Alma Robada

CAPÍTULO VIII

Gabriel observó alejarse a la enfadada detective con una gran sonrisa; el hecho de que lo tratara como si fuera un niño cuando era mucho mayor que ella, le divirtió de sobremanera, además claro, de que la mujer le pareció de lo más sexy. Después de que ella diera vuelta, y desapareciera por completo de su vista, él se recargo sobre la puerta cerrada, dio un gran suspiro, y luego se llevo la mano hasta su cuello; lo que estaba por venir poco iba a tener de divertido, y lo peor era que aun faltaba que se enterara David.

      -Al mal paso darle prisa...-. Se dijo a sí mismo de forma resignada, para después abrir la puerta y entrar.

      Daniel estaba sentado en un pequeño banco al lado de su hermana, mientras le acariciaba con ternura el rostro; sus ojos denotaban tanto amor y preocupación, que Gabriel entendió perfectamente porque se había molestado tanto cuando la detective lo culpo por el estado de Violeta; estaba seguro que Daniel era el tipo de hermano que primero se hubiese dejado matar antes de dejar que alguien la hiriera...

      -No necesitamos un abogado...-. Dijo Daniel sin apartar su vista de su hermana. –Yo puedo arreglármelas con eso...

      -Es cierto, si no me equivoco tú debes estar por terminar la Licenciatura en Derecho-. El ambiente no había perdido un gramo de intensidad, y Gabriel se preguntaba si era la actitud de Daniel lo que le tenía preocupado, o simplemente el hecho de saber qué esto cada vez se ponía más turbio. –Pero créeme, soy bastante bueno y puedo ayudarlos a mantener al margen a...

      -Barista, empresario, doctor... y ahora abogado...-. Interrumpiéndolo, Daniel se puso de pie y fijo sus ojos en él. –No sabía que el jefe de mi hermana fuera un genio

       Su voz tranquila poco o nada tenía que ver con lo que reflejaban sus ojos. Gabriel, que hasta el momento estaba a solo un paso de llegar hasta Violeta, en cuanto observo el rostro de Daniel, de forma instintiva retrocedió lo que le faltaba, impresionándose de lo que acababa de hacer en el mismo instante.

      -Que te digo, soy una caja de sorpresas-. Replico sonriendo nervioso, y preguntándose como un humano podía lograr algo como eso.

      -¿O una caja de pandora?...

     La referencia era una coincidencia interesante, si tomaba en cuenta quién lo había educado.

      -Supongo que eso también podría servir...-.  Gabriel se encogió de hombros y sonrío amablemente, mientras pensaba que era lógico que se encontrara de muy mal humor; lo que les acababa de pasar no era cualquier cosa. -¿Cómo se encuentra Violeta?-. Preguntó finalmente, tratando de desviar la conversación.

      -Estable, aunque probablemente no despierte hasta mañana-. Daniel no apartaba su fija mirada, era como si a través de un vistazo quisiera descubrir todo lo que le ocultaba; y lo cierto es que poco le faltaba para hacerlo.

      -¿Y qué fue...puedo?-. Gabriel pensó que era prudente preguntar si podía acercarse, al ver que Daniel se movía para dejarlo pasar, siguió avanzando. -¿Qué fue lo qué pasó? ¿Por qué la detective pregunto sobre el corazón de Violeta?

       -Cuando llegamos hubo un malentendido...los médicos pensaban que Violeta tenía una herida en el corazón por el lugar en donde la katana perforó...

      -¡¿La katana?! ¡¿Quién demonios quiso atravesarle el corazón con una katana?!

     Daniel, que hasta el momento seguía sin perder de vista las expresiones del visitante, se dispuso a contarle con lujo de detalles lo que había pasado esa mañana, total, si lo juzgaba loco, ahí estaba el taxista que también había visto como Damon desaparecía ante sus ojos; Gabriel intento ser tan discreto como le fue posible, pero lo cierto es que con cada palabra nueva que escuchaba sus gestos delataban que si bien se sorprendía de los hechos, era consciente en cierta forma de cosas que Daniel no sabía.

     -...y aunque no estoy seguro...-. Contar todos los hechos en voz alta, no solo le había servido para dárselos a conocer a Gabriel, sino que le estaba ayudando a darse cuenta que desafortunadamente nada de esto era un sueño, un sueño como aquellos que lo estaban volviendo loco últimamente y que ahora habría dado cualquier cosa por que fueran solo eso. –Casi puedo jurar que ese sujeto sabía lo del corazón de Violeta...

      -¿Qué...qué pasa con su corazón?

      -Violeta tiene dextrocardia...

      En ese momento el rosto de Gabriel perdió completamente su color; estaba seguro que podía ser una simple coincidencia (de hecho rezaba porque lo fuera), pero de no serlo, las cosas empezaban a cobrar cierto sentido. Entonces otra idea cruzo por su mente, si Daniel fue capaz de saber en dónde estaba Damon antes de que se mostrara físicamente, era posible que...




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