Elian el espía enviado desde Adamas se movía por Eldermoon como una sombra obediente, sin atraer miradas, sin cometer errores. Hablaba lo justo. Sonreía solo cuando era socialmente necesario. Y jamás se acercaba demasiado a Anthony y Evan.
Su observación silenciosa comenzaba…
pero el amor brillante de la pareja lo hacía casi invisible. Anthony y Evan no veían nada más que el uno al otro. La casa que Eldermoon les había otorgado parecía sacada de un sueño romántico:
• Dos pisos luminosos
• Un balcón de vidrio con vista al valle
• Un estudio fotográfico con paredes blancas
• Una sala con alfombras suaves
• Un dormitorio enorme decorado en colores crema y oro
• Un baño con una bañera de mármol donde a veces se bañaban juntos
Y, lo más importante: la libertad de vivir como querían. Sin padres. Sin sombras. Sin cadenas. Y aunque Anthony aún se sobresaltaba por las noches, Evan estaba siempre ahí para abrazarlo. Siempre.
EVAN, EL MODELO MÁS BELLO DE ELDERMOONEn Eldermoon, el arte era sagrado. Y la belleza también. Evan no tardó ni dos días en recibir una invitación formal para trabajar como modelo top de la Casa Arthemis, el estudio más prestigioso de todo el valle. Su piel negra parecía absorber la luz. Sus ojos verdes brillaban como gemas. Su cabello lacio hasta los hombros se movía como un río oscuro. Y su cuerpo atlético atraía miradas desde cualquier ángulo.
Anthony, que buscaba trabajo como fotógrafo, fue aceptado en el mismo estudio. Y así nació la dupla más explosiva de Eldermoon:
Evan, el modelo deseo de todos.
Anthony, el fotógrafo capaz de capturar su alma.
Anthony ajustó su cámara, los dedos temblándole un poco por la emoción. Evan estaba frente al fondo blanco, con una chaqueta de terciopelo color esmeralda, un pantalón negro ceñido y descalzo sobre el piso brillante. Anthony tragó saliva.
—Evan pareces hecho para romper corazones — murmuró.
Evan ladeó la cabeza con una sonrisa peligrosa.
—Solo el tuyo me interesa — susurró.
Anthony pulsó el obturador.
CLICK.
La luz acarició el perfil de Evan. La cámara capturó:
• Los labios gruesos y sensuales
• La mandíbula firme
• El brillo salvaje de sus ojos verdes
• La suavidad del cuello
• La fuerza contenida en sus hombros
Anthony respiró hondo.
—Evan mírame como si fueras a devorarme.
Evan entrecerró los ojos lentamente. Anthony casi deja caer la cámara.
CLICK.
Otra foto perfecta.
SEGUNDA SESIÓN — BELLEZA MITOLÓGICAEvan llevaba un atuendo inspirado en los dioses griegos: Un manto blanco que dejaba el pecho al descubierto. Piel negra y seda blanca: un contraste tan poderoso que algunos artistas lloraron de emoción al verlo entrar. Anthony tenía que acercarse para ajustar la tela. Evan lo miró desde arriba.
—Te tiemblan los dedos —murmuró.
—Cállate —susurró Anthony sonrojado— eres demasiado hermoso.
—Y tú demasiado dueño de mí —respondió Evan.
Anthony tragó saliva.
CLICK.
La foto parecía sacada de una leyenda.
LOS NUEVOS AMIGOSEn Eldermoon hicieron amigos casi sin proponérselo:
• Lucien, el custodio del valle, que los invitó a cenar a su mansión de cristal.
• Dorian y Alistair, una pareja de artistas excéntricos que amaban hablar de poesía y moda.
• Jules, un bailarín que se reía de todo y llamaba a Evan la estatua viviente que camina.
Uno de esos días, mientras todos compartían un café, Dorian suspiró dramáticamente:
—Evan, hijo del sol, eres obscenamente perfecto. ¿De verdad eres humano?
Alistair intervino:
—Si no, explíquenme cómo Anthony puede hacer que te veas aún más irresistible en fotos.
Anthony se sonrojó. Evan le tomó la mano debajo de la mesa, protegiéndolo con un gesto tan simple como íntimo.
—Anthony es el único capaz de ver el verdadero yo — dijo Evan.
Dorian suspiró teatralmente.
—Qué envidia, cielo. Yo moriría por que alguien me mire con esa devoción.
Alistair se aclaró la garganta.
—Estoy literalmente casado contigo.
—Oh, cierto. Bueno, tú también eres… aceptable —respondió Dorian con coquetería.
Todos rieron. La vida, por primera vez, era ligera. Luminosa. Real.
EL AMOR EN SU DEPARTAMENTO — LA GENTILEZA DE LA NOCHESu departamento era su verdadero reino. Evan cargaba a Anthony entre risas cuando este fingía estar cansado después de una sesión de fotos. Anthony pasaba sus manos por el cuello de Evan mientras murmuraba:
—Sabes cuando estás bajo esas luces no puedo dejar de mirarte.
Evan lo tumbaba suavemente en la cama.
—Solo quiero que tú me mires así —susurraba contra sus labios.
Anthony le acariciaba el rostro, admirando cada trazo.
—Eres perfecto.
Evan negaba con suavidad.
—No. Perfecto es quien puede sacar belleza del caos. Y ese eres tú.
Se besaban despacio. Profundo. Con una intimidad que no necesitaba más que sus respiraciones mezclándose. A veces Anthony se quedaba dormido con la cabeza en el pecho de Evan. Y Evan lo observaba como si el mundo hubiera sido creado únicamente para ese instante.
—Te amo —murmuraba Anthony medio dormido.
—Y yo te debo la vida —respondía Evan.
LA SERPIENTE ES UN SUSURROMientras ellos vivían amor, arte y luz….El espía Elian los observaba desde la distancia, sin acercarse, sin hacerse notar. Invisible.
Casi un fantasma. Siempre silencioso. Siempre paciente. Una serpiente oculta entre rosas, esperando el momento indicado para atacar. Una noche, después de una cena con sus nuevos amigos, Evan abrió la puerta de su departamento.