Alevosía del Poder

Capítulo 3

Capítulo 3
 

William fue quien rompió con el silencio tras la pregunta de Noah, los policías se miraron mutuamente, negando una respuesta.

—Tenemos asuntos oficiales que atender —Jacob trató de sonar amable— Solo comentamos los hechos sobre la muerte de John.

«El Guardián» se mostró consternado al escuchar la mención del difunto.

—Por supuesto, fue una tragedia, una injusticia, siento pena por la pobre Martha —negó con la cabeza— Si hay algo que pueda hacer para ayudar…

—No es necesario —Gabriel fue directo— El sheriff aquí presente ya llamó a alguien para ayudarlo, Jones —sonrió— A mí.

Noah asintió en su dirección, fue casi imperceptible el cambio en su expresión, pero Gabriel lo conocía bastante, había logrado molestarlo, misión cumplida.

—Gracias por tu interés —el alcalde se interpuso entre ambos, su nerviosismo era notorio— Si necesitamos algo te llamaré sin falta, Noah.

«El Guardián» asintió a su pesar, no le agradaba que Crane lo llamara inútil, porque no lo era. Había ido ahí tras enterarse que su viejo enemigo de la infancia había regresado al pueblo, ¿por qué? Necesitaba saberlo.

—Debemos irnos —Jacob hizo un ademán con su mano — Volveremos más tarde, William, te llamaré si logramos encontrar algo.

El alcalde asintió, deseoso porque lo dejaran solo en su oficina, no soportaba los conflictos personales, y lo había estado haciendo con esos dos por años. Tal vez eran adultos, pero seguían portándose como unos niños.

—Nos veremos pronto, Willy —Gabriel sonrió a su amigo.

Este asintió. Gabriel pasó de largo a Noah, no se despidieron, Jacob palmeó su espalda al cruzar el umbral, siempre era igual cuando ellos dos se encontraban, una escena cargada de incomodidad para los presentes.

— ¿Por qué regresó? —preguntó en voz alta, su ceño fruncido.

William, que seguía de pie, esperando poder volver a la tranquilidad del silencio, no supo qué decirle.

—Me extraña que el sheriff necesite ayuda con un caso tan simple —se dirigió a William— ¿Por qué regresó? —repitió.

—Jacob lo llamó —dijo— Si el sheriff lo pide, sé que es para algo, confío en Jacob, Noah, al igual que todo el pueblo.

—Lo sé, y lo hago —sonrió— ¿Pero no crees que es extraño que decida abandonar su vida por una simple llamada? ¿No le importa su familia?

William se dejó caer en el sofá, estaba exhausto emocionalmente.

—Su hija vino con él —informó— John era su amigo, Noah, al igual que el de todos aquí, no me parece fuera de lo normal que quiera venir a conseguir justicia.

«El Guardián» continuaba pensativo, molesto y lleno de preguntas. La información que escuchó hizo que su expresión cambiara, ¿qué era tan importante para Crane? Traer a su hija al sitio donde ocurrió un asesinato no era sensato, era estúpido en su opinión. No estaba convencido, necesitaba saber más.

—Gracias por tus palabras, William, me retiro —dijo, saliendo de la oficina.

El alcalde suspiró cuando la puerta se cerró, estaba seguro de que no volvería a tener un día tranquilo mientras Gabriel y Noah estuvieran en el mismo pueblo.

*

De vuelta en la patrulla, Jacob arrancó el auto, Gabriel venía pensativo y un tanto paranoico.

— ¿Por qué interrumpir una reunión privada? —dejó salir al aire. Pero su compañero entendió.

—Muchas razones, en primer lugar, Jones te odia desde siempre —explicó— Que hayas llegado sin avisar suena sospechoso hasta para mí, y eso que yo te llamé.

Gabriel sonrió.

—Mi instinto me dice que Noah es un sospechoso al igual que todos en el pueblo, y su desprecio hacia ti hará que no logres concentrarte como necesito, Gabriel —estaba preocupado.

—Descuida, no permitiré que ese idiota me moleste —aseguró— No me quedaré aquí más del tiempo necesario, Charlie no me lo perdonaría.

El sheriff resopló.

—No debiste traerla —volvió a decirle— No es seguro, lo sé, temo por mis hijos, y sé que tú lo haces también, esto es más complicado de lo que aparenta, mis entrañas me lo dicen a gritos, y sé que tú lo sientes también.

Gabriel permaneció en silencio. Sí, fue un error traer a su hija, pero no tenía opción, si la teoría que ambos pensaban era cierta, no habría diferencia alguna si Charlie permanecía en Montreal o Elora, quien fuera el causante de ir tras ellos, no se detendría hasta dar con ella.

*

Al terminar el desayuno, Charlie pudo notar ciertas cosas en los chicos que la acompañaban, una era la evidente tensión cuando se encontraban cerca el uno del otro, era como si evitaran a toda costa tener más contacto del necesario. La duda fue inquietante, su interior le decía que algún conflicto importante era el causante, pero no iba a preguntar.

La otra era la diferencia que tenían. Alexis era el tipo de persona que mantenía su distancia a modo de defensa hasta que la confianza era desbloqueada, o si se encontraba con un igual, como pasó entre ellos dos. Y Olivier por otro lado era como un soldado, no sonreía, no había en el chico la más mínima muestra de personalidad, era como estar viendo a un robot, uno que lucía molesto y fastidiado por estar ahí.




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