navidad.

Venus subió nuevamente las escaleras hacia su habitación y se puso una zapatilla, y cuando iba por la segunda, el timbre de la casa sonó.

—¡Vee, atiende a la puerta! —gritó su madre desde su habitación.

Aturdida, bajó corriendo a resbalones con la otra zapatilla en mano, pues en un pie usaba una zapatilla y en el otro un converse, lo cual no le ofrecía buen equilibrio. Al llegar a la puerta casi se mató, pero gracias a que se aferró al picaporte no toso el suelo, solo patinó.

Abrió la puerta y se encuentro con la amplia sonrisa de la familia Hill. La niña que no sabía cómo se llamaba, llevaba una canasta de pan y la señora Hill tenía en sus manos una botella de vino aún sellada. No había señales de Evan, lo cual alivió a Venus.

—Buenas noches, ¿Llegamos tarde? —preguntó la mujer con una mueca divertida.

—Para nada, pasen —negó la morena con una sonrisa.

Madre e hija pasaron dándole un beso en la mejilla. Venus iba a cerrar la puerta, hasta que alguien la detuvo del otro lado. Desgraciadamente era Evan. Venía vestido muy elegante, de saco negro, camisa gris y pantalones oscuros sin agujeros. Ni parecía ser el chico despreocupado e irrespetuoso que merodea los bares y clubs nocturnos. Inclusive sus tatuajes no se notaban.

Evan la miró con una sonrisa y levanto una ceja mientras se recargaba de la puerta. Venus dio un respingo volviendo a la realidad y le abrió la puerta.

—Lo siento —masculló con vergüenza—. Adelante.

Evan sonrió de lado y señalo a sus espaldas con unas llaves y un auto sonó. "¿Evan conduce? Espero y lo haga siempre con sobriedad" se preguntó sorprendida.

El morocho volvió su mirada a Venus y paso a un lado suyo dejando un camino de su aroma; masculino y fresco.

—Me gusta tu estilo, ¿Rompiendo estándares de moda? —pregunto burlón.

Venus miró sus pies y sí, se veía ridícula.

No contestó, cerró la puerta y paso a su lado con una sonrisa que le pesaba mantener. Evan pareció satisfacerse con ello, pues le siguió con la mirada mientras una sonrisa ladina y burlona se posaba sobre sus labios.

Venus tomó asiento en un sofá y comenzó a desatar el cordón de los converse pero antes de quitarse el tennis por completo, las manos de Evan aparecieron en su vista interrumpiéndola y tomando el calzado en sus manos.

La morena lo miro confundida por tal acto, pero él ni siquiera levanto su vista, simplemente estaba frente a ella, sobre una rodilla quitándole el converse. Después de quitárselo, tomo la zapatilla roja de las manos de la chica y se la puso. Este chico sí que era todo un rompecabezas, es tan extraño pero al mismo tiempo no lo era. Levanto su mirada conectando sus ojos con los de Venus y levanto una ceja con diversión.

—¿Deseas que haga algo más antes de que me levante? —pregunto Evan ahora sobre ambas rodillas.




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