—¿Cuál dirías que es el mejor de Paulo Coelho? En tu opinión.
Alexa levantó la mirada viendo la sección de libros en la que se encontraban, todos los libros de Paulo Coelho estaban ahí, y entre ellos ella tomó uno en especial: El alquimista. Este libro se repetía varias veces con diferentes formas y tamaños era el más popular de Coelho, ya lo había leído en otra ocasión, pero hacía mucho de eso por lo que recordaba vagamente la trama de la historia.
—¿Dirías que es el alquimista? —Le pregunté mientras tomaba uno y leía la parte de atrás para recordar un poco.
—El alquimista tiene un significado especial para mí, pero mi favorito a nivel personal siempre será Brida. Es el primer libro que leí.
—¿Te van las cosas de magia Wicca y tal?
Ella levantó la mirada con una sonrisa que le llegaba a los ojos por fin.
—¿Lo has leído?
—Varias veces —Le contesté.
Brida también era uno de mis favoritos, es la historia de una chica que se inicia en la magia. La manera en que lo hace y toda la trayectoria que atraviesa para descubrirse es una historia que me atrapo desde el momento cero.
Era cierto que estaba dentro de la iglesia y tal. Pero no podía evitar la fascinación por todo lo oculto. Lo espiritual, más allá de lo que me decían en la iglesia. Nunca fui el mejor en el departamento de fe ciega, siempre he sentido que hay más. Y ese algo siempre me ha llamado.
Admito que a veces aquello me causaba malestar, dudas y demás. Pero de a poco empezaba a tratar de aceptarme tal como soy en muchos diferentes aspectos, y de esa manera muchas cosas dejaron de tener el peso que tenían, y otras fueron adquiriéndolo. Claro, el proceso era un camino de toda la vida y habia mucho camino por recorrer.
Nos acercamos a pagar, cada uno con al menos tres libros en la mano.
Alexa se llevó una variación de libros de Isabell Allende, Paulo Coelho, y otros autores que no reconocía pero que le habían llamado la atención.
—Disculpa la actitud que he tenido contigo todo el día —Me dijo de repente y me voltee hacia ella sonriendo.
—No te preocupes que no eres la única a la que han traído aquí en contra de su voluntad.
Alexa me devolvió la mirada enarcando una ceja y yo me reí.
—No creas que no lo habia notado desde antes.
Ella también sonrió.
—Mis padres son muy sobreprotectores, no nos dejan salir sin al menos la compañía de la otra.
—Bueno eso explica mucho —Le dije riéndome y ella se río también.
—Si, ya sé que suena tonto. Y me fastidia mucho, pero no hay mucho que podamos hacer.
—No es necesariamente tonto, hablas con el chico que le oculta a su madre sus gustos porque sé que comenzaría a reprender “mis demonios”.
Ambos nos reímos mientras nos acercábamos a una banca cerca de lo que parecía un pequeño escenario. Este acababa de encender las luces, y las personas se acercaban, tuvimos la suerte que desde la banca se veía perfecto.
—Oh mi madre está bastante clara de mis gustos.
—A ver, ¿qué te gusta?
Ella me miro divertida y tras un silencio que buscaba crear suspenso confesó que le gustan las películas de terror un poco demasiado, el rock, y dibujar.
—No vengas a decirme que quieres un dibujo tuyo por favor —Me dijo riéndose, su risa era agradable y agradecía que por fin se hubiera soltado conmigo.
—¿Te suelen pedir un dibujo cuando le dices a alguien que tu dibujas?
—¿Qué crees? —Me respondió enarcando una ceja, y yo sonreí.
—Prometo no pedirte uno… pero si quieres regalármelo, prometo atesorarlo.
Ambos nos reímos.
La música empezó a sonar y del escenario salieron los bailarines. Era un espectáculo de ballet. Fui el primero en mostrar señas de querer acercarme al escenario, Alexa me siguió.
Eran solo dos bailarines, la hembra y el varón, o lo que podrían llamar Pas de Duex o dueto para más fácil.
La chica llevaba un vestido con falda tutu completamente negro. El chico llevaba sus mallas totalmente negras con camiseta suelta color blanco. El ballet que estaban haciendo no era totalmente clásico ya que podía notar en los movimientos que habían añadido un poco de jazz entre la coreografía.
—Veo que también te gusta mucho el ballet.
—¿Eh? —El comentario de Alexa me hizo reaccionar y me sentí apenado.
—Veo como te tiene atrapado la presentación, Amanda me habia dicho que bailabas en la iglesia, pero no me imaginaba que te gustara también… el ballet.
Notaba en su cara el comentario que no se atrevía a decir. Claro, existía la idea de que el ballet no era muy varonil y me daba cuenta de lo que estaba pensando.
—El baile en general, eso es lo que me gusta. Pero hay algo con el ballet, algo que despertó en mi justo mientras practicaba para danzar en la iglesia. La disciplina, la soltura, los movimientos… El ballet es más complicado de lo que ves a simple vista. Supongo que me gusta lo complicado.
Me sentía irritado, la mirada de ella me dejaba ver que ella se sentía apenada por juzgarme, pero ya no me importaba. No habia sido su comentario, habia sido el tono con el que lo hizo, y en el momento me habia chocado bastante.
La hora de encontrarnos con nuestros hermanos llegó y desde que estuvimos juntos hice todo lo posible por ya terminar el resto de la noche. Nunca volví a recuperar mi humor desde aquel comentario que Alexa habia hecho, pero el comentario de mi hermano fue el que terminó por dañarme la noche.
—Veo que compraron varios libros, nosotros al final no nos movimos de los lados del escenario, entre concursos de baile y un pequeño concierto, la pasamos muy bien.
—Nosotros compramos algunos libros y nos quedamos el resto viendo unas presentaciones de ballet muy lindas —Al decir aquello pude notar que buscó mi mirada y me sentí un poco idiota por sentirme tan irritado por algo que a cualquiera podía parecerle muy estúpido.