Hoy te escribí un poema, sobre mi tristeza y mi dolor, sobre lo solitario que es el olvido, pero no te lo muestro, he creído en lo innecesario que es atosigarte de mis sentimientos, de mis problemas, de mis dudas, pero ahora vienes tú con tu mundo, asfixiado por una soga rodeada en tu cuello y acá estoy yo, lista para cortar la soga, con mi propia soga apretando mi cuello y mi rostro perdiendo su color habitual. Sin embargo, tu soga ya permanece en el piso y no me importa nada más. Pues, el poema que escribí queda atrás, plasmado en el papel que no leerás jamás
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verdades ocultas, pensamientos sin limites, sentimientos y realidades
Editado: 24.10.2020