Amantes de Cristal

Padres, Pizarrones y Poderes

REUNIÓN DE PADRES — DONDE EL PUEBLO ENTRA EN PÁNICO

La maestra había convocado la primera reunión mensual de padres. El aula estaba llena de hombres barbudos, con mate, gorros tejidos murmurando con miedo.

—Dicen que una mansión apareció de la nada…
—Dicen que el papá rubio hace que las paredes suspiren…
—Dicen que el modelo puede hacer caer a cualquiera con una mirada…

Anthony y Evan entraron. Silencio absoluto. Aurelian, desde el fondo, le susurró a Kael:

—Papá tiene cara de quiero que esto termine ya.

Kael respondió:

—Yo tengo esa cara todo el tiempo.

La maestra tosió para recomponer orden:

—Se… agradece la presencia. Queríamos hablar del… mm… comportamiento inusual de Aurelian y Kael.

Anthony cruzó las piernas, elegante.

—¿Inusual en qué sentido?

Un padre levantó la mano, nervioso:

—Aurelian hizo que mi hijo creyera que podía volar. Terminó arriba del armario escolar gritando ¡SOY UN ÁNGEL! y luego cayó.

Evan respiró profundo.

—Lo siento.

Aurelian levantó la mano como en juicio:

—Yo solo dije: si crees en ti, puedes. ¡YO NO LE DIJE QUE DESAFÍE LA GRAVEDAD!

Kael intervino, seco:

—Yo advertí: probablemente mueras. Pero nadie me escucha.

Otro padre gritó:

—¡Y Kael dibuja cosas perturbadoras! ¡Rostros, ojos que lloran, rayos y un monstruo con traje!

Kael bajó la mirada. Anthony se inclinó hacia él, susurró:

—Lo que sientes no es monstruoso..Lo que haces para sobrevivir es arte.

Kael parpadeó. Por primera vez se le iluminó el pecho. Y silenciosamente, debajo de la mesa los lápices empezaron a levitar.

ESCUELA: CÓMO PROVOCAR UN TERREMOTO TELEPÁTICO

Al día siguiente sucedió. La clase entera estaba intentando resolver una ecuación. Kael, ya cansado de sentirse ignorado, pensó:

Quiero desaparecer. Quiero que nadie me vea.

Su poder, descontrolado, explotó. Toda la mitad del aula se volvió gris y los niños dejaron de verlo. Literalmente.

—¿Dónde está Kael? —gritó la maestra.

Aurelian lo veía, porque compartía conexión mental, y empezó a reír.

—Kael, eres un ninja.

Kael volvió a ser visible solo cuando Aurelian lo abrazó.

—No desaparezcas, ¿sí? Yo quiero verte.

Kael no supo responder. Así que dibujó un corazón en su cuaderno y se lo mostró, sin palabras.

NOCHE — EL AMOR QUE SE PINTA EN PAREDES

Esa noche, cuando los niños dormían
Anthony se acercó al estudio. Evan lo esperaba sentado sobre la mesa de modelaje, luz tenue sobre su piel, una sonrisa que podía conquistar continentes.

—¿Me retratarás otra vez? —preguntó Evan, voz suave.

—No puedo evitarlo —susurró Anthony—
Cuando te veo veo arte.

Evan posó, y Anthony pintó. Un cuadro tras otro. Y con cada pincelada, las paredes cambiaban:

Azul profundo → Anthony pensaba demasiado.
—Rojo oscuro → Evan exhalaba lento.
—Dorado → sus miradas se encontraban.
—Rosa → cuando sus manos se rozaron.

Hasta que finalmente Anthony dejó caer el pincel y se acercó.

—Gracias —susurró— por ser mi lugar seguro.

Evan apoyó la frente contra la suya.

—Gracias por convertirme en algo eterno.

Y el cuarto entero vibró con luz dorada como si el amor quisiera aplaudir.

EL SECRETO EN LA HABITACIÓN DE KAEL

Mientras los padres vivían su momento de película Aurelian entró de puntitas a la habitación de Kael. Él dibujaba a la luz de luna. En la página: dos niños tomados de la mano perdidos en un bosque mirando un cielo lleno de ojos. Aurelian se sentó junto a él.

—Kael hoy flotaste medio salón —susurró divertido— Eso fue INCREÍBLE.

—Fue vergonzoso —respondió Kael— Yo no quiero llamar la atención. Quiero existir sin que el mundo me devore.

Aurelian lo miró. Y en un murmullo sincero:

—Cuando tu poder salió yo escuché algo..No palabras. Sentimientos.

Kael tragó saliva.

—¿Qué escuchaste?

No me dejes solo.

Kael apretó el lápiz. Tembló. Aurelian apoyó su cabeza en su hombro como quien dice estoy aquí sin decir nada. Y así, dos niños que la vida había quebrado se quedaron juntos mientras, afuera, nadie sabía que los verdaderos héroes eran ellos.

EL CAOS NUNCA DESCANSA

A la mañana siguiente todos despertaron con un grito.

—¡¡¡ALGUIEN HIZO FLOTAR A LAS GALLINAS DEL PUEBLO!!!

Anthony salió al balcón, medio dormido.

AURELIAN.

—¡NO FUI YO! —respondió desde la cocina—
¡Kael soñó con pájaros!

Kael se tapó la cara con una almohada:

—¡Odio mi cerebro!

Evan, bebiendo café:

—Amor creo que necesitamos un manual.

Anthony suspiró:

—No. Necesitamos vacaciones.

Las paredes se volvieron verdes, el color universal de resignación.




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