Ahora Soy Otra

Capítulo 9: "Una dolorosa realidad"

Una jovencita de cabello negro, el cual lo tenía sujeto como casi siempre, en dos trenzas, miraba impactada una escena. En esta la persona que ella creía que la amaba estaba con otra besándola de manera apasionada.

 

—«No, no, esto debe ser un mal sueño» — pensó Dani, mientras su vista se nublaba por las lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos, mientras no podía apartar la mirada del par de jóvenes que seguían besándose, muy concentrados, sin siquiera notar su presencia. «No, no es un sueño, es real, todo esto es real» — vino a la mente de la joven, al tiempo que unas lágrimas salieron de sus ojos y resbalaron por sus mejillas, al tiempo que ella llevo sus manos a sus labios para acallar su llanto, dejando caer la mochila que llevaba y sus libros al piso.

—¿Escuchaste? — pronunció Mati, haciendo que Dani, reaccionará, recogiera rápidamente su mochila, sus libros y echara a correr.

—¿Qué?, yo no escuche nada — decía Cris, con vox sexy, mientras colocaba sus brazos sobre el cuello del joven de corte militar.

—¿Estás segura? — agrego Mati.

—Por supuesto — respondía Cris, con voz sexy.

—De seguro me pareció, entonces — agrego Mati.

—Eso debe ser cariño — decía Cris, mientras acercaba su rostro al del joven de corte militar, para que ambos se fundan en un nuevo beso.

 

Mientras Mati y Cris seguían besándose, Dani con los ojos llorosos, su mochila al hombro y sus libros en la mano, corría hacia la salida de su centro de estudios, sin siquiera ver a las personas que estaban en el pasillo, quienes la seguían con la mirada y murmuraban.

 

—¿Qué le habrá pasado? — decían algunos.

—Tiene los ojos llorosos — agregaban otros.

—Dani — pronunció Lulú, que también estaba en el pasillo y la había visto pasar, pero la jovencita no detuvo su carrera. Vaya que lleva prisa — dijo Lulú sonriendo, mientras veía alejarse a su amiga.

—¿Qué le pasa a Dani? — dijo Roby, mientras se acercaba a la joven de cabello rosa.

—Creo que lleva prisa — respondió Lulú, con calma.

—A mí me pareció que estaba llorando — contesto Roby.

—¿Llorando? — dijo preocupada Lulú.

—Sí, aunque tal vez me confundí — respondió Roby, acercándose más a la joven de cabello rosa, para agregar — ¿Ya te vas a casa?

—No, aún no — contesto Lulú, luego de ello se alejó del Roby.

—«Tampoco funciona el cambio de vestuario» — pensó el joven.

 

Mientras tanto, Dani seguía corriendo, al tiempo que la voz de Mati venía a su mente pronunciando unas palabras que aumentaban aún más su dolor.

 

Dani no es mi tipo, es muy aniñada, a mí me gustan más, más aguerridas, más sexys.

 

—«No soy su tipo, no soy su tipo, además me llamo aniñada, pero si no le gusto, ¿por qué me besa?, ¿por qué?, ¿por qué?» — pensó la joven, mientras sollozaba amargamente, llamando la atención de las personas que pasaban junto a ella.

 

Dani, corrió, corrió durante varios minutos sin mirar atrás, ella lo único que quería era alejarse lo más que pudiera del lugar donde estaba él, la persona que creyó que la amaba. Tras más de 20 minutos de loca carrera, la joven detuvo sus pasos en un parque cercano al lugar donde vivia, tomo asiento en una de las bancas, coloco sus libros, su mochila en la banca, mientras su mirada empezaba a nublarse nuevamente.

 

—¿Por qué?, ¿por qué has jugado así conmigo?, ¿por qué?, se supone que era tu amiga, ¿por qué besarme entonces?, yo pensé que también me amabas, solo que no sabías como decírmelo, por ello a pesar de que me besabas nunca me lo decías — pronunciaba Dani entre sus sollozos.

 

Tras algunos minutos, la joven tras darse cuenta de la hora, se puso de pie, respiro hondamente, mientras se secaba las lágrimas que habían humedecido su rostro, luego tomo su mochila, sus libros y decidió ir al lugar donde vivia. Al llegar a este, abrió la puerta con sumo cuidado, lo que menos quería era que su tía la viera así, se elevó en puntillas, cerró la puerta la puerta de la casa con mucha sutileza para no hacer ruido y en puntillas camino hacia su habitación, una vez frente a ella abrió la puerta de la misma con mucho cuidado, y así mismo al estar ya dentro con la misma sutileza la cerro, dejo sus libros sobre su escritorio, su mochila sobre una silla y se arrojó en su cama.

 

—¿Por qué Mati?, ¿por qué? — decía con voz quebrada Dani, mientras las lágrimas que había estado conteniendo volvieron a brotar de sus ojos, las cuales aumentaron más al tiempo que recuerdos pasados junto a la persona que amaba venían a su mente.

 

-.Recuerdo.-

Un par de niños estaban sentados en unos columpios platicando mientras jugaban en ellos.




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