Alcanzando Mi Sueño

Capítulo 4

—¡¿Tú, en una cita doble?! —Karla se burlaba de mi al otro lado de la pantalla.

Puse los ojos en blanco, y tomé un poco de mi coca cola.

—Ya te dije que me obligó Josué… como sea, sé que será horrible. Te lo digo desde ya, esa chica se ve antipática. Tenías que haber visto, es que ni se preocupó por ocultar su desagrado.

—Te juro que me gustaría ir para verle su expresión cuando le cortes el rostro toda la tarde, odio a las chicas así. Sólo lamento me cancelaras hoy por culpa del idiota de tu hermano.

Comentó mi amiga riéndose, yo la acompañe con su risa mientras sacaba un Dorito del empaque.

—Yo también te quiero Karla —Por estar distraído, no me había dado cuenta de que había entrado en la habitación. —¡¿Qué haces que todavía no estas listo?!

—No me digas que ahora tú me darás lecciones de puntualidad a mí.

Mi hermano había llegado cuarenta minutos tarde la noche anterior para recogerme. Se le había pagado el celular así que, aunque le hubiera querido avisar que me había ido con Carlos y su padre, mi hermano no habría visto el mensaje.

Cuando llegó y no me encontró se lo supuso, pero no fue capaz de reclamarme por nada, en cambio tuvo que disculparse varias veces. Y yo, no estoy para nada molesto de que se haya olvidado de mi la noche anterior, pero no era algo que le dejaría saber a él.

—Ja, ja… vamos que ya te pedí disculpas. Arréglate y vámonos, —Y dicho esto, salió por la puerta de mi habitación, cerrando la puerta detrás de él.

—Bueno, ya lo escuchaste. Parece que va en serio la cosa.

—Ver para creer, Josué quiere ser puntual. —Fue la respuesta de ella mientras se despedía con un gesto de manos.

Ambos estábamos encontrábamos la situación surreal.

Ya me había bañado horas antes por lo que sólo me arreglé lo más rápido que pude para evitar que mi hermano se impacientara aún más.

Al salir de mi habitación, el olor a perfume que provenía de su habitación me golpeo a la cara. Parecía que se había vaciado el perfume completo encima. ¿Acaso de verdad trataba de impresionar a su chica? En serio que esto era una nueva experiencia.

 

Llegamos al punto de encuentro faltando cinco para las 3:00 pm. El primero en verlas fue mi hermano quien inmediatamente las saludó con un gesto de mano mientras nos acercábamos, y luego un beso en la mejilla cuando estuvimos lo suficientemente cerca.

Amanda, quien era super amigable se acercó de una a saludarme con un beso en la mejilla y pude notar su expresión al voltear a ver a su hermana; Alexa llevaba un claro “mátenme” escrito en el rostro. De seguro su hermana trataba de que se portara bien conmigo.

—¿Quieren ir por helados? Está haciendo mucho calor.

Al fin una buena idea de parte de Josué.

Cualquiera pensaría que al vivir en un clima tropical todo el año te deberías sentir acostumbrado al calor constante, pero ese no era el caso conmigo, y sentía las gotas de sudor bajar por mi espalda.

Todos asentimos al instante y Josué tomó la delantera al momento caminando a la par con Amanda.

Ambos parecían estar muy interesados en el otro. Ella no paraba de reír a cada cosa que mi hermano le decía y él también se veía que lo estaba pasando super bien en su conversación con ella. A diferencia mía con Alexa, quien se la estaba pasando en silencio la mayor parte del camino. Cada vez que volteaba a verla, ella parecía entretenida viendo alguna cosa entre las muchas tiendas que había en el lugar.

Era el primer día de la feria y estaba repleta de personas, caminamos tratando de hacernos camino entre la multitud hasta llegar a la zona de comida en donde estaban todos los diferentes locales.

Como todo un caballero, mi hermano había pagado por el helado de chocolate de él y Amanda, y como era de esperarse me tocaba a mi pagar por el mío y el de Alexa.

—¿Qué sabor te gustaría pedir? —Le pregunte mientras notaba que todavía leía el menú con los diferentes sabores.

—Uhm… creo que no me decido, déjame acercarme a preguntarle algo a las chicas. —Y dicho esto se acercó a las chicas que estaban atendiendo en el local y ordeno un helado de chocolate relleno de vainilla. Todo bien, pero de pronto la vi sacando su bolso y entregarles dinero.

“Mira que bien, hasta me ahorras dinero”.

Eche un vistazo en dirección a mi hermano y su chica y estos no nos estaban prestando atención a nosotros, habían logrado conseguir una mesa y estaban sentados esperando por nosotros.

Suspire resignado a que así iba a ser el resto de mi tarde y sin decirle nada me acerque a pedir un helado de barquillo de oreo y me acerque al resto seguido por mi silenciosa acompañante.

—Amanda y yo estamos pensando acercarnos al escenario, parece que habrá un espectáculo de baile en unos minutos. ¿Qué quieren hacer ustedes?

La traducción clara a lo que nos quisieron decir fue: Iremos por nuestra cuenta, ustedes busquen algo que hacer.

Rápido traté de pensar en algo que quisiera hacer que sea diferente, pero la verdad es que sólo tenia ganas de quedarme a ver los bailes.

—Alexa, me habías dicho que querías aprovechar para comprar algunos libros, ¿no?

Su hermana la había delatado y no me quedaba de otra que ir con ella.

—También quería ir a ver qué libros comprar, ¿Qué tenías en mente?

La aludida levanto su mirada hacia mí, y por primera vez en lo que va de la tarde, nuestras miradas habían coincidido.

—A ella le gusta Harry Potter y Paulo Coelho.

Una vez más su hermana había interferido por ella. Me puse de pie y le ofrecí la mano que tenía libre.

—Yo amo Harry Potter y mi primer libro fue La Bruja de Porto Bello, de Coelho. Quisiera ver qué otro libro de él podría encontrar para añadir a mi pequeña biblioteca.

En ese momento su mirada se volvió diferente y por primera vez pude ver signos de lo que parecía ser una sonrisa tratando de salir a luz.




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