La noticia se propagó como un relámpago:
Anthony Beaumont vuelve a Eldermoon. Y no vuelve solo. Vuelve con un imperio.
Miles de satélites financieros, empresas globales, cuentas, infraestructura, redes de influencia todo ese poder invisible que había aplastado vidas durante décadas ahora caminaba junto a él.
EL ATERRIZAJEEl aerotransporte cristalizado descendió sobre la plataforma superior de Eldermoon. Aurelian, de 7 años, lo vio llegar con los ojos muy abiertos, mezclando orgullo y miedo.
—Papá —susurró— ¿Esto va a salvarnos?
Anthony bajó de la nave. Con traje negro, mirada fría, firme y sin embargo, cuando vio a su hijo, todo el acero se derritió. Lo levantó en brazos.
—No traje un imperio—dijo tocándole la frente— Traje un escudo.
Evan los rodeó a ambos, abrazándolos como si temiera que el mundo se los arrancara.
ELDERSMOON RENACEEldermoon, la ciudad aislada casi mística
no esperaba lo que siguió. Una oleada de nuevos recursos llegó como un tsunami silencioso:
▪ Redes de energía solar infinita exportadas desde compañías Beaumont
▪ Sistemas de agua purificada tecnológica
▪ Inteligencia artificial médica
▪ Programas de protección mental
▪ Escudos psíquicos urbanos
▪ Y, sobre todo… autonomía financiera total
Lucien observó, incrédulo.
—Con esto —dijo— podemos protegernos aunque el mundo entero caiga.
Anthony no sonrió.
—Con esto —corrigió— no volvemos a ser esclavos de nadie.
Kael ,silencioso, siempre mirando desde la sombra, sintió algo en su pecho que nunca había sentido por Anthony respeto.
LA IRA DEL ENEMIGOMuy lejos, en una torre de data negra donde el enemigo observaba todas las mentes como luces sobre un tablero, de repente una región entera se apagó. Eldermoon se volvió invisible.
—No —su voz se quebró como un cristal—
Eso no era posible.
Movió sus manos para acceder a las conciencias humanas. No pudo. Anthony había comprado , y luego destruido, todas las empresas que le daban acceso mental al planeta.
—Me arrebató el control y me arrebató el silencio.
El enemigo respiró hondo.
—Convirtió la defensa en ataque. Ha hecho jaque.
Sus ojos ardieron con un odio primario.
—Entonces… será guerra abierta.
EL CONSEJO DE ELDERSMOONEl salón del consejo estaba lleno.
—Anthony Beaumont —habló la presidenta—
¿qué pretendes ahora?
Anthony observó a todos uno por uno.
—Pretendo que nadie aquí vuelva a vivir con miedo.
Evan tomó su mano. Aurelian se colocó a su lado sin necesidad de palabras. Anthony alzó la barbilla.
—Y pretendo que quien quiera destruirnos no encuentre dónde golpear.
AURELIAN OBSERVAMientras la ciudad celebraba, Aurelian permaneció sentado en la terraza más alta de la torre. El viento movía su cabello. Su pequeño cuerpo, apenas un niñonpero su mirada era la de alguien que veía más allá del tiempo.
—Papá dijo jaque — susurró para sí— Pero un jaque no es el final.
Cerró los ojos y una imagen fugaz cruzó su mente:
—Una ficha negra moviéndose en el tablero…
—Una mano desconocida…
—Una sombra que no era el enemigo…
—Sino algo peor:
Alguien que pensaba salvar al mundo destruyéndolo.
Una gota cayó de sus ojos. No era llanto. Era anticipación.
LA LLAMADA IMPOSIBLEEn el despacho de Anthony, un teléfono antiguo, que no debía existir en Eldermoon, comenzó a sonar.
Riiiing… riiiing… riiiing…
Anthony lo miró. Evan sintió un escalofrío..El teléfono no estaba conectado a ninguna red. Nadie sabía de su existencia. Anthony respondió.
—¿Quién es?
Una voz metálica, inesperada:
Si tú has hecho jaque entonces yo haré jaque mate.
La línea murió. La pantalla del despacho se encendió sola. Una cuenta regresiva comenzó a bajar:
72:00:00
Setenta y dos horas antes de que algo —algo que Anthony aún no comprendía— cayera sobre el mundo.