Al borde de la obsesión pero es amor

TRECE

Nicholas esperó unos segundos, pero ella no regresó, mientras el intentaba bajar la adrenalina en su cuerpo, porque Audrey definitivamente lo había sacado de sus casillas y terminó acorralándolo contras las cuerdas, mientras le dio varios golpes bajos y muy seguido, sin dejarle tiempo a pensar.

No podía dejarla ir de esa manera, no así vestida, tanto ella como él se meterían en problemas, por lo que salió corriendo de la habitación.

—¡Audrey! ¡Audrey, espera! —La llamó, pero no recibía respuesta, ella seguía caminando, con el orgullo cada vez más inflamado—. ¡Qué te pares! —Le dijo tomándola por un brazo fuertemente, y volviéndola, recibiendo con valentía un puñetazo en el pecho.

—¡Suéltame! —le exigió tirando furiosamente del agarre, por lo que él la tomó por ambos brazos, pero ella seguía sacudiéndose.

Acción drástica. —Pensó Nicholas, y la acorraló contra la pared y las piernas de Audrey le daban la pelea, importándole poco que ante los zarandeos de su cuerpo dejara al descubierto su trasero y su vello cobre intenso, además de uno de sus senos.

Una de las puertas se abrió y en una reacción sumamente rápida Nicholas adhirió su cuerpo contra el de ella para cubrirla.

—¡¿Qué demonios pasa Nicholas?! ¡Es la una de la madrugada! ¡Oh por Dios! Vayan a la habitación. —exclamó Robert realmente molesto y asombrado, al ver que Nicholas se encontraba desnudo.

—No pasa nada Robert, solo estamos practicando… No pasa nada. —Decía mientras batallaba con Audrey, que sin impórtale la presencia de Robert, seguía dando la pelea, y Nicholas luchaba para que ella no le mostrase sus partes íntimas al hombre—. Sólo me está ayudando a practicar la próxima obra…

Desvió la mirada a la pelirroja. —Ahora Audrey. —Le pidió abriendo los ojos desmesuradamente.

—¿Ahora qué? Imbécil —exclamó ella con la rabia que la consumía.      

—He luchado en vano. Ya no puedo más. Soy incapaz de contener mis sentimientos. Permítame que le diga que la admiro y la amo apasionadamente. —expuso Nicholas personificando a Fitzwilliam Darcy, el próximo papel al que le daría vida, y al terminar, tragó en seco mientras se maldecía porque no comprendía. No existía explicación lógica, para saber por qué soltó así sin más ese dialogo, precisamente ese dialogo.

Robert había elegido Orgullo y Prejuicio para competir con la compañía de Teatro Osword que estrenaría los Miserables. El director había percibido cierta debilidad en las mujeres por la historia de amor de Jane Austen, en su mayoría su público era femenino y Nicholas el actor del momento, por lo que estaba seguro de que sería un éxito rotundo al igual que Drácula.

Audrey al igual que el personaje femenino Elizabeth, se sintió molesta por la manera como Nicholas trataba de cambiar la situación. Ocultar lo que estaba pasando y solo lo miraba desconcertada. El chico ladeó la cabeza invitándole a continuar.

Aunque lo dudo continuó, ya que Nicholas le había dicho cientos de veces que tenía que sentir la situación, meterse el personaje en la piel y en estos momentos no deseaba más que mandarlo a la mierda, rechazarlo vilmente.

—En estos casos creo que se acostumbra a expresar cierto agradecimiento por los sentimientos manifestados, aunque no puedan ser igualmente correspondidos. Es natural que se sienta esta obligación, y si yo sintiese gratitud, le daría las gracias. Pero no puedo; nunca he ambicionado su consideración, y usted me la ha otorgado muy en contra de su voluntad. Siento haber hecho daño a alguien, pero ha sido inconscientemente, y espero que ese daño dure poco tiempo. Los mismos sentimientos que, según dice, le impidieron darme a conocer sus intenciones durante tanto tiempo, vencerán sin dificultad ese sufrimiento. —Más que un dialogo del libro era un reproche en contra del hombre que tenía en frente, por su soberana estupidez de humillarla.

Robert observó la escena y admiró como la pelirroja se apasionó en sus palabras, las sentía sin lugar a duda, y se dijo que podría ser muy buena actriz; sin embargo, eso no disminuía la rabia que sentía por el comportamiento de Nicholas.

—Ella lo hizo mejor, ahora entren a la habitación que no quiero que nos boten del hotel por exhibicionismo. Nicholas mañana temprano necesito reunirme contigo. — Le hizo saber y se perdió tras la puerta.

Nicholas sabía que era lo que Robert necesitaba hablar. Le pediría que se deshiciera de Audrey, y él no sabía si podría cumplir esa petición, porque por encima de cualquier cosa ella era su invitada.

—Lo hiciste muy bien. —Le dijo él—. Ahora regresemos a la habitación y no me des más problemas. —Le pidió halándola por el brazo para encaminarla.

—Pues corta los problemas de raíz y suéltame, yo me largo… —Hablaba cuando Nicholas intervino.

—De verdad estás loca, como piensas salir así… —Dijo recorriendo con su mirada al cuerpo de Audrey, camuflado con camisa blanca e hizo que sus ganas empezaran a salir del letargo en el cual se encontraban.

Ella no le dio respuesta solo dio un nuevo tirón al agarre y él la retuvo, haciendo acopio de su fuerza la haló y la obligó a caminar, pero al ver que no era mucho lo que avanzaba, la tomó por sorpresa cargándola y se la llevó sobre el hombro derecho.

Audrey no protestó, porqué sabía que contra la fuerza de Nicholas no podría, solo lo dejaría que se confiara.



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En el texto hay: pasion, amor, venganza

Editado: 24.02.2021

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