La cúpula mental de Eldermoon seguía brillando en el cielo como un escudo vivo, pero por primera vez desde que el reloj apareció la ciudad respiraba diferente. No había terror. Había decisión.
Anthony todavía pálido, aún con los ojos marcados por la batalla interior caminaba hacia el Salón del Consejo..No era un desfile.
Era una coronación silenciosa. Evan y Aurelian caminaban a cada lado, como si la tierra bajo sus pies supiera que sin ellos Anthony no estaría de pie. Los líderes se incorporaron al verlo entrar.
—Anthony Beaumont —habló Elise, presidenta— ¿Cuál es tu instrucción?
Anthony no respondió de inmediato. Sacó una fotografía..Vieja..Arrugada..Él, de niño..Solo..Con la mirada baja. La dejó sobre la mesa.
—El enemigo quiere convertir al mundo en esto —dijo—.Un niño que aprende a bajar la cabeza antes de aprender a hablar.
Su voz, rota y al mismo tiempo insondable, llenó la sala.
—Por eso nuestro ataque no será violencia.
Será lo que él no puede replicar.
Anthony levantó la mirada.
—Opciones.
Silencio. Confusión..Hasta que Lucien entendió.
—¿Vas a enseñarle al mundo a elegir?
—Voy a enseñarles algo peor para él —respondió Anthony— Voy a recordarles que pueden.
—Dividiremos el contraataque en tres fases —anunció Anthony.
En la pantalla holográfica apareció:
FASE 1 — Romper el silencioTransmitir al mundo humano que la obediencia no es seguridad. Mostrar Eldermoon..Sus sistemas. Su libertad. Su convivencia sin control mental.
FASE 2 — Eliminar la dependenciaCada ciudad humana recibirá acceso independiente a energía, agua, defensa tecnológica y medicina autónoma. Si alguien depende de un tirano se deja dominar. Si no necesita no obedece.
FASE 3 — Destruir la fe en el miedoNo atacaremos su infraestructura.
Atacaremos su narrativa. Evan observó cada línea y dijo en voz baja:
—Vas a matar al enemigo… rompiendo su razón de existir.
Anthony respondió sin apartar la mirada del mapa:
—La guerra más peligrosa es la que no parece guerra.
AURELIAN — EL ESCUDO INESPERADOMientras los adultos discutían logística, Aurelian permanecía en silencio, sentado al pie de las escaleras, moviendo una piedra con su dedo contra el piso. Evan se inclinó.
—¿Qué estás haciendo?
—Probando algo —respondió sin levantar la vista.
Cuando Anthony ordenó:
—Transmitan el mensaje al mundo—
Aurelian murmuró:
—Espera.
Todos se detuvieron. Él alzó la cabeza, sus ojos celestes iluminándose con un brillo telepático casi eléctrico.
—Si papá habla él va a oírlo directamente..Y va a intentar entrar en su mente otra vez.
Yo no voy a dejarlo.
Colocó ambas manos sobre el suelo.
Un campo mental dorado se expandió como raíces invisibles, envolviendo la mente de Anthony, luego la de Evan, luego la de todos en Eldermoon. Lucas, uno de los guardias, jadeó:
—¿Qué… qué acabas de hacer, niño?
—Les enseñé a cerrar la puerta —respondió—
Nunca tuvieron una llave. Solo sabían dejarla abierta.
Anthony lo miró con algo que parecía reverencia.
—Gracias, hijo.
Aurelian solo sonrió, simple, como si no comprendiera que acababa de alterar la historia.
EL MENSAJE AL MUNDOLas cámaras se activaron. No había luces.
No había trono. No había discurso ensayado. Solo Anthony. Solo su voz.
—Humanidad —dijo— Si estás cansada entiendo. Si estás asustada también.
—Pero hay algo que el enemigo nunca te dijo:
El descanso no está en obedecer. El descanso está en elegir.
Silencio global. Anthony dio el golpe final.
—Si quieres libertad no necesitas permiso.
EL ENEMIGO — PRIMERA HERIDA VISIBLEEn su fortaleza subterránea, el enemigo sintió que algo se rompía..No fue una pared..No fue una computadora. Fue una fe.
—No —susurró— si ellos recuerdan quiénes son yo no tengo razón de existir.
Su respiración se volvió inestable. Por primera vez él tuvo miedo de ser olvidado. De regreso en Eldermoon, cuando la transmisión terminó, Anthony exhaló por primera vez en horas. Evan tomó su mano..Aurelian apoyó la cabeza en su brazo. Parecía por un instante que lo peor había pasado.
Pero al pie de la Torre Beaumont, un guardia encontró un objeto clavado en la puerta: Una pluma negra. Metálica..Viva..Pulsante. Y una nota escrita con sangre:
Si tú atacas sin armas entonces yo atacaré sin manos.
Mientras la ciudad celebraba, nadie vio.que la pluma comenzó a disolverse en humo y algo oscuro muy oscuro.se infiltró bajo la superficie de Eldermoon. El contraataque había comenzado. Pero también lo había hecho el contraataque del enemigo.