Capítulo Tres
Stéfano García.
- Ah, eh hola- me dijo con una sonrisa de Ángel y esa voz tan suave y tierna. Le devolvi la sonrisa.
- No sé si usted sabe pero la biblioteca ya deberia haber cerrado pero no puedo cerrar si usted sigue aqui- le dije acomodandome en el respaldar de la silla, ella me miro algo culpable.
- ¿Me pase la hora?- me pregunta y suspira.
- No mucho, tal vez una hora y media hasta dos- le dije y ella abrio los ojos como platos, cerro el libro y se levanto mirandome como si ella fuera alta.
- Lamento muchísimo haberle hecho pasar dos horas más de su turno, yo- dijo pero se calló cuando me levante y vio mi altura - Vaya que es alto- dijo viendome algo sorprendida.
- Ehh si ¿Tu casa está muy lejos?- le pregunte mirandola, ella era bastante pequeña me llegaba hasta el pecho o la garganta.
- Bastante en realidad pero yo voy en autobús- me dijo con una sonrisa y cerrando los ojos.
- Pero no hay buses a estas horas de la noche- le dije serio.
- En ese caso me voy caminando, ya lo he hecho en las mañanas- dice aún con esa sonrisa, el simple echo de imaginarla caminar sola por las calles de Tver me ponia tenso.
- No puedes irte a pie a estas horas de la noche y mucho menos sola, te pueden robar o lastimar- le dije inclinandomé un poco a su altura.
- Pero no tengo carro, ni licencia, tampoco se conducir y no puedo molestar a mis amigos- dice como si no entendiera el problema de caminar sola de noche, suspiró y la vuelvo a mirar desde mi altura.
- Esta claro que vendrás conmigo- dije inconcientemente, no me di cuenta de que lo dije hasta que me dio una sonrisa de esas que no son falsas, de esas que te dicen que esa persona estara ahi así el mundo se le caiga el mundo.
- ¿En serio serías tan amable de llevarme a mi apartamento?- me dice aún con esa preciosa sonrisa.
¿Yo dije eso?
- Cla-claro- dije y siguie con su sonrisa.
¿Tartamudie acaso?
- Gente como tú faltan en este mundo- dijo mientras pensé si tartamudie o no. Le devolvi la sonrisa.
- Vamonos entonces ¿Señorita?- pregunte y ella se puso a mi lado.
- Renata, me llamo Renata Ramírez- me dice mientras nos dirigiamos a la salida para apagar las luces.
Renata
- ¿Dondé vives Renata?
***
La lleve a su apartamento y en el camino encontramos unos delincuentes, agradeci mil vidas decir que la llevaria, no me quiero ni imaginar que le hubieran echo si yo no la traia, llegamos a un conjunto de departamentos Universitarios y bajamos.
- Muchisimas gracias por traerme, de verdad, eres una gran persona- me dijo con esa sonrisa verdadera.
- Tranquila, eso es lo que deberiamos hacer todos- dije.
- Pero no lo hacen todos, personas como tú marcan una diferencia- me dice - Adiós...- dice dejando la palabra en el aire, nunca le dije mi nombre.
Honestamente crei que me reconoceria por que siempre salgo en los medios además de que salio a la luz la noticia de que Elizabeth y yo terminamos pero por lo visto o se hacia la tonta o no lo sabia.
- Stéfano, Stéfano García- dije y pense que me reconoceria inmediatamente.
- Hum, jamás había oido el nombre Stéfano- dice - Adiós Stéfano, gracias por todo- me dice tranquila.
¿¡De verdad!? ¿¡Nunca habia escuchado mi nombre!? ¿Qué onda con está chica?
- Adiós- dije pero me acerqué a ella y le di un beso en la mejilla. Ella se tensó pero me dio una sonrisa tímida, estaba roja.
- Bye- dijo entrando a los departamentos.
- Ja- dije y me acerqué a mi carro - Nunca ha oido el nombre Stéfano- repeti en voz alta.
Era normal en la calle que me reconocieran por ser el hijo del General Samuel García, por ser ahora el hombre más rico del mundo y en si por mi fama. Si a ella la encontraba en la calle me reconoceria como "El chico de la biblioteca que la llevo a su casa"
Eso era raro para mi, esa noche volvi a llamar a Elizabeth, no me contesto pero cuando intente volver a llamarla me decia que el número estaba fuera de servicio. Mierda, me habia bloqueado.
Antes de eso me envio un mensaje: Déjame en paz Stéfano, voy a tener Un Nuevo Inicio y tu también deberias hacerlo
Cuando termine de leer ese mensaje pense que mandaria todo a la mierda pero cuando termine de leerlo Renata me vino a la cabeza
Voy a tener Un Nuevo Inicio y tu también deberias hacerlo
¿Deberia iniciar de nuevo tan pronto?
Lo dudo asi que solo me dormi y todo estuvo tranquilo.
4 Meses Después
7 de Febrero del 2026, 7 días para San Valentin
En estos meses que estuve trabajando en la biblioteca y otras cosas que nos pidieron el Gobierno y el Ejercito Ruso, Renata nunca dejo de ir a la biblioteca ¡Ni siquiera se daba cuenta de que yo estaba ahí!
Odiaba Febrero por que no me gustaba mucho eso de San Valentin ni nada de eso, tampoco me gustaba por que empezaba a hacer calor y en Rusia no era lo contrario, eran los momentos del sol y no de la nieve, claramente hacia calor asi que nos cambiaron el uniforme de buso gris a camiseta gris con botones, la chompa siempre la llevaba en la cintura y el jean negro no cambio pero ahora ya no usaba botas negras si no que usaba unos zapatos deportivos negros.
Como dije, odio Febrero pero eso cambio hasta ese día: Renata vino como de costumbre solo que cuando me giré a verla mi mandibula casi cae al suelo.
Estaba más hermosa: Como era "verano" llevaba una falda negra que no le quedaba chiquita pero tampoco se pasaba de las rodillas, con la falda pude admirar sus largas piernas y sus grandes muslos, tenia puesta una blusa blanca que dejaba al descubierto sus hombros y unas botas negras altas que le llegaban casi a las rodillas haciendo que se vea genial con esa falda.