En el instante en que estas palabras llegaron a Violeta, todo su cuerpo se tenso quedándose completamente inmóvil, ni siquiera era capaz de respirar; aunque en realidad, en cierto hemisferio de su cerebro pasaba la idea de que respirar ya se había vuelto una obligación innecesaria para ella, que ahora estaba muerta y a centímetros de llegar al paraíso; pues sino entonces, cómo podía ser posible que un ángel como David estuviese a punto de besarla a ella, una simple mortal.
Pero fue en ese momento que el destino se encargo de recordarle que aun tenía una larga vida por vivir; una injusta, cruel, dura, despiadada, pero sobre todo... inoportuna; y es que, por más que ella estuviese como estatua evitando cualquier movimiento, su corazón bailaba lleno de vida y renovada emoción; lo cual... indiscretamente... fue bastante notorio cuando un "bip bip bip" constante y ruidoso hizo eco por toda la habitación, llamando la atención de los presentes.
La reacción de Violeta ante tan desafortunada interrupción se hizo evidente en ese mismo segundo, cuando una mueca no solo de pena sino de decepción se adueño de su semblante, mientras que un color rojo vibrante ganaba terreno sobre sus mejillas. David en cambio soltó una risita entre dientes, feliz y apenado por lo que cierto corazón acababa de revelar.
El beso destinado a sus labios terminó sobre su frente.
-¿Debería preocuparme por eso?-. Preguntó David de forma traviesa, mientras se alejaba unos cuantos pasos de la zona de riesgo.
Ella era incapaz de responder a esa pregunta, sentía que si en ese momento aparecía Damon para llevársela al infierno, o Leo para finalmente matarla, hubiese sido incluso menos estresante y caótico que lo que pasaba ahora... maldito corazón traicionero y chismoso.
-No creo que sea nada serio-. Respondió observando un punto sobre el suelo como si fuera la cosa más interesante del universo; mientras intentaba con todas sus fuerzas tranquilizar el loco aparato conectado a ella.
David estaba por acercarse una vez más; había intentado alejarse, pero lo cierto es que para él Violeta se estaba convirtiendo en algo similar a la gravedad... su fuerza de atracción estaba más allá del entendimiento; sin embargo, no solo las reglas se lo impidieron, en ese momento la puerta se abrió de golpe.
************************
Daniel estaba prácticamente devorando todo lo que había en el plato que tenía en frente; no solo porque no había comido nada en más de 24 horas; sino porque el hecho de que su hermana estuviera sola con David le ponía enfermo. Aun no estaba seguro cual de todas sus teorías de conspiración era la real, pero de lo que si estaba seguro era que ninguno de ellos eran personas normales.
No habían pasado ni siquiera cinco minutos cuando el plato quedó completamente vacío; probablemente Daniel había estado más tiempo en la fila para ordenar, que lo que tardó en comer; sin embargo, en esos momentos se sentía como si estuviese en una guerra sin cuartel contra el tiempo, ya que algo en su interior gritaba con voz furiosa y convincente que se estaban quedando sin el.
-Pensé que querías hablar...-. Comentó Gabriel extrañado al ver como Daniel se ponía de pie para retirarse.
-Violeta sabe todo lo que tú pretendes decirme...-. Él respondió con un gesto despectivo, para después mover su cabeza negativamente. -Mejor dicho, ella quiere que tú me digas lo que ya sabe...
-Creo que por eso te pidió que me llamaras...-. La verdad es que Gabriel no estaba muy seguro de si ella quería que volviera a borrarle la memoria; lo cual iba a ser algo interesante tomando en cuenta que ya había hecho hasta declaraciones con la policía respecto a lo que ocurrió la mañana anterior. O simplemente pretendía que le contara toda la verdad; después de todo él era el único con un punto de vista objetivo, tomando en cuenta que no estaba involucrado con los hechos... al menos no de forma directa.
-Bueno, pues en ese caso lamento decepcionarte... pero no pienso permitir que evada SU responsabilidad-. De acuerdo, él estaba tremendamente preocupado por lo que le pasaba a su hermana, y probablemente fuera el único que realmente quisiera más que nadie mantenerla a salvo; pero eso no evitaba que se sintiera furioso por haber sido expulsado de su vida, él era su hermano, la única familia que tenía... y lo había dejado de lado; oh no, no se la iba a poner tan fácil.
Gabriel observó durante unos segundos a Daniel atravesar con pasos firmes la cafetería, mientras pensaba la interesante forma que tenía de ser; parecía tomarse demasiado en serio su papel de hermano mayor, incluso por las cosas que había escuchado de Violeta, más bien parecía que se transformaba en lo que ella necesitara... un amigo, un hermano, un padre... y lo más impresionante es que había desempeñado todos estos roles desde muy temprana edad, y solo siendo dos años mayor que ella. Además estaba el hecho de que ninguno de los dos eran simples humanos, aun no confirmaba nada, pero estaba un 99.9 por ciento seguro; aunque de momento lo mantendría como su secreto.
-Bueno... un hombre de talento nunca cae en el engaño-. Dijo Gabriel para sí mismo, con un suspiro lleno de resignación ante lo que estaba por venir, para luego ponerse de pie y comenzar a caminar.