Modelos, Mochilas y Paredes Enamoradas

Aurelian caminaba hacia la escuela con paso glorioso, como si desfilara en una alfombra roja. Kael caminaba un metro detrás, cabizbajo, abrazando su cuaderno como si fuese una barricada emocional.

—Hermano —dijo Aurelian, con voz de héroe infantil— hoy no tendrás que sentirte invisible. ¡Hoy yo te haré visible!

Kael lo miró, horrorizado.

—No, no, no, NO. Ser visible es lo último que deseo. Si alguien me mira, huyo. Si todos me miran me muero.

Aurelian sonrió.

—Perfecto. Entonces solo haré… un poco de visibilidad.

La clase empezó con la maestra diciendo:

—Niños, hoy haremos fracciones. Fracción significa parte de un entero......

Aurelian levantó la mano.

—Señorita, Kael es tres cuartos de mis nervios.

—No soy —respondió Kael.

—Eres —respondió Aurelian.

La clase estalló en risas. Kael se hundió en el asiento pero en el fondo sonrió apenas.

Durante el recreo: Un grupo de cinco niñas rodeó a Aurelian con luncheras como si fueran joyas:

—Aurelian, ¿quieres mi galleta?
—¿Quieres mi pastelito?
—Mi sándwich tiene tu nombre. Literal. Se lo escribí.

Kael se alejó a un banco, sacó su cuaderno y comenzó a dibujar. Líneas suaves un rostro cabellos rizados (el suyo) y luego cambió la página: dibujó a Aurelian riendo. Lo cerró rápido, avergonzado de sí mismo.

Cuando los niños regresaron, las paredes del salón principal brillaban suavemente de color marfil. Ese era el color feliz-sereno de Anthony. Pero cuando Evan entró, con una sonrisa al verlos volverblas paredes estallaron en rosa brillante y chispitas doradas.

—Otra vez —susurró Anthony, resignado—
Mi amor se ha vuelto literal decoración.

Un cocinero tembloroso comentó:

—Señor las paredes se enamoran cuando usted respira.

Evan, orgulloso, contestó:

—Como debe ser.

Esa tarde, Evan recibió un mensaje secreto de Anthony:

Viste algo elegante. Te espero en el ala este.

Evan llegó. Y allí estaba: Una sala gigantesca, luces blancas sobre él, cámara lista y Anthony, sentado detrás, con ojos hambrientos de arte y de amor.

—Evan —dijo Anthony, voz baja como terciopelo— Hoy no modelas para el mundo.
Modelas para mí.

Evan posó despacio. Al principio tímido.
Luego, al recordar quién era se volvió fuego. Anthony apretó el obturador click, click, click Cada foto era una confesión no dicha.cada mirada, un poema cada respiración, un te pertenezco. Cuando Evan posó sentado sobre el respaldo de una silla, riendo las paredes en la habitación cambiaron a rojo intenso.

El sirviente que pasaba se cubrió los ojos:

—No puedo ver eso, soy hombre de fe.

Anthony continuó implacable.mSu arte no conocía descanso.

A la mañana siguiente, el pueblo amaneció con una sorpresa:

—¡Norma! —gritó una vecina— ¡El castillo expone cuadros del modelo! ¡De Evan!

—¿Qué tipo de cuadros?

—Emocionales intensos ¡Las paredes lloran cuando te acercas demasiado!

Sí..Era verdad. Anthony había colgado tres de sus nuevas obras frente a las ventanas de la mansión, visibles desde la calle.

Cuadro uno: Evan riendo → la pared detrás vibraba como carcajada.
Cuadro dos: Evan pensativo → la ventana empañada como si suspirara.
Cuadro tres: Evan mirando a Anthony →
La pared se volvió rosa
y alguien se desmayó.

Los niños en la escuela comentaban:

—¿Viste? El papá de Aurelian ama al otro papá tanto que las paredes hacen magia.

Kael apretó los dientes.

—El amor no debería ser tan ruidoso.

Aurelian rió.

—Kael, cuando crezcas entenderás:.el amor siempre hace ruido.

Esa noche, antes de dormir, Kael se acercó a Anthony.

—Padre ¿alguna vez alguien te ignoró tanto que dejaste de existir por dentro?

Anthony lo miró. Y su respuesta fue una verdad dura como acero:

—Sí. Y por eso nunca dejaré que te pase a ti.

Kael bajó la cabeza..Anthony lo abrazó. Kael no sabía cómo recibirlo pero no lo rechazó. Desde el pasillo, Evan observó..Sonrió.

—Nuestra familia duele bonito —susurró.

Las paredes se encendieron en dorado. El color de la esperanza.