Ahora Soy Otra

Capítulo 19: "No decaeré"

Ya había pasado una semana desde aquel suceso que cambio todos los planes Dani, una semana que ella aún no la asimilaba por completo, de un momento a otro su vida cambio, sus sueños se vieron truncados, debido a ello, Dani, se sentía muy triste y con mucho temor, ya que estaba sola en un país extraño, sin una sola moneda en la mano para poder si quiera comunicarse con el único familiar que tenía, su tía. Dani había quedado en llamarla en cuanto se instalase, pero no pudo hacerlo debido a lo que sucedió, la joven cada día que pasaba se atormentaba pensando en lo angustiada que de seguro estaba su tía, pero por el momento no podía hacer nada, lo había perdido casi todo, sus documentos personales, el dinero que llevaba y hasta la beca que había obtenido, solo tenía consigo su pequeña maleta con sus prendas, la cual logro recuperar gracias al joven que la ayudo a salir de la estación de trenes, el cuál a pesar del riesgo que había al ver la profunda tristeza de la joven, decidió volver a la estación a ver si lograba encontrar lo que ella dijo que perdió.

Durante esa semana Dani, estaba viviendo en un pequeño cuarto junto a las personas que la sacaron de la estación y evitaron que ella ese mismo día perezca por aquel atentado. El cuarto era pequeño, el mismo servía de dormitorio y de cocina para los 5 miembros que lo ocupaban. Todos los días desde que llegó las personas que ocupaban el cuarto salían con algo de temor a las calles a buscar algún trabajo que les permitiera traer algún dinerito para poder pagar el alquiler mensual del cuarto que era repartido entre los ocupantes de este y además les pueda permitir comprar el alimento del día, alimento que era comunitario también, pues todos colaboraban para la comida del día, que a veces solo llegaba hacer una, pues lo que se reunía no alcanzaba para más. Ello entristecía aún más a Dani, pues si bien ella no era una persona adinerada, estaba acostumbrada a tener su propia habitación, a una casita que aunque pequeña, contaba con todos sus compartimentos, además estaba acostumbrada a comer tres veces al día, no una o dos. Esta situación aumentaba su tristeza, y aunado a ello estaba la frustración de ver sus sueños hecho pedazos, lo único que aliviaba un poco su dolor era ver una serie un tanto extraña que miraba todas las noches en un viejo televisor, junto a alguna de las personas con las que compartía la habitación; esa serie era la única que por un momento hacía que se olvide de su dolor y frustración, como ese día.

 

—Ojalá y dieran más capítulos de Fun days, así sonreirías más bonita — decía un joven de lentes.

—Ya te he dicho que me llamo Dani — respondió con seriedad la joven, mientras se cruzaba de brazos.

—Y yo Kurt, pero me gusta que me digan loco — decía sonriendo el joven de lentes.

—Eres extraño — respondió Dani.

—Por ello el apodo bonita — dijo Kurt, guardando sepulcral silencio por unos minutos para luego acotar — Sabes creo que ya fue suficiente duelo, no eres ni serás la única persona indocumentada en este país, habemos miles como tú, nos llaman ilegales, y si tal vez lo seamos, pero ello no significa que no seamos seres humanos, muchas personas como tú están aquí por un sueño, y créeme que muchas de ellas tal vez llegaron a ser indocumentados por pasar una experiencia similar a la tuya, pero ello no los ha derrotado sino muy por el contrario esa mala experiencia les ha dado el valor para seguir luchando por sus sueños.

—Este loco a veces piensa mejor que yo — pronunció sonriendo un joven que tenía una cinta en la cabeza y vestía ropa holgada.

—Es que cuando el loco piensa, piensa — acotaba una joven de cabello rosa mientras mascullaba una goma de mascar.

—Los estoy oyendo chiquillos — respondió Kurt, fingiendo molestia.

—¿Chiquillos?, pero si tú eres menor que nosotros — acotaba el joven que llevaba la cinta en la cabeza.

—Solo de meses, además yo soy más maduro que ustedes — respondió Kurt, con orgullo.

—Guarden silencio, va a empezar mi programa — decía una mujer de cabello rojizo, haciendo que todos se queden en completo silencio, al tiempo que posaban su mirada en la pantalla de televisión.

 

Durante toda esa noche Dani, medito sobre las palabras de Kurt, y llegó a una conclusión: No podía decaer, ella había luchado por esa beca para cumplir un sueño, y estaba en ese país para cumplir el mismo y lo cumpliría, si lo cumpliría, tal vez no en ese momento, pero de que lo cumpliría lo cumpliría. Ella no podía seguir lamentándome por lo que pasó, ya era momento de voltear la página y seguir adelante; si tenía que trabajar para poder conseguir el dinero que necesitaba para cumplir su sueño, lo haría, además tenía que recuperar sus documentos y conseguir dinero para poder realizar alguna llamada desde algún teléfono público a su tía y contribuir con las personas que le estaban dando albergue.

Ensimismada en sus pensamientos y con una nueva manera de ver la vida, Dani se quedó profundamente dormida.

La mañana amaneció con un bello sol, un bello sol que entraba por la pequeña ventana de la habitación que ocupaba Dani y sus nuevos amigos. La joven al sentir los rayos solares sobre su rostro, abrió sus parparos, se sentó, por algunos segundos, luego de los cuales se puso de pie, para caminar hacia el lugar donde estaba su maleta, tomo unas prendas de la misma y salió de la habitación. Debido a que la habitación era compartida por chicos y chicos, para cambiarse las prendas usaban un pequeño almacén que había en la parte posterior de la habitación. Una vez cambiada de ropa, la joven volvió a la habitación, busco en unas bolsas de papel, que había para poder preparar el desayuno del día, con nostalgia vio que ya no quedaba casi nada, solo una bolsa con algunas rebanadas de pan.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.