Ámame otra vez

9

☽☾ AZREY

—Yo me ocupo de Lenny —Tatianne se acerca cuando me ve coger el documento.

Dejo que la tome en brazos, miro al abogado con intriga antes de desdoblar el papel.

“No hace falta recordarte que sé bien lo predecible que eres. Es por eso que dejo esta carta para ti. Antes quiero que sepas que, si hubiera otra manera, no me atrevería a tanto. Mi enfermedad me cambió. Al principio dudé en buscarte, pero desde que supe que los planes de Yelika y su familia son quedarse con todo, entendí que tenía que hacer algo. Voy al grano, como sé que lo prefieres. Sé cuál es tu descendencia, sé quién es tu familia. Ellos han estado buscándote.”

Los ojos se me humedecen tanto que me resulta imposible ver; me limpio con el dorso del brazo y continúo leyendo.

“Tus padres no te dejaron como has creído toda la vida; fuiste robada por una empleada obsesionada con tu padre. Tienes la oportunidad no solo de curar el corazón de Ahren. Podrás recuperar tu apellido, a tu familia. Sé que existe la posibilidad de que no lo creas, pero puedes terminar con el tormento de una madre que durante años te ha buscado. Pero… sabrás la verdad una vez que decidas aceptar la herencia. Sé que Ahren lo sabrá en algún momento; confío en que, para entonces, su corazón no albergue tanto odio y le sea más fácil perdonar. Solo tú puedes lograr que no me recuerde como la enemiga que creerá que soy. Un día, cuando seas madre, lo comprenderás. Azrey, una vez que cumplas mi voluntad, el abogado te guiará con tu familia.”

Dos grandes lágrimas caen sobre el papel, lo que provoca que el abogado me lo quite de las manos.

—¿Qué hace? —intento recuperarlo.

—La voluntad de la señora es evitar que use estas evidencias para revelarle la verdad al señor Ahren.

—¿Quiénes son mis padres?

—No lo sé, señorita. Tengo en mi poder el modo de hacerla llegar hasta ellos, pero desconozco quiénes son.

Vuelvo a limpiar mis lágrimas.

—¿Así que se niega a decírmelo?

—Hago mi trabajo, señorita.

—Muy bien. He vivido sin ellos toda mi vida. Si esta es la manera de saber quiénes son, prefiero morir sin conocerlos. Váyase al infierno con esa vieja loca, recoja sus cosas y lárguese. No haré nada de lo que pidió esa mujer.

—Señorita, le pido que considere que…

—No me interesa, quiero que se largue. ¿Sabe lo que haré? Iré a ver a Ahren. Le diré que su madre lo planeó todo, le diré toda la verdad.

Me mira con seriedad y procede a cerrar su maletín. Lo sigo hasta la puerta.

—Esta es mi tarjeta. Llámeme si cambia de opinión. Hay algo que me gustaría que supiera: existe la posibilidad de que la muerte de la señora haya sido provocada. Soy testigo de que recibió amenazas por parte de la señorita Yelika con respecto a la verdad que no quería que fuera revelada.

—No me interesa —le cierro la puerta en la cara.

Recojo la tarjeta que entra por debajo de la puerta, dispuesta a romperla, pero Tatianne me la arrebata.

—No hagas nada en este estado. Estás muy alterada y, como ya sabes, no sueles tomar buenas decisiones en estas situaciones. ¿Qué decía el documento?

Miro a Lenny, que al ver mis lágrimas hace pucheros para llorar. La recibo en brazos. Tatianne me trae agua y, al sentarnos, la pongo en contexto.

—No creo que se haya atrevido a jugar con algo así. ¿En serio no te da curiosidad saber quiénes son tus padres?

—Sí, pero no cederé. Hay otras maneras. Si me están buscando, deben existir registros. No haré lo que esa loca quería. ¿Sabes qué haré? Iré a ver a Ahren y, pase lo que pase, le diré la verdad: que Lenny es su hija, que Yelika está obsesionada con él, el plan de su madre.

—¿Y después qué? Si te dejó la herencia, ¿qué pasará con ella? Te la dejó por algo, amiga. La gente suele matar por dinero, y tú y yo sabemos que Yelika y su familia vivían a costa de la vieja, de su patrocinio.

—¿Y qué? Renunciaré a todo. No me interesa esa gente ni su situación familiar.

—Piénsalo mejor, ¿sí? Solo tómate unos días. Piensa con la cabeza tranquila. Si al final sigues considerando que eso es lo mejor, entonces así será.

—¿Cómo puede alguien ser tan cruel? ¿Cómo me hace esto?

—Sí, lo sé, era una desgraciada. Pero ¿en serio no te dan ganas de ver la reacción de Yelika al saber que tienes todo por lo que ha luchado?

Cierro los ojos y exhalo con calma.

—Aunque me moleste su cinismo, no es de mi interés. ¿No te das cuenta de la posición en la que esto me deja? Ahren es mi mayor problema. Hilda no sabía que existía Lenny; tal vez si hubiera dejado su herencia para ella… pero no es lo que Ahren verá.

—Te desconozco. ¿Por qué te importa tanto lo que vaya a pensar Ahren? Tarde o temprano sabrá la verdad. También fuiste víctima de un plan; solo actuaste desde tu incredulidad.

—Como sea, no sé qué hacer. Negarme, no deshará que soy la dueña de esa fortuna, no cambiará la reacción de Ahren ante la situación. No quiero que Lenny quede en medio de una disputa que pueda lastimarla.

—Bueno, tendrás que pensar bien qué hacer. Tenía planes con el italiano, pero si quieres puedo cancelarlos y ayudarte a planear.

—¿Dijiste que es millonario? ¿Crees que nos podría ayudar a investigar quiénes pueden ser mis padres?

—No lo sé, es médico. No creo que tenga esas influencias, pero lo intentaré. No sé mucho de él; ahora que lo pienso, es muy extraño el modo en que nos conocimos. Pero no es momento para hablar de él.

—Ahora solo quisiera que todo esto fuera una pesadilla. ¿Quieres comer? —es lo único que se me ocurre agregar.

—No, sé que tú tampoco. Pediré un vino; creo que ambas vamos a necesitar una copa.

—Está bien. Mientras le daré el almuerzo a Lenny. Al paso que voy, voy a terminar loca.

—No eres tan débil, Az. Estás confundida por tantas emociones juntas, pero sabes que algo así no te vencerá.




Reportar suscripción




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.