Amantes de Cristal

EL GUARDIÁN DEL VIENTRE

LA CASA SELLADA

Desde el accidente del dron, Evan se transformó en algo distinto. Un hombre hecho de acero, instinto y amor feroz. Selló cada ventana. Revisó tres veces los sensores. Actualizó los sistemas holográficos. Instaló barreras adicionales sin que Anthony lo notara.

Cada paso que daba era calculado. Cada mirada era un barrido del entorno. Cada sonido lo ponía tenso. Anthony lo observaba desde el sofá, con una mezcla de ternura y preocupación.

—Evan estás exagerando.

Evan se volvió hacia él lentamente.

—No..Estoy protegiendo a mi familia.

Anthony sintió un estremecimiento dulce en el pecho. Familia. Él. Evan. El bebé. Pero algo en los ojos de Evan era distinto..Más oscuro.
Más decidido. Más feroz.

NO TE ALEJES DE MÍ

Esa tarde, Anthony quiso ir a la cocina a tomar agua. Apenas dio dos pasos cuando Evan interceptó su camino con una velocidad que lo dejó paralizado.

—¿A dónde vas?

—A la cocina —respondió Anthony, sorprendido.

Evan respiró hondo, intentando controlarse.

—No vayas solo. Nunca solo.

Anthony lo miró con suavidad.

—Evan estoy en casa. No pasa nada.

Evan negó.

—El dron cayó en un lugar público. Pero alguien pudo entrar a nuestro departamento antes. No voy a permitir que esto vuelva a pasar. No contigo. No con nuestro hijo.

Anthony tocó su mejilla, con ternura infinita.

—Confía en mí. Estoy bien. Estoy contigo.

Pero Evan tomó su mano y la presionó contra su pecho. Anthony sintió el corazón de Evan golpeando con fuerza descontrolada.

—No entiendes. Cuando pensé que te había tocado que podía haberte herido —Evan respiró entrecortado— sentí que me cortaban el alma.

Anthony se acercó y lo abrazó. Evan lo sostuvo como si lo salvara de una caída.

—Evan no puedes vivir así. Te romperás.

—No —susurró Evan, apoyando su frente contra la suya— Es mi deber amarte así.

DORMIR EN SU PECHO

Esa noche fue distinta. Anthony se acostó primero, exhausto. Pero Evan no lo dejó dormir solo. Se metió detrás de él en la cama, lo rodeó con los brazos, y deslizó una mano hacia el vientre, apoyándola allí como si fuera un escudo vivo. Anthony jadeó suavemente por el contacto.

—Evan ¿qué haces?

—Escucharte —susurró él.

Anthony se ruborizó.

—No se escucha nada aún…

—No importa. Quiero que sientas que estoy aquí. Quiero que nuestro hijo me sienta. Quiero que sepa que jamás dejaré que nada lo toque.

Anthony se quedó inmóvil. El calor de Evan lo rodeaba por completo. Su respiración profunda le vibraba en la espalda. Su mano firme sobre su abdomen lo hacía sentir protegid, amado, reclamado. Sentido.

—Evan —susurró Anthony— Tengo miedo de que esto te consuma.

Evan bajó la voz aún más, como un animal velando a su pareja dormida.

—No me consume. Me completa. Protegerte es lo único que importa en mi vida.

Anthony tragó saliva. Una parte de él temblaba por el poder de esas palabras. Otra parte lo amaba más por ello.

POSESIÓN SUAVE

A mitad de la noche, Anthony despertó por el peso cálido alrededor de su cintura. Evan lo había atraído más fuerte hacia sí, como si tuviera miedo de que desapareciera. Su respiración era profunda, pero inquieta.

—A Anthony —murmuró en sueños— No lo toques. No lo toquen…

Anthony lo observó, estremecido. Evan estaba soñando con él. Defendiéndolo incluso dormido. Le acarició la mandíbula con suavidad.

—Mi amor estoy aquí —susurró.

Evan, dormido, apretó más su vientre, protegiendo la zona donde crecería su hijo. Anthony sintió las lágrimas pidiéndole salir.

—Te amo, pero no puedo permitir que esto te destruya…

Evan dormía profundamente. Y Anthony, por primera vez, sintió miedo no del peligro externo sino de lo que Evan era capaz de hacer por él.

ELIAN Y LUCIEN — SOSPECHAS

A la mañana siguiente, Elian y Lucien fueron a visitarlos. Evan abrió la puerta solo cuando verificó tres veces quién era. Lucien frunció el ceño.

—Evan, estás… tenso.

—No estoy tenso. Estoy alerta.

Elian lo miró con una mezcla de empatía y preocupación.

—¿Estás durmiendo?

—Dormir es perder tiempo inútil —respondió Evan— Mientras yo cierre los ojos, alguien podría acercarse a Anthony.

Lucien tomó una decisión en ese instante.

—Evan si sigues así, te romperás. Y si te rompes, Anthony también.

Evan lo miró con rabia helada. Lucien no retrocedió.

—Deja que te ayudemos.

Pero Evan respondió con algo que heló la habitación.

—Si ustedes no pueden protegerlo como yo, no tendrán parte en su vida. Ni en la del bebé.

Anthony entró en ese momento, escuchando esas palabras..Evan se volvió hacia él, desesperado.

—No quería que lo oyeras, amor, yo solo…

Anthony se acercó y tomó su rostro entre sus manos.

—Evan. Respira. No estás solo. No puedes enfrentarlo todo tú.

Evan lo abrazó con una fuerza casi dolorosa.

—No me quites esto. No me quites protegerlos…

Anthony sostuvo su nuca con cariño.

—Nunca te quitaré nada. Pero necesito al Evan que ama, no al Evan que se destruye.

Evan se quebró. Por primera vez tembló como si fuera a llorar. En otra parte de Eldermoon, el asesino observaba desde una azotea. Tenía una grabación nueva en su visor: Evan abrazando a Anthony en la cama.
Protegiendo su vientre. Jurando no dejarlo ir. El asesino murmuró:

—Interesante. El modelo se ha vuelto emocionalmente inestable.

Amplió la imagen térmica de Anthony.

—El embrión está reaccionando más rápido de lo previsto. Nació un nuevo punto débil.

Guardó el visor.

—No atacaré al rubio todavía. Primero haré que su guardián colapse.

Y sonrió. Como la noche antes de una tormenta.




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