Desde la llegada de los Valemont, el pueblo ya no era normal..Ejemplo de la mañana del martes:
Pero lo peor fue en la plaza:
Tres ancianos estaban en un banco, hablando de ellos:
—Ese niño Aurelian me sonrió. Y mi artritis desapareció.
—Yo vi al modelo con la camisa abierta. Sentí juventud otra vez.
—¡Yo no sentí nada! —dijo el tercero ofendido— ¡Estoy muerto por dentro!
La señora del almacén, empuñando una escoba, gritó a la mansión:
—¡BASTA DE ENERGÍA SEXUAL EN EL AIRE! ¡LAS PLANTAS BROTAN DEMASIADO!
Aurelian se asomó por la ventana:
—¡Lo siento! ¡Le diré al amor de mis papás que sea más silencioso!
Anthony, desde atrás, casi se desmaya:
—Aurelian. NO GRITES ESO AL PUEBLO.
El caos era divertido. Pero no para todos..En la carnicería, el hombre más agrio del pueblo afilaba sus cuchillos como si fuesen argumentos.
Él no reía..No suspiraba ante Evan..No perdonaba gallinas flotantes..No aceptaba mansiones que cambian de color porque el amor está fuerte. Se llamaba Horacio Malverde. Y odiaba.
—Esos no son hombres —murmuró— Son aberraciones disfrazadas. Quién sabe qué harán y un día este pueblo será tragado por su brujería.
En su mesa había papeles: investigaciones, nombres, fechas. Dibujos hechos por él mismo, representando a Kael como demonio con tentáculos..Pero lo más extraño era una tarjeta arrugada, ya usada:
Para contactar a los Errantes del Límite — LLAME
Y abajo, un número tachado y un nombre:.NATHANIEL
El carnicero había sido quien llamó al visitante. Él abrió la puerta. Él anunció:
—Hay dos niños no naturales.
Pero al hacerlo rompió un sello que no entendía.
En la mansión, algo ocurrió. Evan estaba en la cocina preparando mate para Anthony.cuando se detuvo de golpe. Su mirada se perdió al vacío,.como si escuchara una voz antigua detrás de sus ojos. Anthony bajó las escaleras.
—Amor, ¿estás bien?
Evan respiró hondo.
—Puedo sentirlos.
—¿A quiénes?
—Las mentes..Todas. Otra vez.
Anthony lo tomó del rostro, preocupado.
—Pensé que ese poder había muerto con Eldermoon.
Evan cerró los ojos. La mansión desapareció..Su mente flotó. Y vio:
▪ El carnicero, afilando cuchillos con odio.
▪ Una llamada secreta.
▪ El hombre gris… recibiendo la dirección.
▪ Su voz mental respondiendo:
El niño con la marca de los ojos negros es de mi sangre.
Evan abrió los ojos, horrorizado.
—Anthony..El hombre que vino no era cualquiera.
Anthony endureció la mirada.
—¿Quién es?
—El tío biológico de Kael.
Evan y Anthony subieron al cuarto de los niños..Kael dibujaba un hombre gris, imponente,.con manos largas como sombras.
—Kael —susurró Evan—.¿Sabías que tienes familia afuera?
Kael bajó el lápiz. Sus ojos, negros y profundos, no temblaron.
—Él….me abandonó antes de que yo naciera.
Anthony se congeló..Aurelian dio un paso adelante, indignado:
—¡Entonces no tiene derecho a aparecer y mirarte como si le pertenecieras!
Kael habló con voz baja, casi rota:
—Ese hombre me conoció antes de que existiera..Él sabía lo que sería yo.
—¿Y qué serías? —preguntó Anthony.
Kael lo miró.
—Un arma.
Silencio absoluto..Las paredes se apagaron, gris, miedo, silencio. Anthony se recompuso.
—Evan. ¿Puedes rastrearlo?
Evan asintió.
—Sí, ahora puedo.
—Entonces lo encontraremos —dijo Anthony— y hablaremos antes de que él actúe.
Aurelian frunció el ceño:
—Papá eso no es hablar..Eso es Anthony Valemont con tono frío asesino.
Anthony no lo negó..Kael respiró temblando.
—¿Me van a entregar?
Anthony lo abrazó, sin pedir permiso:
—No..Nunca..Te protegeré.aunque me cueste el mundo.
Kael tembló..Pero esta vez.se dejó sostener. Esa noche, Evan usó su mente como radar.
—Lo encontré —susurró—.en las colinas.
Observando nuestra casa.
Anthony miró hacia la ventana..La silueta estaba allí, apenas visible..Un hombre quieto
mirando la mansión como si quisiera reclamarla..Evan apretó la mano de Anthony.
—Si él quiere a Kael deberá arrancártelo de los huesos.
Anthony respondió, helado:
—Que lo intente.
Y entonces.una voz resonó mentalmente en todos sus cráneos.
No vine a robar. Vine a despertar.
Las luces se apagaron. La mansión se volvió negra..Y los niños comenzaron a soñar con alguien llamándolos por su nombre.