El error no fue un acto impulsivo. Fue una decisión tomada con buena intención. Y por eso dolió más. Aurelian estaba frente a las cámaras por primera vez sin guion. No como símbolo, no como emblema de Eldermoon, sino como alguien que aceptaba hablar desde la duda. Anthony lo observaba desde la sala lateral, con el cuerpo tenso y los brazos cruzados. Evan permanecía a su lado, atento, silencioso.
—No vengo a convencerlos —dijo Aurelian—
Ni a decirles qué elegir.
Su voz era clara, pero joven. Demasiado joven para cargar con aquello.
—Vengo a decirles que pensar duele —continuó— Que decidir cansa. Que equivocarse es parte del proceso.
Las redes reaccionaron de inmediato. Algunos escucharon. Otros se incomodaron.
—Eldermoon no es perfecto —añadió— Yo no soy perfecto.
Anthony cerró los ojos un segundo. Ahí estaba el error. No en lo que decía. Sino en cuándo lo decía.
—Si alguien les promete paz sin esfuerzo —concluyó Aurelian— pregúntense qué les está pidiendo a cambio.
La transmisión terminó. Durante diez segundos, nadie habló. Luego llegaron los datos.
—Reacción negativa en Helix-3 —informó Kael— Dicen que un niño no debería cuestionar a los adultos.
—Están usando su honestidad como arma —murmuró Evan.
Anthony abrió los ojos.
—Lo expusimos demasiado pronto.
Aurelian bajó la cabeza.
—Yo quise ser honesto.
Anthony caminó hacia él con pasos firmes.
—Y lo fuiste —dijo— Pero la honestidad sin contexto también hiere.
Aurelian lo miró, dolido.
—Entonces ¿me equivoqué?
Anthony sostuvo su mirada.
—Sí.
El silencio fue brutal.
—Y eso no te hace débil —añadió— Te hace real.
Aurelian respiró hondo, luchando contra el nudo en la garganta.
—No quise fallarles.
Anthony apoyó ambas manos en sus hombros.
—No nos fallaste. Aprendiste.
LA RESPUESTA DEL ENEMIGOLa reacción no tardó. Un nuevo mensaje circuló por las redes externas. Fragmentos sacados de contexto. Frases recortadas. La duda convertida en incompetencia.
—“Ni ellos saben qué hacen.”
—“Eldermoon depende de un niño confundido.”
—“Pensar sin guía es peligroso.”
Aurelian observó la pantalla, pálido.
—Lo arruiné.
Anthony se tensó.
—No.
Se giró hacia el consejo.
—Cierren el acceso mediático inmediato.
—Anthony —empezó uno de los consejeros— eso contradice....
—No es censura —interrumpió— Es protección.
Evan lo miró con sorpresa.
—¿Estás seguro?
Anthony no dudó.
—Sí.
Aurelian alzó la vista.
—Papá ¿qué estás haciendo?
Anthony se volvió hacia él, sin suavizar la voz.
—Estoy eligiendo ser tu padre antes que tu líder.
El consejo quedó en silencio.
—Aurelian no volverá a aparecer públicamente hasta nuevo aviso —continuó— Ni como símbolo. Ni como argumento.
Kael frunció el ceño.
—Eso va a parecer una retirada.
—Que lo parezca —respondió Anthony—
Prefiero que digan que retrocedimos
antes que dejar que destruyan a mi hijo.
Aurelian dio un paso adelante.
—Pero si me ocultas…ganan.
Anthony lo miró con dureza… y amor.
—No te oculto. Te resguardo.
Aurelian apretó los puños.
—No soy frágil.
Anthony bajó la voz.
—Eres humano. Y eso es suficiente.
EL ACTO EXTREMOEsa noche, Anthony firmó un decreto interno. No político. Personal. Renunciaba temporalmente a su rol visible como figura central de Eldermoon. Evan lo miró incrédulo.
—¿Te das cuenta de lo que estás haciendo?
Anthony asintió.
—Si el enemigo convierte a la familia en arma entonces la saco del campo.
—Te van a acusar de huir.
—Que lo hagan.
Aurelian lo observó, con los ojos brillantes.
—¿Por qué haces esto?
Anthony se arrodilló frente a él.
—Porque si esta ciudad necesita sacrificar a un niño para sostenerse no merece existir.
Aurelian lo abrazó con fuerza. Y en ese gesto, el enemigo perdió algo que no sabía que estaba en juego..Muy lejos, el arquitecto observó el movimiento. La retirada. El silencio. La protección. Su sonrisa se tensó.
—Interesante —murmuró— Eligió amar.
Levantó la mano y activó un nuevo protocolo.
—Entonces ataquemos donde el amor no alcanza.
Las luces de una ciudad parpadearon. Y en Eldermoon, Aurelian sintió un frío nuevo. No en la mente. En el pecho. Porque comprendió, demasiado tarde, que su error había enseñado al enemigo exactamente dónde dolía más.