Ahora Soy Otra

Capitulo 5: "¿Amigos especiales?"

El timbre sonó indicando que la clase del día había culminado, ante ello a la velocidad de un rayó Dani guardo su libro, cuaderno y bolígrafos en su bolso, se puse de pie, se colocó su bolso al hombro y sin escuchar los comentarios de sus compañeros salió a paso rápido del aula.

 

—Oye Dani, espera — escuchó, pero a pesar de ello no detuvo sus pasos.

 

Dani, camino a paso rápido y firme hacia la salida de su centro de estudios, sin si quiera girar atrás, sin importarle los murmullos que podría haber a su alrededor, no le importaba nada, solo quería salir de allí; una vez que estuvo fuera de su centro de estudios continuó caminando con la misma prisa, por varios minutos, hasta que en un determinado momento detuvo sus pasos debido al cansancio que ya sentía en sus piernas y pies.

 

—«Me duelen mis piecitos, creo que caminé muy rápido» — pensaba Dani, mientras respiraba agitadamente debido al cansancio, al tiempo que se inclinaba a tomar sus piernas.

—Dani, Dani — decía una voz, que cada vez se escuchaba más cercana.

—«Mati» — pensó al escucharla, mientras la joven se incorporaba sin siquiera girar a verlo.

 

Una vez que estuvo nuevamente erguida continuó su camino como si no hubiera escuchado nada.

 

—Dani, Dani, Daniela, ¡Ya detente! — escucho, al tiempo que sintió una mano tomar su brazo, ya hacer que de esta forma ella detenga su avance.

—¡Mati¡ — dijo la joven, haciéndose la desentendida, para luego acotar — Venías tras de mi, ¿Qué se te ofrece?

—Hablar contigo — respondió Mati, con calma.

— ¿De qué? — contestó con la mayor calma posible la joven, mientras trataba de sostenerle la mirada.

—Te noto extraña — dijo Mati.

—Figuraciones tuyas, ¿Extraña? ¿por qué?, a mi no me pasa nada — respondió la joven con la mayor calma que pudo.

—¡Qué bueno saber que no te pasa nada! — contesto Mati, mientras parecía inspeccionarme con la mirada al tiempo que añadía —Te acompaño a casa.

—Bien — respondió Dani, pues no quería sentirse más incómoda de lo que ya estaba.

 

El par de jóvenes, empezaron a caminar uno junto al otro, en completo silencio por algunos minutos, luego de los cuáles Mati rompió el mismo.

 

—Dani, no me gusta estar así contigo, así no me lo digas yo sé que algo te está pasando —dijo Mati, deteniendo su andar y girando su rostro hacia el de la joven.

—No, no me pasa nada, ya te lo dije — volvió a decir Dani.

—Bien, si es así, entonces está vez no rechazarás una invitación mía — respondió Mati.

—Pues el que no la rechace dependerá del día y la hora — dijo con voz pausada la joven, al tiempo que agregaba —Ya sabes que yo cuando no estudio apoyo a mi tía en su negocio.

—Lo sé, por ello tú elegirás el día y la hora, la idea es volver a salir juntos como antes — respondió Mati.

—¿Yo? — decía Dani.

—Sí, así ya no tienes excusa Dani — respondió Mati, al tiempo que colocaba una de sus manos sobre mi cabeza para hacer pequeños movimientos sobre mis cabellos como cuando éramos niños.

—No hagas eso — dijo Dani.

—¿Por qué?, nunca te has molestado cuando lo he hecho — respondió Mati.

—Tal vez antes no me incomodaba, pero ahora si — contesto Dani con firmeza.

—Bien disculpa, no volverá a pasar— respondió Mati, bajando la mirada.

 

Al ver que su respuesta produjo nostalgia en él joven que amaba, Dani sintió remordimiento, y algunos pensamientos vinieron a su mente: Tal vez estaba exagerando las cosas, si tal vez era ello, ella después de todo no quería perder su amistad, él era su mejor amigo, además lo amaba, si ella lo amaba, y ella estaba segura que él también la amaba a ella, solo que aún no se animaba a decírselo con palabras, pero sus acciones para con ella le demostraban su amor.

                                                                                

—¡Disculpa¡ No sé qué me pasa, debe ser el estrés, los cursos cada día se complican más — dijo con una ligera sonrisa en su rostro la joven, al tiempo que él se acercaba a ella.

—Cierto, por lo mismo de vez en cuando hay que relajarse un poquito, ¿no lo crees? — respondió Mati, mientras colocaba su brazo sobre su hombro.

—Cierto — dijo Dani, mientras se plasmaba en su rostro una sonrisa, al tiempo que pensaba —«Así me siento mejor, no me gusta estar distanciada del él»

—¿Entonces qué día salimos Dani? — escucho la joven.

—Pues, pues…— respondía la joven, mientras llevaba una de sus manos a su barbilla, y su mirada la desviaba a un lado, para no conectarla con la de su amigo.

—Si no se puede hoy, el día que decidas, la idea es que volvamos hacer como antes — escucho, mientras sentía que Mati retiraba su brazo de su hombro.




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