Una vez mas mi corazón duele, solo que esta vez no es por amor.
De todas las espinas clavadas en él, aquellas justo que creía olvidadas, tal vez inexistentes, fueron removidas dejando en claro que aún están ahí clavadas en lo mas profundo y de forma un tanto oculta.
Mi pecho arde.
Mi garganta quiere explotar, las lágrimas no se detienen y yo una vez más colapso y bajo la mirada.
Las espinas se retuercen, se clavan más profundo y duele.
Confirmándome no solo su presencia sino su permanencia tal vez un poco mas de lo esperado.
Era tan bella la rosa que empecé a querer sus espinas, esas que hoy duelen y que hoy en una noche fría como esta, me hacen llorar.
Editado: 13.09.2020