- al parecer ¡Si!-dijo Makey-
-Lleven a los niños a la sala de descanso- ordené-
-Si señora Camil Dijeron todas las niñeras.
Nos dejaron solos a los tres, aunque yo procure no levantarme de mi asiento.
Pero Makey no tenía intensiones de dejarme fuera de su juego., así que prosiguió el camino hasta llegar al sofá y sentarse a mis pies colocando mis piernas en su regazo, saco una crema hidratante de el bolsillo sacó un cojin de detras de el para colocarlo en mis pies.
Me sorprendió que hiciera eso delante de Bianca, esta siguió a Makey segundos después solo para ver lo que hacía con mis pies.
-Deja de hacer eso ella no es tu esposa- gritó enojada, arrebato la crema y la tiro al piso.
-Deja de molestar Bianca- dijo más fuerte y con esa su voz parece que iba a derribar la casa si hablaba más fuerte-
Quite mis pies sentándome en el sofá y esta se arrodilló delante de Makey...-No tiene vergüenza - pensé -
-¡Mike por Dios!tu me amas a mi, solo dime que has viajado por mi a París y yo perdonaré este terrible acto- dijo la chica derramando lágrimas de cocodrilo-
-Deberian darle un Óscar por su actuación- dije para mis adentros-
-Tus lágrimas no me conmueven en lo absoluto y vine a París fue por ella y mis hijos, así que es mejor que te vayas de esta casa por que no eres bienvenida- dijo Makey quitando sus manos de sus piernas-
-Claro que no me iré, esto me pertece una vez me lo prometió Logan no puede retractarse ahora, soy la mujer que has amado durante toda tu vida; la que envejecerá contigo- dijo Bianca volviendo a abrazar las piernas de Makey-
-¡Me largo! -dije a Makey- ya no soporto ver actuar a esta mujer-
-¡¡No te muevas!! aquí la única que debe irse es ella- dijo Anthon a mi espalda-
Por un momento se sorprendió escucharlo decir semejante disparate.
-¡Que!¡No!¿Quien es él?-dijo Bianca dejando de llorar-
-Nadie que te importe- dijo Anthon con desden-
-Se quien eres... eres... Anthon Rinaldi, el esposo de la Bella dama. ¡Espera un momento! ¡Ella es la bella dama!¡Tu eres su esposo! sabia que me mentían-dijo alegre Bianca, que inmediatamente se levantó y limpió su cara-
Anthon sonrió de lado y esa sonrisa solo decía que haría alguna cosa mala.
- Es una pésima actriz Señorita...-dijo Anthon queriendo saber su nombre-
-Bianca Williams- dijo ella caminando hasta el con sensualidad para extenderle la mano, sonriendole con todos los dientes-
-Lo siento pero las mujeres vulgares no me agradan y obviamente usted pertenece a ese grupo, con ese atuendo que no deja mucho a la imaginación- dijo Anthon dando un paso atrás como si la chica tuviera una enfermedad contagiosa-
Esta bajo la mano para poderse bajar el vestido de negro brillante que apenas le cubría los muslos y el escote pronunciado al frente había dejado ver hasta su ombligo cuando se tiró a abrazar las piernas de Makey.
-Soy una top model internacional y a veces visto así-Dijo justificándose-
Anthon ni siquiera le presto atención, dirigiendo su mirada a Makey.
-Termina ya con eso que necesito que me ayudes con algo en el despacho- dijo Anthon mirando Makey-
-Dame un par me minutos ahora te alcanzo-contesto Makey-
-¡¡Pero que!! ella es su esposa no la tuya, como es que lo tratas como si fuera tu hermano, sabes que estaba haciendo hace un rato Makey con tu mujer- dijo ella enojada-
-No me interesa lo que hagan ellos dos, yo no soy su esposo- dijo Anthon y vi en sus ojos tristeza que apretó mi corazón-
-¿Como?- dijo ella agarrándose la cabeza-
-¡No entiendo nada!- dijo la chica-
Anthon se marchó rumbo al área de juegos de los niños.
-No importa sino entiendes, ya lárgate de esta casa que no te pertenece a ti sino a ella; tuviste tu oportunidad de volver cuando te dije que estaba enfermo y no lo hiciste, tampoco cuando te dije que había ganado la batalla contra el cáncer lo hiciste; yo entierre hace mucho tiempo ese amor que tenía por ti ahora solo vete. Yo te di mucho tiempo para pensar y volver y no te importó mi salud ni mi estado de ánimo, lo que quería contigo ya lo tengo sin ti-dijo Makey-
-¡¡Haz llegado muy tarde!!-hable enojada ya por la situación-
-Esto que he construido es mío y no eres digna de verte junto a mi en ninguna parte por ningún motivo, busca caminos nuevos en otra parte, no hay manera que entres de nuevo aquí y tampoco que haya cabida conmigo ya te conocí, se tu historia aunque al principio me negué a creer en lo que te habías convertido se muy bien que no haz conseguido nada de lo que anhelabas más bien solo conseguiste hundirte- dijo Makey con enojo-
-Nunca tuviste intensiones de buscarme- dijo ella con la cara bañada en lágrimas-
-Bianca yo te busqué e imploré por que no te fueras incluso varias veces te mande mi avión privado para que regresarás pero no lo hiciste; yo nunca mentí respecto a mi enfermedad, tu simplemente te encaprichaste así que decidí dejarte vivir tu vida y he allí la has vivido a tu gusto- termino por decir mientras señalaba a un guardia para que la llevara-
Esta empezó a forcejear y gritar, pero nadie prestó atención a su bulliciosa perorata.
-Eres un hombre cruel cuando te lo propones- le dije a Makey-
-Antes de conocerte ella era todo mi mundo y si me pedía que saltara de algún lado sin paracaidas no lo hubiera dudado un segundo, pero salió corriendo cuando se enteró de mi enfermedad al principio la rogue como un niño pero después me di cuenta que no valía la pena seguir viviendo de esa manera por lo que trate de seguir mi vida y olvidarla- dijo mirando hacia la entrada con nostalgia-
-Si las cosas no hubieran sido como lo son ahora...-
-No hay un hubiera que quepa en mi vida Camil- dijo interrumpiendo mis palabras-
-Voy a ver a los niños tu descansa, no se como es que te recuperas tan rápido después de pasar tanto tiempo sin moverte-dice Makey cambiando de tema-
-No creas que no duele alguna parte de mi cuerpo, simplemente necesito estar bien por ellos-dije refiriéndome a mis hijos-
-Siempre haz demostrado ser fuerte ante los demás, es la razón por muchos se preocuparon al verte postrada en cama-dije ahora volviéndose a sentar a mis pies-
-Fue un susto para todos incluso para mi- contesté-
-Pero lo que más me preocupa es tú salud hay cosas que no me gustaron de la resonancia magnética que le hicieron a tu cabeza- dijo recordando mi enfermedad-
-Por favor no lo menciones de nuevo- dije bajando la mirada a mis manos-
-Tenemos que hablar de ello si me consideras tu esposo; por que no permites que Lisa revele tu estado actual, puede que algo de allí- dijo señalando mi cabeza- no permita que recuerdes a Anthon.
Yo miraba mis dedos como si fueran lo más genial del mundo, pues no podía ignorar que le estaba mintiendo no solo a el sino a todos los que me rodeaban y tenia que terminar con esto pronto.
-Por favor no presiones de acuerdo; tu no quieres dormir conmigo yo no cederé en hacerme más exámenes- dije lo más seria posible.
Me dolía en el alma hacer esto, pero en parte quería hacerlo feliz a el también ya que había descubierto su más triste secreto y no podía dejarlo partir con el corazón roto.
-Bien no diré nada, ahora iré a descansar yo no me siento bien ahora- dijo con molestia-
-No te preocupes yo cuido que todo este bien por acá-
Después de un rato de jugar los niños fueron llevados arriba y los adultos en casa fueron llamados a comer. Toda la cena fue tranquila por asi decirse hasta que llegó una llamada de Luci.
-Dime- dije al teléfono-
-Necesito tu ayuda de nuevo, la isla bonita a cambiado de dueño, podía usted saber quién es ahora-
-Se quien es, te mandaré su número ahora-dije colgando-
Todos en la mesa se me quedaron viendo extraño y entonces me di cuenta de lo que ocurría; mi farsa se me estaba yendo de las manos.
-Es trabajo- dije sin ponerle importancia-
Todos siguieron en lo que estaban y casi al terminar otra llamada entro.
- Gracias no la he conseguido pero compré otra mucho mejor gracias cuñada- dijo y por el silencio que había en la mesa del comedor se escucharon bien sus palabras-
-De nada -dije con la expresión fria-
-¿Quién llamo?-dijo el abuelo-
-La esposa de tu nieto Alessandro-dije como si fuera algo común-
-La mujer que llegó la otra vez a traer la información a su hijo y nuera- dijo Martín-
-Esos chicos solo Dios sabe en qué están metidos, pero me preocupa mucho más que Alessandro lleve tiempo sin dar la cara-dijo el abuelo-
Claramente trataba de evitar el tema de como la recordaba pero a Anthon no se le escapó en lo absoluto.
Me miraba de manera extraña y me hacía sentir más que incomoda, culpable; como una niña que había sido atrapada haciendo una travesura.
Todos siguieron en lo suyo pero Anthon me incomodaba con su mirada, así que me disculpe y subí a la biblioteca para escapar de su mirada que me decía ¡te atrape!.
-¿Porqué contesté?- dije para mis adentros-